El exembajador Jorge Asís anticipó un cambio de etapa en la gestión de Javier Milei, y afirmó que “a partir del lunes este es otro Gobierno”. En diálogo con Modo Fontevecchia por Net TV, sostuvo que el ministro Luis “Toto” Caputo atraviesa un desgaste, mientras que figuras como Santiago Caputo y Leonardo Scatturice ganan protagonismo dentro del esquema libertario. Además, se refirió a la influencia en el entorno presidencial del lobbista cercano a Donald Trump.
Jorge Asís es un reconocido escritor, periodista y analista político. Durante el gobierno de Carlos Menem fue secretario de Cultura de la Nación, también ejerció como embajador de Argentina en Portugal y fue delegado permanente de Argentina ante la UNESCO en París. En 2005 creó el portal periodístico de Internet Jorge Asís Digital, donde publica crónicas y columnas de análisis político sobre temas de actualidad.

-¿Qué va a pasar el 26 y el 27 en este país?
-Estoy viendo muchos programas políticos, muchos analistas políticos, evaluadores, encuestólogos, todo eso. Yo noto que hay tanto temor a equivocarse, que nadie se juega. Yo te puedo decir, de acuerdo a mi información probablemente mala, o mi evaluación tal vez inexacta o precipitada, que a partir del lunes este es otro país, es otro Gobierno, y la oposición va a tener que esmerarse un poco también.
En la Provincia de Buenos Aires va a ganar otra vez el peronismo y en la Capital se va a imponer Patricia Bullrich. Creo que van a ser los dos senadores para La Libertad Avanza de la Capital y va a haber un senador para el peronismo. En la Provincia de Buenos Aires, que es el lugar que está siempre más difícil, no va a humillar el peronismo como en la elección anterior, que ahí sí acerté, porque yo dije que el peronismo iba a golear. Y no fue por pitoniso, sino por andar por la calle, hablar con todos, evaluar experiencias.

¿Cómo puede ser que mis amigos encuestadores estaban todos en dos puntos, tres puntos, elección peleada? Yo lo vi y dije: “Va a haber una goleada”. Esta vez no va a haber una goleada: va a ser un triunfo importante, de seis puntos o siete puntos por distintas cuestiones. Pero va a ganar otra vez el peronismo.
El problema es Córdoba y Santa Fe, que son dos provincias importantes. En Córdoba, si gana Juan Schiaretti, asoman dos proyectos nacionales: el propio Schiaretti, que tiene la banda pendiente, y Martín Llaryora, que está favorecido por la biología. Llaryora es un muchacho que tiene 53 años, la misma edad de Sergio Massa, que también está con usos de futuro porque tiene una bala en la recámara siempre. Y el otro es Axel Kicillof.
EL peronismo, en sus distintas vertientes, tiene a un Axel Kicillof, un Sergio Massa siempre predispuesto, y un peronismo distinto como el de Córdoba con Llaryora, casi te diría que me permite mirar la Argentina con un poco de optimismo. También está la doctora, con interés en repetir la experiencia de Lula da SIlva y pasar de la prisión a jurar por Dios y por la Patria, como Lula. Lula preside Brasil con 80 años, y ella va a tener en el 2027 74 años. ¿Por qué no puede aspirar también a repetir esa historia?

Y en el 2031 tendría 78, o sea que todavía podría tener no solamente el 2027, sino hasta el 2031, y todavía con menos edad que Lula y que Donald Trump. El fenómeno de la longevidad ha modificado la política.
Ha hecho de pronto una cuestión generacional intensificada y grave. Interpretación personal: el poder está para los 50, no para los 80. El Perón que valía era el Perón del 45, que se llevaba puesto absolutamente todo. Si la doctora tiene gran capacidad para decidir, por supuesto que le va a poner la ficha a Wado De Pedro, que tiene 50 años.
-Y allí mencionaste también Santa Fe. Allí también está el tema de que Maximiliano Pullaro se juega a todo, porque puso a su vicejefa de Gobierno directamente como candidata a diputada.

