El influencer fue condenado a nueve años y 10 meses de prisión por varios delitos: se contactaba con adolescentes a través del juego Free Fire
Un influencer de 35 años fue condenado en Uruguay por varios delitos sexuales que competía tras ganarse la confianza de adolescentes a través del juego Free Fire. El hombre, que era viral en Tik Tok, conocía a menores a través de ese juego y se encontraba con ellos para concretar la entrega de algunos premios. Pero en esos encuentros presenciales, abusaba de ellos, informó la Fiscalía uruguaya.
El juego Free Fire le permitía al hombre obtener los datos de contacto de los usuarios y les ofrecía regalos. Luego, por WhatsApp coordinaba para entregarlos de forma presencial.
El abusador tenía dos modalidades para concretar los encuentros. En algunos casos, empleaba una identidad falsa; en otros, se hacía pasar por menor de edad mediante el uso de un chip argentino. Los delitos los cometió entre diciembre de 2024 y febrero de 2025.
El caso ocurrió en el departamento de Canelones.
Con el número argentino, el tiktoker citó a varios adolescentes de entre 13 y 15 años en una habitación de hotel. Allí los obligaba a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero en efectivo y de recarga de datos para el celular. El influencer utilizaba frases manipuladoras para tener sexo. “Mirá que te puedo regalar cosas”, dijo en al menos una ocasión. “¿No querés pertenecer al clan Gobernantes?”, es otra de las frases que utilizó el abusador.

Las edades de las víctimas de este influencer oscilan entre los 11 y los 15 años.
De los chats también surge que el ahora condenado utilizó otros mecanismos de persuasión y manipulación. Alguna de las frases que utilizó fueron las siguientes: “No soy un ogro”; “Qué parte de tu cuerpo no te gusta”; “mostrame”; “¿no entendés de qué te estoy hablando cuando te pido fotos?”; “sos un pendejo”, “¿no querés pertenecer al clan?”.
Cuando una de sus víctimas se negó a encontrarse, el condenado lo amenazó y le dijo al niño que, si no asistía al hotel, le iba a hacer daño a su familia. O que iba a publicar filmaciones que tenía de él.
La madre de este menor se enteró de la situación de abuso y acoso que estaba sufriendo su hijo en marzo de 2025. Fue ella quien decidió presentar una denuncia penal que activó la investigación de la Policía y la Fiscalía uruguaya.
En el mismo mes de marzo, los agentes policiales llegaron a la casa de este tiktoker, que reaccionó mal. Con los efectivos enfrente, el hombre se desacató, se resistió al arresto e intentó romper el celular y el resto de los electrodomésticos. También amenazó a los policías que estaban allí y a la fiscal del caso.

Las pericias del celular permitieron encontrar conversaciones con decenas de víctimas, tanto uruguayas como extranjeras. En el teléfono encontraron una serie de videos e imágenes con contenido sexual infantil. Muchos de esos archivos habían sido filmados por el propio condenado.
En la investigación también se comprobó que el hombre hacía videollamadas con menores, en las que le pedía que hicieran determinados actos sexuales. A cambio, les recargaba sus celulares con internet.
La Fiscalía logró la condena a través de un proceso abreviado, que implica que el acusado reconoce los delitos a cambio de una pena menor. Finalmente fue sentenciado por los siguientes delitos: reiterados delitos de abuso sexual especialmente agravado, un delito de desacato, reiterados delitos de violencia privada, reiterados delitos de retribución o promesa de retribución a menores de edad, reiterados delitos de corrupción y ultraje a menores de edad (grooming) especialmente agravado, acoso telemático especialmente agravado, y todos en régimen de reiteración real entre sí.
La pena es de nueve años y 10 meses de prisión, además de otras sanciones como la prohibición de trabajar en áreas que impliquen trato con menores.
