La inteligencia artificial avanza a un ritmo que sorprende incluso a los expertos y plantea nuevos retos en 2025
La inteligencia artificial (IA) avanza a una velocidad que sorprende incluso a quienes dedican su vida a estudiarla. En el marco del festival SXSW Londres, se presentó la charla “Cinco cosas que debes saber sobre la IA”, dirigida a un público general y enfocada en explicar de forma sencilla las principales tendencias y desafíos de esta tecnología en 2025.
A continuación, se detallan los cinco puntos principales de la ponencia, que funcionan como una introducción rápida a los dilemas actuales de la inteligencia artificial.
1. La IA generativa es cada vez más realista
La IA generativa, capaz de crear textos, música, imágenes y videos, ha alcanzado un nivel tan alto de calidad que muchas veces resulta indistinguible del trabajo humano. Un ejemplo citado fue un reto en el que un grupo editorial tuvo que adivinar cuáles canciones habían sido producidas por IA y cuáles por personas, con resultados peores que el azar.

Este avance no se limita a la música. Está presente en múltiples ámbitos: desde el desarrollo de software hasta la robótica y la biología sintética. Herramientas como Veo 3 de Google DeepMind, especializadas en generación de video, muestran que la frontera entre lo creado por máquinas y lo creado por humanos se difumina cada vez más.
La advertencia es clara: tanto quienes consideran la IA como una gran oportunidad, como quienes la ven con recelo, deben entender que la tecnología avanza rápidamente y no puede subestimarse.
2. Las “alucinaciones” no desaparecerán
Uno de los problemas más conocidos de la IA generativa es su tendencia a inventar información, fenómeno conocido como “alucinaciones”. Estas ocurrencias no son simples errores, sino parte de cómo funcionan los modelos: están diseñados para generar respuestas plausibles, no necesariamente verdaderas.

Ejemplos recientes muestran cómo estas alucinaciones han llegado a tribunales, oficinas gubernamentales y servicios de atención al cliente, donde los sistemas inventaron casos legales o reembolsos inexistentes.
La clave, según la charla, no es esperar que algún día la IA deje de alucinar, sino comprender sus límites y usarlos de forma responsable.
3. El costo energético es un desafío creciente
La popularización de los modelos de IA también ha traído un fuerte impacto en el consumo energético. Aunque entrenar un modelo requiere una gran cantidad de electricidad, el verdadero desafío surge cuando millones de personas lo utilizan a diario.

ChatGPT, por ejemplo, tiene alrededor de 400 millones de usuarios semanales, lo que lo convierte en uno de los sitios más visitados del mundo. Ese volumen de uso exige una enorme infraestructura tecnológica, desde centros de datos en expansión hasta refuerzos en las redes eléctricas.
El problema es que todavía no existe información precisa sobre el consumo energético real de los principales modelos, ya que las compañías no suelen compartir datos. Aun así, estudios independientes y de código abierto comienzan a dar las primeras estimaciones.
4. Nadie entiende del todo cómo funcionan los modelos de lenguaje
Aunque se sabe cómo construir y entrenar los modelos de lenguaje más avanzados, su funcionamiento interno sigue siendo un misterio. Los científicos pueden comprobar que producen resultados útiles, pero no tienen una explicación completa de los procesos que ocurren en su interior.

Esta falta de comprensión genera incertidumbre. Hasta que no se logre un mayor entendimiento, no se podrá establecer con claridad qué puede hacer la IA, cuáles son sus límites reales ni cómo controlar su comportamiento de forma confiable.
5. La “inteligencia artificial general” es un concepto vago
En los últimos años, se ha popularizado la idea de la inteligencia artificial general (IAG), definida como una IA capaz de igualar las capacidades cognitivas humanas en una amplia gama de tareas. Sin embargo, no existe consenso sobre qué significa exactamente, ni cómo medirla.
En la práctica, el término se ha convertido en un sinónimo de “una IA más avanzada que la actual”. Aunque muchos expertos confían en que se alcanzará en el futuro, no hay pruebas de que sea posible.

La charla concluyó subrayando que la IA es una tecnología poderosa y en expansión, pero aún con limitaciones serias. A pesar de los avances, las máquinas imitan comportamientos humanos sin que exista evidencia de que posean algo parecido a una “mente” propia.
