Los principales funcionarios y la tropa virtual se mostraron eufóricos tras la manifestación de respaldo estadounidense, pero por lo bajo piden no cantar victoria. Esperan que se conozcan los detalles del préstamo del Tesoro y la posterior evolución de las variables económicas
La primera plana del Gobierno se mostró incesantemente eufórica desde el lunes, cuando se confirmó que estaban avanzadas las negociaciones por un préstamo del Tesoro de Estados Unidos. Y aumentó los niveles de entusiasmo ayer, cuando Donald Trump le manifestó su apoyo total a Javier Milei y a su reelección. Por lo bajo, al final de dos jornadas de intenso júbilo en el oficialismo, algunas voces más cautas del oficialismo señalaban que aún temen por el devenir de la situación económica, a la espera de los detalles de la financiación y de su posterior impacto en los mercados.
“Fue todo genuino, pero no se sostiene si las mejoras no se sostienen”, dijeron en la Casa Rosada, y sostuvieron que en los próximos días evaluarán la continuidad de las variables económicas. “La euforia tiene que ser justificada. No se logra artificialmente. Y forzarla puede ser perjudicial”, agregaron.
Con mayor prudencia aún, algunos libertarios señalaban que podría ser contraproducente mostrarse excesivamente confiados. “No están mal mensajes como los de ayer para motivar a la tropa. Sí puede complicar que lo hagan funcionarios”, dijo un colaborador con llegada a la cúpula, consciente de que el pedido de fondos a EE.UU. para pagar deuda tiene un costo para el país. “Aunque fue una buena noticia, nunca es lo mejor que el Gobierno dependa de terceros”, agregó.
El dólar bajó, al igual que el riesgo país, y los bonos subieron. Pero las oscilaciones, si bien positivas, no fueron significativas, ni se aplicaron a las acciones, cuando se desconoce cuándo y cómo se ejecutará el préstamo. Los mercados, admitieron en el oficialismo, esperan anuncios concretos sobre los montos y plazos de las erogaciones que hará el Tesoro de Estados Unidos, y las condiciones. Y la administración republicana, más allá del “total respaldo” manifestado por Trump, hasta anoche mantenía en reserva los detalles.
A la espera, como el resto del Gobierno, de un comunicado del Tesoro, Luis Caputo dijo en un breve contacto con la prensa, ayer, desde Nueva York, que se habló de una “cifra concreta” en los intercambios con el gobierno estadounidense, pero no quiso develar el monto pedido o discutido. Sí se encargó de resaltar, en esa entrevista como en sus redes sociales, la parte emotiva del encuentro con Trump, que consideró “impresionante”, en un tuit, y “emocionante” en otro. Y aseguró que Estados Unidos “no pide nada” a cambio.
Mientras tanto, los tuiteros de la “guardia pretoriana” de Milei se jactaban de lo que plantearon como un enorme logro del Gobierno; y les contestaban en modo revanchista a referentes de la oposición o economistas críticos, que señalaban que el viaje de Milei y la promesa de un salvataje es una manera del Ejecutivo de “venderse” a la Casa Blanca.
Uno fue el senador radical Martín Lousteau, que había advertido sobre los riesgos de los préstamos: “Quizás sea hora de dejar de apostar y empezar a arreglar también la economía de la gente, no solo la de los bonistas”, dijo. “Flaco, fuiste el Ministro de Economía de Cristina Kirchner”, le respondió el alfil de Santiago Caputo en la provincia de Buenos Aires, Agustín Romo. Poco después, el tiktoker y amigo íntimo de Milei, Iñaki Gutiérrez, comparó la foto de Donald Trump con la que retrató el encuentro entre Alberto Fernández y el músico L-Gante: “La diferencia entre tener un pelotudo y a un presidente en el gobierno”, escribió.
Mientras tanto, los libertarios destacaban la respuesta del Secretario del Tesoro, Scott Bessent, a una senadora demócrata que había criticado a Trump por “querer que los contribuyentes estadounidenses rescaten a su amigo Milei en la Argentina”.

Por lo bajo, algunos libertarios manifestaban cautela y recordaban que hasta hace dos días el Gobierno estaba en el piso, golpeado por la continuidad de derrotas en el Congreso y el fuertísimo revés en las elecciones en la provincia de Buenos Aires. “El domingo esto era un velorio y hoy hay jolgorio. Hay que ver cuánto dura. Porque sabemos que si no se soluciona la política, no hay reserva que aguante”, sostuvo un funcionario de Milei de la primera hora, mientras Caputo se dedicaba a resaltar las manifestaciones de apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el plan del Banco Mundial de desembolsar 4000 millones de dólares en la Argentina (un dato que en realidad ya se conocía).
Mientras tanto, las peleas al interior de LLA continuaban. Una concejal libertaria que llegó al cargo de la mano de José Luis Espert y es cercana a Las Fuerzas del Cielo despotricaba ayer públicamente contra Ramón “El Nene” Vera, el armador de la Primera Sección que puso Sebastián Pareja y que resisten los alfiles de Santiago Caputo. Y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, quedaba nuevamente en la mira de los libertarios virtuales por la designación de una ferviente opositora al Gobierno y defensora del aborto legal al frente de la Defensoría de la Niñez. Nadie en lo alto del oficialismo favoreció que estos ruidos, síntomas de una discusión más profunda y difícil de resolver, escalen y amenacen con empañar un inicio de semana que el Gobierno vivió como una rotunda victoria y un fuerte alivio.
