Antes de dejar el Ministerio de Seguridad, decidió reivindicar a Ramón Falcón –asesino de obreros a principios del siglo XX– y a Alberto Villar, torturador y perseguidor de militantes de los años ’70.
Después de ganar las elecciones para el Senado en la Ciudad con más del 50 por ciento, Patricia Bullrich radicalizó sus posturas. En menos de 24 horas, fungió como oradora principal en La Derecha Fest, donde se mostró junto con la activista pro impunidad Cecilia Pando, quien se movía como su sombra, e hizo una reivindicación de la represión que ha sabido desplegar la Policía Federal Argentina (PFA) a lo largo de su historia. A pocos días de dejar su cargo como ministra de Seguridad, Bullrich ordenó que la escuela de cadetes vuelva a llevar el nombre de Ramón Falcón, recordado por reprimir y asesinar obreros a principios del siglo XX, y que la de suboficiales vuelva a nombrarse Alberto Villar, recordado torturador, integrante de la Triple A y perseguidor de los militantes de los años ‘70.
						
									










































								
				
				
			



