Una startup de California, Bootstrap Bio, ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para desarrollar tecnología de edición genética en embriones humanos, con el objetivo de modificar el ADN de manera que los cambios puedan transmitirse a futuras generaciones. Esta iniciativa, que busca eliminar enfermedades hereditarias o potenciar rasgos considerados deseables, ha captado la atención de algunos de los individuos más acaudalados de Silicon Valley, según informó Bloomberg.
El proyecto, que se encuentra en una fase temprana, ha generado un intenso debate ético y científico debido a los riesgos y las implicaciones sociales de la llamada “edición de línea germinal”.
Bootstrap Bio fue fundada hace aproximadamente 18 meses por Chase Denecke y Ben Korpan, quienes asumieron los cargos de director ejecutivo y director de tecnología, respectivamente. Ambos se dieron a conocer en la comunidad tecnológica tras publicar un ensayo viral bajo los seudónimos GeneSmith y kman en el foro LessWrong, popular entre los entusiastas de la tecnología en Silicon Valley.
El texto original abordaba la posibilidad de editar genéticamente a adultos para aumentar su inteligencia, pero la empresa cambió de rumbo poco después. Según publicaciones posteriores en Reddit bajo el nombre Gene_Smith, la compañía decidió centrarse en la modificación genética de células reproductivas, contrató a un director científico, inauguró un laboratorio y comenzó a buscar financiación inicial.
El cambio de enfoque se debió, en palabras de Gene_Smith en Reddit, a que “cuando empezamos a analizar los plazos necesarios para resolver todos los problemas requeridos para la mejora de adultos, parecía que los superbebés podrían, irónicamente, ser una ruta más rápida (definitivamente es más simple)”. Esta declaración refleja la percepción de que la edición genética en embriones podría ofrecer resultados más inmediatos que los intentos de modificar el ADN en adultos.
Entre los primeros inversores de Bootstrap Bio se encuentran Simone y Malcolm Collins, una pareja conocida por su defensa de tasas de natalidad más altas como respuesta a lo que denominan “colapso demográfico”. Los Collins han sido vinculados al multimillonario y pronatalista Elon Musk y han enfrentado críticas por supuestamente promover la eugenesia, una etiqueta que rechazan.

Simone Collins, quien perdió una elección para la Cámara de Representantes del estado de Pensilvania el año pasado, expresó su disposición a utilizar la edición de línea germinal en algunos de sus propios embriones para reducir riesgos de salud en sus futuros hijos. “Vamos a estar en eso tan pronto como podamos”, afirmó, sin revelar la cantidad invertida en Bootstrap Bio.
Y añadió: “Sé que la gente teme a los efectos secundarios imprevistos y cosas así, pero poder eliminar completamente, para todos los descendientes futuros, un riesgo, eso es enorme”.
La pareja, que se autodenomina emprendedora, sostiene que su motivación principal no es el beneficio económico, sino el deseo de que la empresa tenga éxito en ayudar a las personas. “Solo queremos que tengan éxito ayudando a la gente. Esa es nuestra filosofía de inversión”, declaró Simone Collins a Bloomberg.
La tecnología de edición de línea germinal, que permite modificar el ADN de embriones humanos, ha sido objeto de fuertes advertencias por parte de científicos y expertos en ética. Hank Greely, profesor de derecho y bioética en la Universidad de Stanford, advirtió: “Cuando te metes con la seguridad de los bebés, quieres estar bastante seguro. No tenemos idea de lo que podría pasar con los bebés que sean editados”.
En ese sentido, la preocupación principal radica en que cualquier error introducido en un embrión de pocos días podría afectar a todas las células y etapas de desarrollo del individuo, con consecuencias imprevisibles y potencialmente graves.
Laurie Zoloth, profesora de religión y ética en la Universidad de Chicago, subrayó la importancia de la supervisión pública y la transparencia en este tipo de investigaciones. “Hay formas más seguras de evitar tener un hijo con una enfermedad genética que intentar construir uno desde cero como si fuera una especie de producto ensamblado con piezas geniales”, afirmó. El temor de los expertos es que la edición genética en laboratorios privados, sin acceso público ni revisión independiente, pueda abrir la puerta a una nueva era de eugenesia y aumentar la desigualdad social.
En Estados Unidos, la investigación en edición de línea germinal está sujeta a una estricta regulación. Paula Amato, investigadora y profesora de obstetricia y ginecología en la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, señaló que, aunque se han logrado avances en el laboratorio, la tecnología aún no está lista para su aplicación clínica. “Todavía no se considera segura”, afirmó.
Hasta la fecha, no se han registrado estudios sobre edición de línea germinal o ingeniería genética en embriones en la base de datos estadounidense que rastrea ensayos clínicos.
Dieter Egli, científico que utiliza esta tecnología en su laboratorio altamente regulado en la Universidad de Columbia, considera que aún se necesita más investigación antes de plantear su uso en humanos. “Entonces puedes preguntarte si esta es una tecnología suficientemente segura y eficaz para usarse en un contexto clínico. Esa es una discusión más amplia”, explicó.
El debate sobre la legalidad de la edición genética en embriones se intensificó en 2018, cuando el investigador chino He Jiankui fue condenado a tres años de prisión y a una prohibición de por vida para trabajar en tecnología reproductiva, tras anunciar la creación de los primeros bebés editados genéticamente.

La modificación de los embriones de dos gemelas, supuestamente para reducir su riesgo de contraer VIH, fue considerada una práctica médica ilegal por un tribunal chino. Recientemente, He Jiankui anunció en la red social X su intención de trasladarse a Austin para continuar su trabajo en edición genética embrionaria en un nuevo laboratorio, aunque aseguró que no le interesa colaborar con inversores de Silicon Valley, a quienes acusa de buscar únicamente la inmortalidad.
En Estados Unidos, las empresas deben obtener la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) antes de probar medicamentos novedosos o nuevas tecnologías en personas. Sin embargo, la ley federal prohíbe a la agencia aceptar cualquier solicitud relacionada con la edición genética de células reproductivas, incluidos los embriones, según explicó I. Glenn Cohen, profesor de derecho y bioética en la Universidad de Harvard. No existe, no obstante, una prohibición absoluta para editar células reproductivas en el laboratorio si se utiliza financiación privada.
Los planes futuros de Bootstrap Bio, algunos de los cuales se han compartido con inversores y se detallaron en una entrevista de YouTube con Denecke, incluyen la posibilidad de iniciar ensayos en humanos en 2026 o 2027 en Honduras, un país donde la empresa podría eludir la regulación estadounidense. No está claro si este cronograma corresponde al enfoque original de edición genética en adultos o a la modificación de células reproductivas, ni si estos objetivos siguen vigentes.
En mayo, un grupo internacional de sociedades científicas pidió una moratoria de 10 años sobre la práctica de la edición de línea germinal. Tim Hunt, director ejecutivo de la Alliance for Regenerative Medicine y coautor de la propuesta, declaró: “Existen desafíos vastos y complejos con la edición de línea germinal. Además, no está claro cuál es la necesidad médica urgente”.
La controversia en torno a la edición genética de embriones humanos continúa creciendo, mientras empresas como Bootstrap Bio exploran los límites de la ciencia, la ética y la regulación internacional.