-Este es otro tema más importante, que es la alianza de los sectores del centro. La alianza del centro entre el peronismo acto irracional de Córdoba y el radicalismo sobrio de Santa Fe es una especie de unión de dos provincias productivas, donde incorporan también a Chubut, incorporan la cuestión energética de Santa Cruz y también la cuestión del litio del norte. A Provincias Unidas, estratégicamente, le pongo un poco más de fichas para esta elección. Esta elección es importante en Santa Fe y en Córdoba. Acá está Florencio Randazzo, que quiere ver qué puede hacer, pero es una elección absolutamente polarizada.
-Usaste dos palabras para definir a los gobernadores de Córdoba y Santa Fe: “sensato” y “sobrio”. El decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia me dijo: “Los italianos inventamos, antes que Trump, los candidatos disruptivos, porque Berlusconi fue el primer candidato disruptivo”. Con toda tu experiencia, ¿creés que la Argentina después de Milei va a buscar algo sensato y sobrio, es decir, la racionalidad, o va a continuar deseando personajes con algún grado de excentricidad?
-La próxima disrupción es la normalidad. Así como vos tenés una frase de cabecera, que es “la rebeldía de la moderación”, yo creo que viene un tiempo de trajecitos grises, de gente prolija, previsible. ¿Por qué se habla tanto de cambio de Gabinete? ¿Simplemente porque tres se van al Parlamento? No. Porque hay una cierta necesidad de cambiar, de aggiornar, de intensificar, y todos están esperando los resultados del lunes.

En realidad, lo más creativo va a ser la interpretación de las elecciones, más creativo que los resultados. Los resultados del domingo a la noche son para periodismo deportivo: ir a un programa y interrumpir, y están los cánticos, los actos, cosas de cierre y demás. No hay más nada para decir. El lunes empieza la creatividad, la interpretación, y me parece que el pueblo no es tonto, y el Gobierno ofrece muchas vulnerabilidades.
-¿Y qué imaginás que va a pasar en ese Gabinete el día después de las elecciones?
-Yo le creo a La Política Online, yo miro todos los números. La Política Online dice hoy que Federico Sturzenegger va a Economía, Guillermo Francos va a la Cancillería y Santiago Caputo, jefe de Gabinete. No sé todo eso. Lo que sí sé es que va a ser otro gobierno, sean como sean los números electorales. Por supuesto, estamos en un momento donde hay una relación casi promiscua con Estados Unidos. Esto no son relaciones carnales; acá tenemos que hablar de promiscuidad.

-Vos fuiste también embajador. En el bagaje de tus experiencias está la diplomacia. ¿Esto no tiene nada que ver con la diplomacia?
-Esto no tiene nada que ver con la diplomacia y es comprarse una problemática que también se la compra Estados Unidos, y yo lo puedo interpretar mejor que si fuera libertario. Trump no podía dejarlo caer a Milei. Milei sigue siendo el único aliado real que tiene Trump en esta parte del mundo, y me parece bien que salga y que se juegue, porque no puede permitirse un colapso de Milei cuando es el único que verdaderamente lo avala y lo banca.
Esto no significa que Trump sea un experto en la política argentina. No tiene absolutamente nada que ver con su experiencia de la Argentina. Aquí, por distintos temas, un tuit de Scott Bessent modificó todo, porque hay una mentalidad colonial muy fuerte. Tiene una gran vocación por ser colonia este Gobierno, cosa que a los que tienen alguna otra visión, cómo puede ser mi caso, nos parece que es demasiado, que es una relación ya no carnal, promiscua.

-Como gran escritor, tenés la utilización de un lenguaje que catectiza con algunos apodos a las personas, que dicen más que el propio nombre. Vos calificaste de “Ángel Exterminador”, en su momento, a Mauricio Macri. ¿Qué papel creés que cumplirá Mauricio Macri y lo que él representa, el PRO, en ese nuevo gabinete?
-Macri tiene que aceptar su retroceso, cierto desplazamiento. En este momento, la doctora está con tobillera, toma conciencia de que está en cana. Mauricio, el Ángel, y la doctora compartían la centralidad. Hoy debe aceptarse que Milei desplazó de la centralidad al Ángel Exterminador. En realidad, Milei abdujo a Macri, casi energéticamente.
Hoy la punta con Milei la compite quien comparte la centralidad, que es el gobernador de la provincia de Buenos Aires: Axel. Hoy se puede decir que Milei y Axel son las dos puntas. Y mirá qué curioso: es la primera vez en 41 años de democracia que tiene que gobernar el presidente de la República con el gobernador de la provincia de Buenos Aires en contra. Esto sí que es verdaderamente un fenómeno.

-Ya pasó con Carlos Ruckauf, ¿te acordás?
-No, pero Ruckauf sonreía todos los días al lado de Fernando De la Rúa, y con la obsesión por reemplazarlo. Y la otra vez fue Antonio Cafiero con Raúl Alfonsín, pero también Cafiero tenía que ver con un peronismo que se renovaba según la receta alfonsinista. Es la primera vez que se intenta gobernar la Argentina con un modelo completamente distinto en la provincia de Buenos Aires.
Yo me tomo un colectivo, el 17 o cualquiera de los que cruzan para el lado de Avellaneda, y cambian completamente las reglas del juego. Razón por la cual yo creo que la función que hoy tiene Macri es tratar de sostener y ver qué es lo que puede salvar de su fuerza, que está bastante fragmentada. Su fuerza era cuando contaba con la Unión Cívica Radical, cuando contaba con la transparencia de la Coalición Cívica.

