Aunque Fuerza Patria perdió en estos días varios miembros, se resiste a cambiar de estrategia o de referentes. Con tanta terquedad, le hacen fácil el trabajo al oficialismo, que dispondrá de múltiples alternativas para formar mayorías en las próximas cámaras.
La victoria cohesiona y la derrota divide, eso siempre sucede. Pero es más profundo cuando quienes caen derrotados no solo no dan señal de aprender la lección, sino que agravan sus problemas.
Es lo que ha venido sucediendo con el peronismo legislativo y territorial en el último mes y medio. El 26 de octubre recibió un mazazo, pero desde entonces no hizo más que ratificar la línea que los llevó a ese resultado: no cambiaron de referentes en ninguna estancia, ni en el partido ni en los bloques, no les dieron espacio a voces críticas, nadie dio un paso al costado y en cambio todos insistieron a coro en que el gobierno simplemente había conseguido un poco más de tiempo, gracias a un imprevisto e insostenible respaldo externo, para demorar un resultado al que igual estaría condenado, el derrumbe.
Con CFK presa, enjuiciada en otras causas y atornillada al sillón del PJ nacional, y su hijo haciendo otro tanto en el bonaerense, controlando ambos las jefaturas de los bloques de legisladores nacionales, se entiende que la capacidad de reacción sea casi nula. Pero, ¿por qué en esas bancadas no surgieron voces críticas proponiendo algún cambio de estrategia? Porque los críticos prefieren alejarse antes que dar la pelea.
Es lo que hicieron tres diputados catamarqueños en estos días, creando un bloque provincial, replicando lo que habían hecho varios tucumanos un tiempo atrás. ¿Serán los últimos? Es poco probable.

Circuló la versión, mientras tanto, de que habían fracasado intentos de compensar esas fugas con la incorporación de legisladores de Salta y Misiones a un nuevo interbloque: aparentemente los convidados reclamaron que cambiara la conducción del espacio y su denominación, para que dejara de estar tan asociado al kirchnerismo, pero eso resultó inaceptable para La Cámpora. En consecuencia, salteños y misioneros, junto a rionegrinos, neuquinos y algunos más están por converger en una nueva bancada, Innovación Federal, lejos del peronismo oficial.
Germán Martínez seguirá entonces al frente del bloque de Fuerza Patria en Diputados, que seguirá llamándose de esa manera, aunque tenga cada vez menos fuerza: en cuanto se concrete el recambio del 10 de este mes, quedará relegado a segunda minoría, perderá representación en las comisiones y otros recursos, y su papel en el trámite de los decisivos proyectos de ley que empiezan a discutirse sufrirá un declive aún mayor. ¿Qué importancia puede tener que se opongan al presupuesto o la reforma laboral, llamen a resistir esas y otras iniciativas denunciándolas como regresivas y perjudiciales, si el oficialismo puede aprobarlas negociando solo con algunos gobernadores de extracción peronista que andan sueltos, con los diputados de Innovación Federal u otros bloques, es decir, eligiendo entre distintas alternativas a la mano, precisamente porque nadie quiere quedar pegado a la oposición recalcitrante de los kirchneristas?

Una situación similar a esta se vivió a comienzos de 2024: los bloques K eran entonces como la mancha venenosa, nadie quería votar con quienes representaban el fracaso muy fresco de una gestión indefendible, y encima insistían en simular demencia oponiéndose a todo, negándose a darle una oportunidad al nuevo gobierno o a reconocer cualquier responsabilidad en los problemas que él enfrentaba. Si el kirchnerismo salió meses después de ese aislamiento legislativo no fue porque cambiara de actitud, sino porque Javier Milei les regaló la oportunidad, empujando a todos los demás opositores a sus brazos, al negarse a seguir negociando recursos, el presupuesto 2025, o cualquier otro proyecto.
Pero desde entonces el mileísmo parece que aprendió la lección, y ganó las legislativas. Así que ahora los K vuelven a estar en una situación de aislamiento, en condiciones aún peores, por la desventaja numérica, y sin haber aprendido nada en el ínterin.
¿Puede replicarse este doble problema, aislamiento más pérdida de bancas, en el Senado? Es muy probable, porque el atractivo de seguir las órdenes del formoseño José Mayans no es mucho mayor que el de hacerlo con Germán Martínez, y el oficialismo también tiene chances allí de avanzar con sus iniciativas eligiendo entre varias ofertas alternativas de colaboración.
Si este fuera el caso el kirchnerismo, habrá pasado de formar supermayorías en ambas Cámaras y asediar al Ejecutivo con múltiples iniciativas dirigidas a aumentar el gasto, que logró hacer aprobar y ratificar contra vetos durante buena parte de este año, a una casi completa irrelevancia.
No tendría mucho sentido atribuir ese giro abrupto de los acontecimientos solo al resultado electoral, o al oportunismo de muchos gobernadores y legisladores. Influye, sin duda, lo absurdo de la idea que viene guiando los pasos de esa oposición dura: demostrar a como dé lugar que Milei es peor que ellos gobernando. Hasta que no la abandone puede que no merezca otro destino.














































