
Al principio y ante el control, la pareja negó tener bienes para declarar, pero el personal de la Aduana procedió a revisar el baúl con el apoyo del perro que enseguida se comportó como si estuviese en presencia de estupefacientes y/o divisas. En el compartimento se encontró una copiosa cantidad de billetes y monedas de diferentes países del mundo. Luego, hallaron más piezas de colección de su propiedad, en el espacio de la rueda de auxilio del vehículo.
La Aduana secuestró la mercadería descubierta, ya que todo indicaba que excedía largamente tanto la franquicia contemplada en el régimen de equipaje para ingresos por vía fluvial (u$s300 por persona) como el límite de ingreso de moneda (u$s10 mil por persona). Dada su gran cantidad y diversidad, la verificación y aforo de la mercadería sigue en proceso, pero el valor de lo relevado hasta el momento supera los u$s120 mil.
El material secuestrado, en efecto, quedó a resguardo de la Aduana, que lo dispuso en ocho cajas de cartón debidamente cerradas y firmadas. Hasta ahora fueron relevadas cinco. Entre lo confiscado se identificaron piezas de notable valor histórico, como una serie de billetes ucranianos y alemanes que datan de los años de la 2da Guerra Mundial, que eran utilizados en los campos de prisioneros del régimen nazi.

Por otro lado, especialistas en numismática de la Aduana llevan identificadas varias piezas de valor elevado: con cerca de la mitad de la colección relevada, la de mayor cotización es un billete de Puerto Rico de 5 dólares, del año 1909, cuyo valor asciende la impactante suma de u$s1.750. También se halló uno de 1 franco, de la isla de Martinica (año 1947), valuado en u$s1.100. A su vez, un billete chileno de 1 peso de 1879, vale nada menos que USD 1.000. Por otro lado, dos billetes estadounidenses de 1862 de llamativa denominación, u$s1,25 y 1,50 , cotizan en u$s750 y 850, respectivamente.
También hay monedas que se remontan al Siglo XVIII, de las cuales la más antigua es una del reino de Francia que data de 1226-1270, cuando la corona estaba en manos de Luis IX. También hay una de 1785, del reinado de Luis XVI, quien poco después sería derrocado por la revolución francesa y ejecutado por vía de la guillotina.
