Lejos de las cámaras del estadio, el noruego muestra cómo combina disciplina extrema, terapias poco convencionales y placer cotidiano para sostener su éxito dentro y fuera de la cancha
Erling Haaland, la estrella del Manchester City, no solo impresiona por sus goles, sino por una rutina diaria marcada por prácticas poco convencionales y una disciplina a prueba de presiones.
En un video reciente publicado en su canal de YouTube, el delantero noruego abrió las puertas de su residencia en Cheshire y mostró cómo combina hábitos de alto rendimiento, tradiciones cotidianas y placer personal.
La mañana de un goleador: rutinas y disciplina sin artificios
El día de Haaland comienza temprano y lejos de cualquier ostentación. En la intimidad de su casa, el delantero se prepara el desayuno: café al que añade jarabe de arce, huevos fritos y pan artesanal, que recibe fresco cada mañana. “He vivido solo desde los 16 años, así que tengo que cocinar”, explica en el video, señalando su preferencia por la autosuficiencia.
Ese primer ritual no es solo una cuestión de nutrición. Marca la pauta de un enfoque en el que la normalidad y los pequeños placeres importan tanto como el entrenamiento más estricto. La rutina matutina refuerza la autenticidad que lo distingue del prototipo del deportista de élite, y redefine el sentido de bienestar lejos de lujos innecesarios.

Terapias alternativas, masajes y flexibilidad: la ciencia del cuerpo propio
La preparación física de Haaland avanza con la llegada de Mario Pafundi, fisioterapeuta del Manchester City. Cada sesión incluye masajes, trabajos de tejido blando y ejercicios de estiramiento, con énfasis en la flexibilidad de la ingle, clave para la explosividad del noruego.
“Una gota pequeña hace un agujero en la roca”, asegura Pafundi, explicando la importancia de la constancia.
No es el único método inusual. Haaland recurre a la terapia de luz roja en su gimnasio doméstico, convencido de que le ayuda a compensar la falta de sol y mejora la recuperación muscular. Estos detalles reflejan que el cuidado físico del delantero va más allá de la rutina estándar de cualquier futbolista; lo personaliza y experimenta constantemente, siempre en búsqueda de ventajas mínimas pero significativas.

Comer para rendir: carne, leche cruda y productos locales
Si hay una parte de su rutina que desafía los clichés del fútbol moderno, es su relación con la comida. En vez de seguir una dieta restrictiva o acudir a chefs personales, Haaland prefiere abastecerse él mismo en Greenoaks Farm, su “supermercado personal” en la zona. Allí selecciona cortes de carne como tomahawk, short rib y ribeye, además de leche cruda y miel directamente de productores locales.
Su entusiasmo al elegir carnes grasosas y productos sin procesar es inusual entre los futbolistas profesionales, que suelen priorizar otra clase de alimentos. “Me gustan más los cortes grasos”, admite Haaland, mientras bromea con empleados de la granja y acuerda ordeñar una vaca la próxima vez.

Baños de hielo, sauna y hogar: el ritual imprescindible de la recuperación
Después de los entrenamientos en el club—parte del día que prefiere mantener fuera de foco—Haaland vuelve a casa para realizar otro de sus rituales clave: el baño de hielo y el sauna en el jardín.
“Es bueno para la mente. Logras algo que no quieres hacer”, reflexiona Haaland, convencido de que tan importante como el beneficio físico es la fortaleza mental que implica soportar el frío extremo.
Repite este ciclo varias veces por semana, combinando métodos tradicionales y modernos para cuidar su cuerpo. No hay tecnologías exóticas ni operaciones secretas: la base es la disciplina y la capacidad de disfrutar los procesos, por duros que sean.

Parrilla, complicidad y placer: el valor de lo cotidiano
La cocina vuelve a tomar el protagonismo al caer la tarde. Junto a Isabel Haugseng Johansen, su pareja, Haaland transforma la cena en un espacio de complicidad y disfrute. Preparan la comida juntos, debaten sobre la cantidad exacta de aceite de oliva en la ensalada o el punto ideal de la salsa.
“Tienes que sentirlo, tienes que tocarlo”, dice Haaland mientras comprueba el punto de la carne en la parrilla. “Necesitas una buena costra en el filete. Si logras eso, ya has avanzado mucho”, añade con humor y precisión. Este momento final del día ilustra cómo el delantero cuida los detalles y encuentra satisfacción hasta en lo más simple.

Autenticidad y obsesión saludable: las claves ocultas del éxito
Más allá de los suplementos, de la cinta en la boca para dormir o de las gafas para bloquear luz azul, el video revela a un Haaland obsesionado, sí, pero también humano y enfocado en disfrutar.
Las cámaras muestran a un futbolista disciplinado, meticuloso, que se permite rituales propios y pequeños placeres sin perder nunca el contacto con la realidad.
Su éxito no reside solo en el talento ni en la genética—sino en el equilibrio absoluto entre dedicación al máximo nivel y el goce de la vida cotidiana. La normalidad, la búsqueda del detalle y el respeto por la autosuficiencia personal terminan de explicar por qué Haaland no es solo uno de los máximos goleadores del mundo, sino una figura magnética y cercana, capaz de reinventar la idea de lo que significa ser un deportista de élite.











































