La situación es realmente indignante. La respuesta del ministro es un ejemplo claro de la desconexión entre el gobierno y la realidad de la gente. Repartir paraguas en medio de una inundación es no solo inútil, sino que también es un insulto a la inteligencia de las personas afectadas.
Es increíble que en pleno siglo XXI, un ministro de un gobierno supuestamente “popular” pueda mostrar tanta insensibilidad y falta de empatía. La gente necesita soluciones reales, no parches ni gestos vacíos.
La comparación con un ministro peronista es acertada. La hipocresía y la doble moral son evidentes. Si un ministro peronista hubiera hecho lo mismo, ya estaría en la tapa de todos los diarios y sería objeto de críticas feroces.
La falta de reclamo y la normalización de este tipo de situaciones es lo que más preocupa. La gente tiene derecho a exigir respuestas y soluciones, y los funcionarios públicos tienen la obligación de darlas.
Es hora de que la gente se una y exija cambios reales. No más parches, no más gestos vacíos. ¡Queremos soluciones! ¡Queremos un gobierno que se preocupe por la gente!











































