Esta herramienta es clave para comunicarnos durante llamadas o notas de voz en WhatsApp
Muchos usuarios desconocen para qué sirve el pequeño orificio redondo ubicado junto a la entrada del cargador, presente en la mayoría de los modelos actuales. Esta discreta apertura, a diferencia de los botones o la pantalla, suele pasar desapercibida, pero cumple un papel fundamental en la calidad de la experiencia de audio durante llamadas, grabaciones y videoconferencias.
Además, es fundamental saber que es un elemento que debemos cuidar, ya que al verse afectado tendremos dificultades para comunicarnos o enviar notas de voz.
Qué es el orificio al lado del cargador
El diminuto agujero localizado junto al puerto de carga es, en la gran mayoría de los casos, el micrófono secundario del dispositivo. Los teléfonos móviles de última generación incorporan varios micrófonos distribuidos a lo largo de la carcasa, buscando perfeccionar la captación de sonido en diferentes contextos.
Este particular orificio, muchas veces confundido con un pequeño detalle de diseño, tiene una misión clara: ayudar a que la voz del usuario se escuche nítida y libre de interferencias.

Cuando se utiliza el teléfono para hablar, grabar o participar de videollamadas, el micrófono principal —ubicado generalmente en la parte inferior— se encarga de captar la voz del usuario de manera directa. El micrófono secundario, situado estratégicamente junto al puerto de carga, cumple la tarea de recoger los ruidos ambientales.
Gracias a este trabajo conjunto y a los algoritmos de cancelación activa de ruido, el móvil puede distinguir el sonido relevante (como la voz) del ruido de fondo (viento, tráfico, conversaciones cercanas), lo que resulta en una mejora notable de la calidad sonora.
Por qué los fabricantes eligen esta ubicación
La ubicación del micrófono secundario no es arbitraria. Al estar próximo a la boca del usuario y a fuentes habituales de ruido, permite capturar el contexto sonoro de forma precisa. Esta disposición facilita una comunicación directa y optimiza la interpretación que el software hace de los sonidos captados por ambos micrófonos.
Así, durante una conversación telefónica, la voz del usuario se transmite con mayor claridad, incluso en entornos ruidosos.

En ciertos modelos, como es frecuente en algunos iPhone y teléfonos Android de gama alta, el orificio del micrófono puede unificarse visualmente con el de los altavoces o encontrarse protegido por una malla fina.
Otros móviles optan por integrar esta apertura como un punto aislado, siempre cerca del puerto de carga. Esta decisión responde tanto a cuestiones estéticas como a necesidades técnicas de diseño y funcionalidad.
Riesgos de manipulación incorrecta y cómo cuidarlo
La apariencia insignificante de este orificio a menudo lleva a errores comunes. Es frecuente que los usuarios lo confundan con el orificio destinado a expulsar la bandeja de la tarjeta SIM, introduciendo accidentalmente el pin de extracción o algún objeto punzante. Tal proceder puede tener consecuencias graves para el funcionamiento general del equipo.
En algunos casos, los fabricantes prevén sistemas de protección, como el estrechamiento del canal interno o la instalación de una malla resistente, para evitar que los objetos extraños alcancen los componentes sensibles del micrófono.

Sin embargo, no todos los modelos incluyen estas precauciones, por lo que introducir agujas, clips, chinchetas u otras herramientas metálicas constituye un riesgo importante. Manipular este microcomponente puede provocar perforaciones, desplazamientos internos o incluso cortocircuitos si el objeto en cuestión entra en contacto con circuitos activos, sobre todo cuando el móvil está encendido.
Una avería en este sensor suele traducirse en pérdida de calidad de audio, grabaciones deficientes, eco o ausencia de sonido durante llamadas, lo que impacta directamente en la usabilidad del teléfono y en muchos casos requiere reparaciones costosas.
La suciedad y el polvo pueden acumularse en este orificio, especialmente en climas secos o ambientes polvorientos. A pesar de la tentación de limpiar el micrófono con herramientas improvisadas, los especialistas recomiendan métodos seguros para evitar que los residuos se desplacen al interior o dañen el delicado sensor.

El uso de masilla adhesiva especial —similar a la utilizada para limpiar teclados— permite eliminar partículas sin dejar residuos ni ejercer presión excesiva. Con pequeñas porciones de esta masilla aplicadas suavemente en la entrada del orificio, la suciedad se adhiere y puede retirarse de inmediato.
Otra alternativa consiste en cepillos de cerdas suaves: al pasar el cepillo de manera superficial, es posible despejar polvo sin desplazar elementos ni dañar la malla del micrófono.
El aire comprimido es otra opción viable, siempre que se utilice con moderación y aplicando el chorro de manera lateral y a una distancia prudente. Hay que evitar ráfagas directas o continuas, ya que la presión puede afectar internamente el sensor o los componentes electrónicos adyacentes.
