En las últimas horas se armó un gran revuelo porque Gabriel Chumpitaz, candidato a diputado, usó una foto con Patricia Bullrich para su campaña.
A menos de dos semanas de las elecciones legislativas, una fuerte disputa política estalló en Santa Fe entre La Libertad Avanza (LLA) y el diputado Gabriel Chumpitaz, candidato de Compromiso Federal, acusado por el espacio libertario de utilizar la imagen de Patricia Bullrich en su campaña sin consentimiento.
La controversia se originó tras la aparición de carteles y folletos de Chumpitaz donde se veía a la ministra de Seguridad junto al legislador santafesino. Desde LLA aseguraron que se trata de un uso indebido de imagen, con el objetivo de “generar confusión en el electorado” y obtener un rédito político.
“La Libertad Avanza acaba de iniciarnos una demanda ante la Justicia Federal para bajar nuestra lista de diputados nacionales”, denunció Chumpitaz en su cuenta de X (ex Twitter), donde afirmó ser víctima de “hostigamiento y persecución política”.
Según trascendió, el espacio libertario reclamó que el dirigente utilizó no solo la figura de Bullrich, sino también colores y elementos gráficos similares a los del frente oficialista. El reclamo fue presentado ante la Justicia, que falló a favor de LLA.
La propia Patricia Bullrich confirmó la resolución judicial y lanzó un mensaje directo al diputado santafesino:
“Oíme, Chumpitaz: tenés 12 horas para acatar el fallo judicial y sacar los carteles donde usás mi cara sin permiso y sin pertenecer al espacio”, advirtió en redes sociales.
La funcionaria también buscó despejar cualquier duda sobre sus apoyos en esa provincia:
“Mi candidato en Santa Fe es Agustín Pellegrini de La Libertad Avanza”, remarcó la ministra, marcando distancia del dirigente de Compromiso Federal.
Mientras tanto, Chumpitaz insistió en que se trata de una maniobra política para “bajar su lista” y advirtió que no permitirá que lo silencien en plena campaña.
El conflicto, que expone las tensiones internas en la oposición, se da en un contexto de alta polarización y cuando la imagen de Bullrich se volvió un activo codiciado en los últimos tramos del proceso electoral.
