Mark Zuckerberg y Sam Altman, entre otros, revelaron que tienen refugios sofisticados para enfrentar un eventual fin del mundo.
Mientras millones de personas apenas logran planificar su próximo fin de semana, algunos de los nombres más poderosos del mundo tecnológico piensan (y gastan fortunas) en algo más grande e hipotético: cómo sobrevivir al fin del mundo.
Y no se trata de inversiones en complejas herramientas inteligencia artificial, robots y vehículos autónomos, o exploración espacial. Ahora, figuras como Mark Zuckerberg (Meta), Sam Altman (OpenAI) o Peter Thiel (exPayPal) destinan millones de dólares a construir búnkeres, almacenar armas y prepararse para escenarios catastróficos.
La idea de tener un refugio subterráneo dejó de ser un capricho excéntrico para convertirse en símbolo de estatus entre las personas más ricas del mundo.
Y para aprovechar esta tendencia, ya hay empresas que trabajan con lista de espera para entregar sus productos tras el pico de pedidos que experimentaron luego de los conflictos geopolíticos recientes, como las tensiones entre Irán e Israel.
Estas compañías ofrecen búnkeres que se parecen más a habitaciones de hotel de lujo que refugios de emergencia: tienen piscinas, cines, bodegas privadas e incluso campos de tiro, todo bajo tierra. Algunos pueden superar los dos millones de dólares.
Así se preparan los millonarios tecno
Según publicó el medio Business Insider, Mark Zuckerberg, creador de Facebook y CEO de Meta, confirmó que está construyendo en Hawaii un megasótano, o como él mismo describe, un refugio contra ciclones. Aunque no se conocen las dimensiones del búnker, se rumorea que mide más de 400 metros cuadrados y sería parte de un sofisticado complejo de más de 1300 hectáreas que incluye túneles subterráneos y espacios secretos.
Sam Altman, CEO de OpenAI, negó tener un refugio en sentido estricto. Sin embargo, ya admitió que cuenta con estructuras y recursos para afrontar un eventual apocalipsis global. Además, ya había confesado que atesora armas, lingotes de oro, yoduro de potasio, antibióticos y máscaras antigás israelíes. Incluso, se sabe que compró un terreno en Big Sur, California, como posible zona de escape.
Otro caso emblemático es el de Peter Thiel, cofundador de PayPal y uno de los inversores más influyentes del Silicon Valley. En 2011 adquirió tierras en Nueva Zelanda con la idea de construir un búnker, pero las autoridades locales bloquearon el proyecto por su impacto ambiental. No es casual que ese país se haya convertido en un destino predilecto para los preppers tecnológicos: es un lugar alejado de los centros económicos y financieros mundiales, ubicado en el océano Pacífico, es un país estable y tiene paisajes de ensueño.
Por su parte, Steve Huffman, director ejecutivo de Reddit, también decidió prepararse. Se sometió a cirugía ocular láser para no depender de gafas en una emergencia, tiene una colección de motos listas para recorrer largas distancias, armas de fuego y acumula grandes reservas de comida.
Por último, Palmer Luckey, fundador de Oculus, reveló en una entrevista que posee tanques militares y compró silos de misiles abandonados para usarlos como almacenes subterráneos para su colección de videojuegos.
La tendencia revela un cambio de paradigma entre las élites del mundo digital: la visión optimista del futuro que solían encarnar, una sociedad mejorada por la tecnología, ahora convive con un creciente temor al apocalipsis.
Ya sea por pandemias, guerras nucleares, inteligencia artificial fuera de control o desastres climáticos, los millonarios saben que si llega a ocurrir algún evento de catástrofe masivo, la situación no será igual para todas las personas. Por eso, ellos se preparan para sobrevivir… desde el lujo de sus búnkeres.
¿Excentricidad? ¿Paranoia? Lo cierto es que, para algunos de los líderes que moldean el futuro, la supervivencia ya no es solo una posibilidad. Es un plan estratégico.