-¿Y vos ves a Kicillof despegándose de la doctora o pudiendo hacerlo?
-Yo veo que Kicillof trata de ser reconocido como jefe político de la provincia de Buenos Aires, y me parece que no hay ninguna razón para no darle esa condición, ese privilegio.
De hecho, se está hablando del cambio del presidente del partido, para que deje de ser Máximo Kirchner, y se especula con algunos intendentes más o menos cercanos al propio Kicillof. Me parece que la expectativa de Kicillof no es solamente ser el primus inter pares en la provincia de Buenos Aires, sino lograr ese reconocimiento en el peronismo a nivel nacional.

No tengo ninguna duda de que Kicillof apunta a la presidencia de la República. No sé si está todavía. Hoy te puedo decir que es el que prácticamente polariza hasta las cuestiones económicas. Todo depende de cómo le vaya a Milei. Si a Milei le va mal, si le estalla el libertarismo, vos tenés un modelo absolutamente opuesto, como es el keynesiano, con otro concepto del Estado, que puede ser Kicillof. Ahora, puede que le vaya más o menos bien o más o menos mal. De pronto, algunas barbaridades de las que dice este muchacho no son tan barbaridades. Tal vez la utopía del déficit cero funciona. La cuestión del superávit me parece que no está mal. Y ahí tenés un peronismo distinto, racional, que tiene que ver con Córdoba, y Massa está siempre.
El profesional Massa debe ser tal vez el que está personalmente más preparado para tomar la responsabilidad de gobernar Argentina. Ya fue candidato dos veces. Y en el peronismo, la derrota no es una contingencia: la derrota es un error político. Es muy difícil volver del error. Yo creo que a Massa le queda una bala en la recámara. Una, no cuatro. Tiene una bala que tiene que jugarla en algún momento. Tiene 53 años, exactamente la misma edad de Llaryora. ¿Y Kicillof cuánto tiene? Uno más.
-Y lo mismo Milei.

-Milei tiene 55. En realidad, en esa generación, que es donde yo creo que hay que buscar el poder, también lo tenés a Maxi Pullaro, y también a Nacho Torres, más jovencito todavía.
-Hoy el Presidente cumple 55 años, o sea que estamos hablando de toda una generación.
-Pero por supuesto que es una generación.

-Toda una generación de los ’70.
De los 70, claro que sí. Educada en democracia.
-Educada en democracia, cuando la Argentina estaba en su momento de mayor tensión y mayor conflicto ¿Y vos creés que lo que viene es la sensatez, la sobriedad, la moderación?

-La próxima disrupción es la normalidad. Hay que ser normal. Como dirían los chicos, “ser normal garpa”.
-Y en esa condición, nada más normal entonces que Provincias Unidas, que los aburridos del interior, porque los bonaerenses son siempre hiperbólicos.
-Son importantes en el desarrollo. Me parece que es algo para seguir con mucha atención. Yo conozco a esos gobernadores y son tipos muy confiables.

-No sé si a vos seguramente te pasa lo mismo que a mí. A lo largo de los años, los gobernadores son todos sensatos, sean peronistas, radicales o del PRO. En línea general, lo que uno ve es que aquella frase de que “el hábito hace al monje, no lo inverso”. Si a vos te toca gobernar, la realidad te disciplina y te acomodás a lo posible. Por eso, a lo mejor, es importante tener presidentes que tengan el cursus honorum de haber tenido la responsabilidad de gobernar, porque limita el marco de las posibilidades de las ideas. Tanto Carlos Menem como Néstor Kirchner fueron gobernadores, y estamos hablando de los dos presidentes más exitosos de los últimos años, más allá de que gusten o no. ¿Cómo creés que termina Milei en ese caso?
-Esto sí que es un final abierto. Ahí yo no me atrevo a decir. Hasta antes del tuit de Bessent, el destino de Argentina o el destino personal de Milei era el juicio político, con el que lo apura Santiago Cúneo, o la Asamblea Legislativa. Por más que decían que no, todos los senadores y diputados sabían que se podía venir una Asamblea Legislativa. Y ahí, por supuesto, que algunos miraban con simpatía a Schiaretti, y hay otro más que también va a estar en la Asamblea Legislativa, que es Gerardo Zamora, el gobernador de Santiago del Estero. El tuit de Bessent posibilitó que Argentina pueda llegar al 26 de octubre. La semana esa que se venía para los mercados era absolutamente terrible, y un tuit del imperio lo normalizó.
-Le asignás posibilidad a que Caputo termine sus dos años como ministro de Economía y lo sustituya Sturzenegger. Ese sí sería un cambio relevante.

