Gusto a poco. Esa sensación tuvieron varios de los empresarios que asistieron este lunes al almuerzo con María Eugenia Vidal en la Fundación Mediterránea.
La ex gobernadora brindó un discurso sin definiciones (“el 41% es muy importante pero no alcanza para gobernar”) y con lugares comunes (“ningún espacio político va a poder hacer transformaciones si no es sumando a otra fuerza o por lo menos a una parte de ella”), en el que esquivó temas centrales para el empresariado, como los biocombustibles, la situación impositiva e, incluso, la vacunas VIP.
Vidal estira su definición hasta mayo pero quiere lugares en las listas
La sensación en empresarios y varios de los políticos que asistieron al evento fue que se trató de “un movimiento espejo” al que Mauricio Macri realiza con Patricia Bullrich para profundizar la grieta. “Rodríguez Larreta busca mantenerse en el centro pero sin que Vidal aporte nada sustancial a la discusión política”, fue una de las definiciones de un empresario tras el postre.
El sostén de la unidad no es fácil, porque somos distintos: es la primera vez que la oposición no se fractura. En esta elección se pone en juego la capacidad de ser un freno al abuso y la oportunidad de construir una alternativa de gobierno, no somos un movimiento político con vocación parlamentaria, queremos ganar.
“Que venga a Córdoba a contar qué no la dejaron hacer cuando fue gobernadora de Buenos Aires, no es algo que nos interese a los empresarios; ya sabemos que perdió por 15 puntos”, otra opinión. “¿Qué peronista va a ir a Juntos por el Cambio además de Pichetto? Es un libreto que ya se usó en el 19”, una más de un empresario que conoce a Juan Schiaretti.
“El sostén de la unidad no es fácil, porque somos distintos: es la primera vez que la oposición no se fractura, y permanece unida. En esta elección se pone en juego esta capacidad de ser un freno al abuso y la oportunidad de construir una alternativa de gobierno, no somos un movimiento político con vocación parlamentaria, queremos ganar esta elección y la que viene, y la que viene, porque queremos ser un proyecto de largo plazo”, dijo Vidal en quizá la definición política más celebrada por el empresariado cordobés.

A la mesa central del evento estuvieron los radicales Mario Negri y Ramón Mestre, pero no Rodrigo de Loredo, quien estuvo a un puñado de puntos de ganarle la interna a Marcos Carasso, el candidato de ambos caudillos; los referente del PRO Laura Rodríguez Machado, Soher El Sukaría y Javier Pretto, con varias fracturas cruzadas por la interna resuelta con un forzoso consenso; y Luis Juez y Ernesto Martínez, del Frente Cívico. Mestre no llegó a los postres, se retiró luego de que Vidal subiera al estrado.
Juez avisó (una vez más) que competirá en las Paso encabezando la boleta en el tramo de senadores, por lo que posiblemente deba enfrentar a Mario Negri. “Dejamos en claro que no vamos a aceptar ningún otro mecanismo que no sea democrático para la selección de candidatos; no nos vamos a bancar que desde Buenos Aires se promocionen candidatos en aras de la unidad”, dijo Juez a LPO en relación al exministro de Turismo Gustavo Santos, quien suena como cabeza en la lista de diputados por el macrismo.
Sin tomar contacto formal con la prensa, Vidal usó su tiempo para realizar varias reuniones; en particular con la conducción del PRO Córdoba, que viene de parir con fórceps una lista de unidad en la que Nicolás Massot (otro de los ausentes) retuvo buena parte del poder interno.
