La 67ª edición de los premios Grammy arrancó este domingo con un emotivo homenaje a Los Ángeles, ciudad que acoge a la más fastuosa gala de la industria musical y que fue arrasada el mes pasado por feroces incendios forestales.
“Decenas de miles de personas perdieron sus hogares, vecindarios completos desaparecieron”, recordó el comediante Trevor Noah al abrir la ceremonia. Y agregó: “A pesar de toda la devastación, el espíritu de la comunidad emergió”.
Noah destacó cómo la capital mundial del entretenimiento ha influenciado a las grandes, antiguas y contemporáneas figuras de la música, y dio paso a un ensamble compuesto por Sheryl Crow, John Legend, Brad Paisley, Brittany Howard y St. Vincent, quienes cantaron “I Love LA”.

Los organizadores están además aprovechando la oportunidad para recaudar dinero para las víctimas y dedicarán a lo largo de la ceremonia un costoso espacio televisado para promocionar a comerciantes locales afectados por la catástrofe natural, una de las peores de la historia de California.
La noche más importante de la música reúne a la crema y nata de la industria. Beyoncé, con 11 nominaciones, llega a la cabeza de la premiación.
“Honramos lo mejor de la música, votado por los 13.000 miembros de la Academia de la Grabación y 20 millones de inmigrantes ilegales”, bromeó Noah en referencia al ambiente antinmigración que marca el discurso político en Estados Unidos.
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