Ambas empresas acusaron a Midjourney de usar sus contenidos para entrenar su modelo de generación de imágenes.
Disney y Universal, dos de las mayores compañías de entretenimiento del mundo, presentaron una demanda conjunta contra Midjourney en la que la acusan de usar contenidos de Star Wars y Los Simpson, por ejemplo, para entrenar a su modelo de IA, sin autorización.
Ambos gigantes de la industria argumentan que la empresa de inteligencia artificial, conocida por su generador de imágenes, permite la creación y difusión de imágenes que reproducen fielmente personajes y propiedad intelectual protegida de ambas compañías, como Darth Vader, Elsa de Frozen, los Minions, Hulk, Iron Man, Spider-Man y muchos otros.
La movida es importante porque constituye la primera acción legal de este tipo que emprenden los grandes estudios de Hollywood contra una firma de IA.
En la demanda, presentada en el tribunal federal de distrito de Los Ángeles, los abogados de Disney y Universal, sostienen que Midjourney facilita la descarga de imágenes y videos de personajes registrados, y promueve plantillas y ejemplos en su sección Explore, lo que demostraría que la empresa es consciente del uso de los personajes sin consentimiento y capitaliza esta funcionalidad. Además, calificaron la situación como un agujero negro de plagio y a Midjourney como un “depredador del derecho de autor”.
Los demandantes argumentan que la reproducción, aunque automatizada y generada por IA, de los contenidos protegidos por derechos de propiedad intelectual, constituye una infracción legal.
Según los demandantes, la herramienta de IA obtuvo ingresos cercanos a los 300 millones de dólares en el último año gracias a su modelo de suscripción y está por lanzar un servicio de generación de video basado en IA. Por ese motivo, los estudios exigen una compensación de hasta 150.000 dólares por cada obra que haya vulnerado el copyright, lo que podría superar los 20 millones de dólares en daños.
Hasta el momento, Midjourney no emitió una declaración oficial, aunque su CEO, David Holz, reconoció públicamente la dificultad de rastrear el origen de los millones de imágenes usadas para entrenar el modelo.
La demanda es considerada un caso testigo que podría sentar precedentes legales para toda la industria de generación automática de contenidos por IA, en un contexto donde cada vez más estudios integran herramientas de IA en sus procesos creativos.
