La investigación, realizada en Trinity College Dublín, demostró que “reprogramar” células clave del sistema inmunitario, podría brindar nuevas perspectivas para terapias seguras y personalizadas en medicina avanzada
Un equipo de investigadores en Trinity College Dublín descubrió que la aplicación de corrientes eléctricas a un tipo específico de célula inmunitaria, denominada macrófago, permite modificar su comportamiento para reducir la inflamación y acelerar la recuperación tras lesiones o enfermedades.
El estudio, publicado en Cell Reports Physical Science, analizó en laboratorio los efectos de la estimulación eléctrica sobre muestras de células obtenidas de donantes sanos a través del Banco de Sangre Irlandés en el hospital St. James. Los resultados abren nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias dirigidas a mejorar la curación de tejidos y controlar cuadros inflamatorios.
Según el comunicado divulgador por Science Daily, los macrófagos representan un componente esencial del sistema inmunitario de los seres humanos. Estas células de la sangre circulan por los tejidos, detectan y eliminan microbios dañinos, virus y células muertas, y coordinan la activación de otros mecanismos de defensa cuando el organismo lo requiere.

Sin embargo, una activación excesiva de los macrófagos puede resultar nociva, ya que produce una inflamación descontrolada capaz de dañar tejidos, agravar enfermedades crónicas y afectar la recuperación tras lesiones.
La investigación realizada en Trinity College Dublín consistió en aislar macrófagos de sangre humana y someterlos a corrientes eléctricas en un bioreactor experimental. De acuerdo con la doctora Sinead O’Rourke, autora principal del trabajo, la aplicación de la estimulación eléctrica indujo un cambio notorio en el perfil de los macrófagos.
Las células pasaron a un estado antiinflamatorio, disminuyendo la actividad de los marcadores clásicos de inflamación y favoreciendo la expresión de genes ligados a la reparación de tejidos y la formación de nuevos vasos sanguíneos.

El estímulo eléctrico aplicado también incrementó la atracción de células madre hacia la zona de lesión, lo que constituye un factor clave para una reparación más rápida y eficiente. La participación de las células madre en el proceso de curación permite la regeneración de tejidos dañados, reduce el riesgo de formación de cicatrices excesivas y acorta el tiempo necesario para la recuperación completa en heridas o enfermedades inflamatorias.
De acuerdo con el equipo de investigación, otro de los aspectos relevantes es la perspectiva clínica de los hallazgos. A diferencia de otros métodos complejos y costosos para modular el sistema inmunitario, la estimulación eléctrica controlada ofrece ventajas por su relativa facilidad de implementación, el bajo riesgo asociado y la posibilidad de aplicación localizada y medida. Esto sugiere que, en un futuro, podrían desarrollarse dispositivos médicos capaces de intervenir de manera precisa en zonas específicas afectadas por inflamación.
El estudio, coordinado por los profesores Aisling Dunne y Michael Monaghan, subraya el potencial de esta aproximación para una amplia gama de afecciones. Entre las aplicaciones más prometedoras se encuentran el tratamiento de heridas abiertas, enfermedades autoinmunes, procesos inflamatorios crónicos y la recuperación tras intervenciones quirúrgicas, donde la modulación de la respuesta inmunitaria es fundamental para evitar complicaciones.

El profesor Michael Monaghan, codirector del proyecto, señala que entre los próximos pasos figura la búsqueda de parámetros óptimos de estimulación, la evaluación de efectos en modelos animales y la exploración de nuevos materiales y dispositivos para el suministro de campos eléctricos. El objetivo es perfeccionar el método y analizar su impacto en formas más complejas de inflamación, con miras a la transferencia a ensayos clínicos en pacientes.
Según el informe divulgado por Science Daily, estos resultados constituyen un avance relevante hacia el desarrollo de terapias basadas en la electricidad para acelerar los procesos de curación y modular la respuesta inmune en situaciones patológicas. La posibilidad de “reprogramar” los macrófagos introduce una estrategia directa de intervención sobre la inflamación, problema central en muchas enfermedades crónicas y agudas.
El uso de electricidad en medicina ya tiene antecedentes en terapias de estimulación nerviosa para el control del dolor o en la recuperación funcional tras lesiones musculares. Sin embargo, la evidencia generada por el grupo en Trinity College Dublín muestra que el impacto puede extenderse al microambiente inmunitario y al proceso de regeneración tisular.

Los hallazgos destacan la importancia de la interdisciplinariedad entre disciplinas como la biomedicina, la ingeniería y la inmunología. La investigación pone de relieve que el desarrollo de nuevas técnicas de tratamiento puede requerir la integración de enfoques biotecnológicos y físicos para abordar desafíos médicos complejos.
La demostración de que la electricidad puede modificar de manera segura y eficaz el comportamiento de los macrófagos para reducir la inflamación y facilitar la reparación tisular abre una nueva etapa en el diseño de alternativas terapéuticas.
De acuerdo con los autores, la transferencia de esta tecnología a la práctica clínica podría mejorar los resultados en pacientes con heridas difíciles, enfermedades inflamatorias y otras condiciones que requieren una respuesta inmune controlada y una recuperación acelerada.
						
									










































								
				
				
			



