Connect with us

Hi, what are you looking for?

Mundo

Los extremistas islámicos aprovechan una norma brasileña para redirigir migrantes asiáticos rumbo a Estados Unidos

Las autoridades brasileñas han lanzado una alerta migratoria sin precedentes. Temen que el gigante sudamericano haya sido convertido por criminales internacionales en una nueva ruta para el tráfico de personas desde Oriente hacia Estados Unidos. Lo que ha alertado especialmente a la Policía Federal brasileña es la oleada de emigrantes procedentes de Vietnam que, nada más aterrizar en Brasil, que no es más que una escala en su billete de avión, se niegan a continuar su viaje y solicitan inmediatamente el estatus de refugiado. Se aprovechan de que la ley de migración brasileña no exige visado si el ciudadano sólo está en tránsito. En el primer fin de semana de diciembre, 189 migrantes utilizaron esta estratagema para buscar refugio en Brasil. Entre ellos, 150 eran vietnamitas, 28 indios y 5 ghaneses. Un total de 358 desembarcaron desde principios de diciembre, una cifra récord para el registro de migración del aeropuerto internacional de Guarulhos, en San Pablo.

Muchos de ellos declararon que querían regularizarse en Brasil y trasladarse después a Norteamérica. Hasta el año pasado, los inmigrantes vietnamitas en Brasil eran una rareza. En 2022 sólo hubo una solicitud de refugio. Pero este año fueron 700 los vietnamitas que desembarcaron en Brasil, 550 de los cuales pidieron regularizar su situación migratoria en el gigante latinoamericano. Este crecimiento exponencial ha sugerido una nueva estrategia internacional de los traficantes de seres humanos, entre otras cosas porque la mayoría de los migrantes no llegan directamente desde su país de origen, sino desde aeropuertos europeos.

Los nepalíes también utilizan esta nueva ruta. Más de 1.160 solicitaron visado este año como refugiados nada más aterrizar en el aeropuerto de Guarulhos. Muchos también están llegando a Brasil a través de Surinam y Guyana, aprovechando la porosidad de las fronteras. Lo que significa que el flujo ilegal podría ser aún mayor. Entre sus destinos está la intrincada selva del Darién, entre Colombia y Panamá, por donde han pasado este año casi 1.300 vietnamitas.

Los emigrantes afganos también podrían aumentar, ya que Pakistán e Irán han activado recientemente políticas para expulsarlos. En los últimos meses, la situación de los que ya han desembarcado en Brasil se ha vuelto dramática. Cientos viven en el aeropuerto de Guarulhos, en noviembre había más de 140, a la espera de ver regularizada su situación. Desde 2021, cuando el gobierno brasileño concedió visados humanitarios a los afganos tras la toma del poder por los talibanes, han llegado en oleadas regulares. El gobierno brasileño ha concedido más de 12.000 visados. Las condiciones higiénicas en las que viven en el aeropuerto son precarias y, como ocurrió hace unos meses, el intento de trasladarlos a abrigos en el litoral paulista se topó con la indiferencia y las protestas de los lugareños que incluso temían el contagio de la sarna que había afectado a 20 afganos.

Fotografía general de un pasillo del aeropuerto Internacional de Recife, en el estado de Pernambuco (Brasil). EFE/Waldeim Montoya
Fotografía general de un pasillo del aeropuerto Internacional de Recife, en el estado de Pernambuco (Brasil). EFE/Waldeim Montoya

En este complejo escenario, en 2023 Brasil también impidió la entrada de al menos 19 personas sospechosas de tener conexiones con el terrorismo. La facilidad con la que es posible entrar en el país y solicitar el estatus de refugiado es un imán para muchos extranjeros interesados en Brasil incluso con intenciones menos legítimas. Según el diario O Estado de São Paulo, el turco Garip Uç, apodado “el químico del PCC”, el Primer Comando de la Capital, detenido el pasado junio por tráfico de drogas, también había solicitado el estatus de refugiado a las autoridades brasileñas en 2020, que se lo denegaron. Garip Uç es hermano de Eray, prófugo desde 2017, cuando escapó de una prisión en Paraguay. Había sido detenido por tráfico de drogas como miembro de la poderosa red del narcotraficante Ali Issa Chamas, un financiador de Hezbollah.

