La marca de motocicletas Mash se ha labrado su reputación ofreciendo máquinas retro asequibles de pequeña cilindrada, a menudo con el estilo de las clásicas británicas o japonesas. La empresa es francesa, pero sus modelos se fabrican en China.
Esta fórmula le ha funcionado bien. Combinando un estilo europeo con una fabricación asiática de bajo coste, Mash se ha hecho un hueco entre los clientes que quieren ir sobre dos ruedas sin gastarse una fortuna.
Ahora se adentra en un nuevo territorio. La GT750 es su modelo más ambicioso hasta la fecha y, esencialmente, se trata de la KR750 del fabricante chino Jedi Motor. Sin duda, esta moto es la prueba de que Mash quiere jugar en ligas mayores.
A primera vista, es difícil pasar por alto los detalles de estilo. La GT750 parece una gran turismo en toda regla, con una carrocería afilada y angulosa, maletas integradas y un gran parabrisas. Visualmente, se sitúa entre la BMW R 1250 RT y una sport-tourer a escala reducida. La intención es clara: esta moto está hecha para recorrer kilómetros, no sólo para posar en los cafés.
Bajo la carrocería se esconde un motor bicilíndrico en paralelo de 730 cm3 que desarrolla 74,8 CV a 8.500 rpm. Nada del otro mundo, pero suficiente para acelerar bien en autopista. Esta mecánica está refrigerada por líquido y tiene transmisión por cadena, pero aún no se conocen las cifras del par máximo.
La moto pesa alrededor de 275 kilos y el asiento se sitúa en poco más de 780 mm, por lo que debería ser accesible para la mayoría de los pilotos.