-Y yo pienso que sí, pero no te puedo asegurar, aunque no me parece imposible. Caputo tal vez está un poco desgastado. Hoy se respeta más lo que diga Bessent que lo que pueda decir Caputo. Y desde el “comprar campeón” hasta acá, fue un problema. Lo que yo no sé es si se va a dar, porque acá todo está sujeto a la interna. Hay un señor del que se habla muy poco, Barry Bennett. Uno no sabe si es un chanta, un gran asesor o un buscapina. Barry Bennett habló con gobernadores, habló con presidentes de bloques legislativos…
-Es parte de esa cultura que vos decís colonial que habita…
-Por información, hay una gran ofensiva contra Gerardo Werthein. Lo recontra puentearon, porque hicieron una relación absolutamente paralela con Estados Unidos, con este señor Barry Bennett, que es una línea marginal de aproximación a Trump. Es una línea que puede tener relación con la CPAC, con Leonardo Scatturice, que es desde donde se proyectó Milei para prácticamente seducir y caerle muy bien a Trump.

-¿Lo de Scatturice es como lo de Barry Bennett, que no sabemos si estamos frente a un blef o realmente una especie de López Rega?
-A Scatturice, que es muy buen tipo, yo lo llamo “el atorrante de Lanús”. Es un pibe de Lanús, que se fue a Estados Unidos e hizo un desastre. Aquí yo lo conocí, era subalterno de Frank Holder. Holder es un americano que estuvo de diplomático. Este muchacho estaba pegado a él. El atorrante de Lanús es un excelente tipo, excelente persona. Es un tipo que vos lo conocés y te lo querés comprar. Yo almorcé alguna vez con él. Era verdaderamente un tipo desopilante, y él es amigo de Bennett. Y él es el que mandó ese avión tan misterioso con los equipajes que no se revisaron y con todas estas cosas que están de esclarecimiento pendiente. Este muchacho, según mi información, probablemente mala, es el gran amigo de Bennett, que es el asesor elevadamente estratégico de Trump.
-Socio de Bennett, porque incluso son socios en esa consultora de lobby que tienen en Estados Unidos. Y entonces si no sabemos si Bennett es un chanta o el verdadero factótum de Trump, por carácter transitivo nos quedaría que no sabemos si Scatturice es un chanta…

-Yo iba a plantearlo exactamente así en mi portal.
-Tenemos el privilegio de poder siempre citar en PERFIL a tu portal todo el tiempo.
-Cuando sale en PERFIL, tengo muchas más reproducciones. Es increíble.

-Me alegro enormemente. Me queda un personaje más en todo esto, que quizás se conecta con Werthein y Scatturice, que es que todos mencionan como el nuevo jefe de Gabinete, que es Santiago Caputo.
-Al neo Giacomini.
-¿Por qué neo Giacomini?

-Y porque prácticamente es para Milei lo que fue Giacomini en otro momento para Milei.
-Un Durán Barba como jefe de Gabinete, que fue jefe de Gabinete en Ecuador en los años ’90, también sería copernicano, ¿no?
-Sí, copernicano, y además sería hasta previsible, porque este es un gobierno de consultores. Casi hubo una receta de los consultores que se venía al outsider. Esto mismo que se hizo con Milei se lo quería hacer con Facundo Manes.

-Y con “Wado” de Pedro.
-Claro. Era una especie de licitación de presidente. Y la verdad, tuvo suerte el neo Giacomini, que le tocó Milei. Y Milei lo vio tan inteligente que prácticamente creyó que lo hizo presidente este muchacho. En realidad, el fenómeno es Milei, pero es un fenómeno solitario. La categoría de fenómeno no es mecánicamente trasladable a aquel que quiera apoyarlo. Este sí va a crear una organización. Es otra cuestión. Y no hay cuatro Milei, hay un Milei que vale.
-A Francos, a quien vos conocés también de hace mucho tiempo, ¿lo imaginás aceptando ir a la Cancillería y rebajando un capítulo de ministro de Jefatura de Gabinete?

-No sé qué fundamentos reales hay para eso. A Francos lo llamo “amanecer”, porque siempre es el que sale a aclarar. Sé que les divierte mucho, pero es la verdad. Amanecer siempre aclara, atenúa. Y me parece que fue de lo más importante, sensato y sobrio que tuvo. Lo que pasa es que tiene algunas cuestiones, en el arreglo este neocolonial con Estados Unidos, pendientes con Claver Carone.
Y lo que pasa con Milei es que le cae muy simpático a Trump, pero esa simpatía, esa sensación, no es mecánicamente trasladable a los cubanitos que manejan el Departamento de Estado. Es interesante conocer la interna americana.
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