El exmandatario cumplía prisión domiciliaria en Brasilia. Quedó alojado en la sede de la Policía Federal, en una sala especial para autoridades, luego de una orden del Supremo Tribunal Federal.
Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, fue detenido de manera preventiva por orden del Supremo Tribunal Federal (STF). El exmandatario, condenado por intento de golpe de Estado, ya se encontraba en prisión domiciliaria.
La decisión llegó después de que su hijo, el senador Flávio Bolsonaro (PL-RJ), convocara una vigilia frente al domicilio del exmandatario, lo que la Policía Federal consideró un riesgo para la seguridad de los participantes y de los propios agentes.
El operativo se desplegó cerca de las 6 de la mañana, cuando un convoy policial llegó al condominio donde vive Bolsonaro. El exmandatario reaccionó con tranquilidad al momento de la detención. En ese instante, Michelle Bolsonaro, ex primera dama, no se encontraba en la vivienda.
A las 6:35, el vehículo que trasladaba a Bolsonaro llegó a la sede de la Policía Federal. Allí, el exmandatario fue sometido a un examen de cuerpo médico-legal, procedimiento habitual en estos casos, realizado por agentes del Instituto Médico-Legal para evitar su exposición pública.

Los motivos detrás de la detención y el contexto judicial
La Policía Federal informó oficialmente que cumplió con un mandato de prisión preventiva emitido por el STF. Bolsonaro quedó alojado en una sala de Estado, un espacio reservado para expresidentes y otras figuras públicas de alto rango.
El exmandatario ya se encontraba bajo prisión domiciliaria desde el 4 de agosto, por decisión del juez Alexandre de Moraes, quien lo acusó de violar medidas cautelares. Moraes sostuvo en su momento que Bolsonaro utilizó redes sociales de aliados, incluidos sus tres hijos parlamentarios, para difundir mensajes que instigaban ataques al Supremo Tribunal Federal y apoyaban la intervención extranjera en el Poder Judicial brasileño.
La condena previa y el pedido de la defensa
En septiembre, el STF condenó a Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión por intento de golpe de Estado. Sin embargo, esa sentencia aún no está firme y sigue en etapa de apelaciones. La detención de este sábado, según aclararon fuentes judiciales, no está vinculada directamente a esa condena.

El viernes, la defensa del exmandatario solicitó al ministro Alexandre de Moraes que se le conceda prisión domiciliaria humanitaria, argumentando que Bolsonaro padece un “cuadro clínico grave” y “múltiples comorbilidades”, lo que haría riesgoso su traslado a una cárcel común. Los abogados adelantaron que apelarán la condena, pero pidieron que, mientras tanto, el expresidente permanezca en su casa.
Por el momento, Bolsonaro permanece bajo custodia en la sede de la Policía Federal, a la espera de nuevas definiciones judiciales.













