Este año fueron repatriados ciudadanos con pasaporte de Bahréin, Siria, Somalia, Turquía, Marruecos y Egipto. Para ellos el destino final era Estados Unidos, pero Brasil era un paso importante en su ruta para regularizar su estancia en caso de que más tarde fueran deportados de EEUU. A principios de diciembre, un egipcio de 38 años que aterrizó en el aeropuerto internacional de Guarulhos en San Pablo, del que sólo se dieron las iniciales K.B.K.F., fue detenido y devuelto a Roma (Italia), adonde había llegado procedente de El Cairo (Egipto). La policía federal brasileña había sido advertida por la inteligencia extranjera de que ese egipcio tenía un pasado vinculado a grupos terroristas y, por tanto, podía suponer una amenaza para la seguridad nacional. La información interesante que el hombre dio a los policías brasileños fue que había intentado entrar en Latinoamérica a través de Argentina el año pasado, pero fue bloqueado.

Argentina parece ser una de las puertas de entrada a Latinoamérica más utilizadas. En julio, un ciudadano marroquí, S.A.B, había aterrizado en Brasil procedente de Buenos Aires en un vuelo de una aerolínea turca. Sin embargo, otras fronteras, especialmente las terrestres, permiten un acceso más fácil a Brasil donde, con la complicidad de empleados corruptos en las oficinas del registro civil, es posible obtener partidas de nacimiento ficticias con las que adquirir identidades falsas.

El ejemplo más famoso de los últimos meses fue el del espía ruso Sergey Vladimirovich Cherkasov, que en Brasil, sobornando a un empleado de una oficina de Niteroi, adquirió la identidad de Victor Muller. El hombre, que se encuentra detenido desde abril de 2022, está a la espera de ser extraditado una vez concluya la investigación sobre él en Brasil. Además, el pasado mes de abril, la Operación Jano de la Policía Federal detuvo a un ciudadano iraní que operaba en Foz de Iguaçu, en el lado brasileño de la Triple Frontera. Era el cerebro de una red de migración ilegal que suministraba documentos falsos a iraníes en Brasil que luego llegaban a Norteamérica.

Fotografía de archivo, tomada en mayo de 2018, en la que se registró un grupo de refugiados, al acampar en la plaza Simón Bolívar, en Boa Vista (Brasil). EFE/Joédson Alves

Fotografía de archivo, tomada en mayo de 2018, en la que se registró un grupo de refugiados, al acampar en la plaza Simón Bolívar, en Boa Vista (Brasil). EFE/Joédson Alves

Las redes ilegales para conseguir que los brasileños emigren a Estados Unidos también están aumentando. Los coyotes convencen a sus compatriotas para que se vayan, como demuestran dos recientes operaciones de la Policía Federal este año, la Relicta, en noviembre, y la Borderless, en septiembre, tras la desaparición de un hombre en un cruce terrestre en México y el ahogamiento de una pareja en una embarcación que transportaba ilegalmente migrantes de Tijuana a San Diego, California, respectivamente. Los cadáveres nunca se encontraron.

Hace unos días el ministro panameño de Seguridad, Juan Manuel Pino, reveló que sólo este año más de medio millón de migrantes han cruzado la inhóspita selva del Darién rumbo a Estados Unidos, una cifra récord que duplica la de todo 2022. Entre las nacionalidades con las que se trafica hay muchos brasileños y haitianos que llegan de Brasil, donde no han podido encontrar trabajo.

En cuatro años, unos 9.000 brasileños fueron deportados de Estados Unidos. Sólo de enero a mayo de este año, 597 fueron obligados a regresar al gigante sudamericano en vuelos del gobierno estadounidense, la mayoría de ellos procedentes del estado de Minas Gerais. En 2022 fueron 4.457, una media de 12 al día. En todo 2023, más de 1.500 brasileños fueron deportados, una media de cinco al día.

Según la Policía Federal brasileña, esta reducción de casi el 70% se debe únicamente a que Washington suspendió el Título 42, una norma sanitaria instituida durante la pandemia por Trump para frenar la inmigración ilegal y que continuó bajo la administración Biden hasta mayo de este año. El Título 42 preveía la deportación casi inmediata de los emigrantes ilegales, imposibilitando cualquier petición de asilo. Sin embargo, es probable que las expulsiones vuelven a crecer en los próximos meses porque el número de casos pendientes que afectan a ciudadanos brasileños es elevado, especialmente en los estados de Massachusetts, Nueva Jersey y Florida.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MIRA LO QUE TE PERDISTE

Sociedad

Una mujer murió este domingo en la Ruta 36, en La Plata, luego de que un joven alcoholizado perdiera el control de su auto e impactara de...

Sociedad

Una joven de 20 años y su bebé de 11 meses murieron luego de que el auto en el que se trasladaban chocó de frente con otro vehículo en...

Politica

Comenzó una semana de tensión para el Gobierno por las diferentes manifestaciones que se realizarán en contra del paquete fiscal que obtuvo media sanción en Diputados y que ahora el...

Sociedad

El brote de dengue sumó cientos de muertos y más de 396 mil infectados. La curva de personas afectadas por el dengue, la infección viral que pueden...