La práctica regular de actividad física en entornos naturales se asocia con mejoras en el sistema inmunológico, el estado de ánimo y la función cognitiva, según estudios revisados por especialistas de Harvard Health y Verywell Health
Ejercitarse al aire libre es mucho más que un cambio de escenario: numerosos estudios señalan que la luz solar, el contacto con la naturaleza y el aire fresco ofrecen beneficios únicos para la salud física y mental.
Estas ventajas van más allá de las que proporciona el entrenamiento en interiores, ya que la ciencia confirma que la exposición al entorno natural puede fortalecer el sistema inmunológico, mejorar el estado de ánimo y potenciar el bienestar general.
La integración de la naturaleza en la rutina de actividad física representa una oportunidad para lograr una vida más equilibrada, saludable y plena.
Ejercicio al aire libre: ventajas únicas para el cuerpo
Ejercitarse al aire libre no solo implica un cambio de escenario. Según Verywell health y especialistas de Harvard Health, la práctica regular fuera de casa puede aportar beneficios para la salud que superan a los de los gimnasios u otros espacios cerrados.
Más allá de la actividad física, factores como la luz solar, el contacto con la naturaleza y el aire fresco ofrecen ventajas poco conocidas, entre ellas el fortalecimiento del sistema inmunológico y la mejora del estado de ánimo. Estas conclusiones han sido respaldadas por estudios y expertos recientes.

El análisis publicado por Verywell Health vincula el ejercicio al aire libre con efectos positivos en el organismo. Uno de los beneficios principales es el refuerzo del sistema inmunológico: la exposición a la luz solar estimula la producción de vitamina D, crucial para mantener el sistema inmune en niveles óptimos.
Además, quienes entrenan cerca de áreas verdes pueden inhalar fitoncidas, compuestos que liberan las plantas y que, según el estudio sobre medicina forestaL, potencian la respuesta inmunitaria. Esta conclusión es concordante con lo registrado por Harvard Health.
Mayor desafío físico y gasto energético
Ejercitarse al aire libre representa desafíos adicionales para el cuerpo. Las superficies irregulares, pendientes o terrenos variables obligan al cuerpo a adaptarse, haciendo más intenso el esfuerzo físico. Un estudio científico demostró que caminar sobre arena implica mayor exigencia que hacerlo en superficies planas, aumentando la frecuencia cardíaca y el consumo de oxígeno, pero siendo menos agresivo para las articulaciones.

El Compendio de actividades físicas para adultos señala que las actividades realizadas al aire libre favorecen una mayor quema de calorías gracias a estos factores ambientales, superando muchas veces al simple ejercicio indoor.
El ejercicio en entornos abiertos también genera efectos positivos en la salud mental. Tanto Verywell health como Harvard Health destacan que la actividad física en espacios naturales ayuda a reducir la ansiedad y la depresión.
La luz solar estimula la producción de serotonina, neurotransmisor fundamental para la estabilidad emocional. Además, la exposición regular a la luz natural ayuda a regular el ritmo circadiano. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades señalan que esto puede traducirse en un mejor sueño, sobre todo cuando el ejercicio se realiza por la mañana.

El impacto positivo en el ánimo se debe también a la liberación de dopamina, serotonina y endorfinas durante la actividad física. La variedad y novedad de los entornos estimulan el sistema de recompensa del cerebro, generando una sensación de bienestar general.
Agudeza mental y rendimiento cognitivo
Las ventajas cognitivas también se hacen notar. La evidencia recopilada por verywell health muestra que una breve caminata al aire libre puede mejorar la función cognitiva mucho más que una caminata similar en interiores. El movimiento combinado con estímulos de la naturaleza se asocia a una mayor agudeza mental y velocidad de reacción.

Mantenerse hidratado antes, durante y después de la actividad, evitar la cafeína y el alcohol, y elegir las horas diurnas resultan prácticas aconsejadas. Además, se sugiere permanecer atentos al entorno para evitar caídas o accidentes.
Para quienes no pueden salir con facilidad, existen alternativas como ejercitarse cerca de ventanas abiertas o en zonas del hogar donde la luz natural sea abundante. En circunstancias especiales, la consulta con un profesional de la salud sobre la terapia de luz artificial puede replicar parte de los beneficios de la exposición solar directa.
