Un nuevo estudio descubrió, a través de mapas de probabilidad, como seleccionar con precisión los puntos donde impactar un objeto espacial sin control y así evitar riesgos futuros para nuestro planeta.
El riesgo de que un asteroide impacte la Tierra, lejos de ser una preocupación exclusiva de la ciencia ficción, es un tema que tiene pendiente a la humanidad desde hace décadas.
Cada año, astrónomos detectan decenas de objetos cercanos a nuestro planeta que podrían representar una amenaza futura. Sin embargo, desviar un asteroide no es tan simple como empujarlo fuera de su trayectoria: según un nuevo estudio presentado esta semana, incluso pequeñas desviaciones mal calculadas podrían terminar creando nuevos riesgos a largo plazo.
Para hacer frente a este desafío, un equipo del Programa de Oportunidades de Investigación de Posgrado en Tecnología Espacial de la NASA en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign presentó una serie de técnicas de precisión para desviar asteroides, basadas en mapas de probabilidad que identifican los puntos más seguros en la superficie de los objetos.

Estas técnicas permiten planificar impactos que alteren la órbita del asteroide sin que el bólido espacial pase por regiones que podrían redirigirlo hacia la Tierra en el futuro.
Este novedoso sistema tiene en cuenta la forma del asteroide, la distribución de su masa, su topografía, como cráteres y colinas, y su velocidad de rotación. A partir de estos datos, los científicos pueden simular cómo diferentes impactos afectarían su trayectoria y predecir la probabilidad de que se produzca un riesgo futuro. De esta manera, las misiones de desviación pueden seleccionar objetivos específicos en la superficie del asteroide que maximicen la efectividad del impacto y minimicen cualquier peligro adicional.
Este enfoque representa un cambio importante respecto a misiones anteriores, como la DART de la NASA, que en 2022 impactó con éxito el asteroide Dimorphos. DART demostró que un impacto cinético puede alterar la órbita de un asteroide y cambiar su período orbital, pero su objetivo fue relativamente sencillo: el sistema Didymos es demasiado masivo para que un error de cálculo pusiera en riesgo a la Tierra.
Las nuevas técnicas de la NASA permiten, por primera vez, planificar con precisión la desviación de asteroides potencialmente peligrosos y representan un avance clave en defensa planetaria, al ofrecer herramientas que podrían ahorrar tiempo crítico ante la aparición de nuevas amenazas y reducir el riesgo de errores que, aunque parezcan pequeños, podrían tener consecuencias catastróficas décadas después.
