Un equipo de investigadores de Suecia recolectó muestras frescas de ejemplares del Atlántico del Norte. Qué encontró al analizar los azúcares presentes durante la lactancia y qué implica
Muchos piensan que la leche materna humana lleva la corona en el mundo animal por su complejidad, pero la investigación científica acaba de contar una historia distinta.
La leche de la foca gris del Atlántico Norte superó todas las expectativas y resultó ser toda una “sorpresa azucarada”. Es un mamífero marino que tiene en su leche más tipos de azúcares que los propios humanos.

El hallazgo dejó asombrado incluso al equipo científico, que se topó con moléculas nunca antes vistas. La revista Nature Communications publicó los resultados.
Daniel Bojar lideró el estudio junto a un equipo interdisciplinario de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, y otras instituciones europeas. Las muestras se tomaron en Escocia, el hogar de la foca gris del Atlántico Norte.
Por qué comparar leches entre animales

El mito sobre la superioridad de la leche humana empujó a los científicos a investigar y comparar la composición de las leches de distintas especies.
Querían saber si realmente la leche humana tenía la mayor riqueza y variedad de azúcares o si había otro protagonista escondido en la naturaleza. La investigación se centró en los oligosacáridos, que son azúcares complejos con funciones clave.
En los seres humanos, protegen a los bebés de infecciones y ayudan al desarrollo intestinal. Esto llevó al equipo a preguntarse si lo mismo pasaba en la leche de mamíferos marinos.

Buscaron identificar todos los azúcares posibles en la leche de la foca gris y encontrar qué tan distintos o similares eran respecto a otros mamíferos. Prestaron especial atención al tamaño y forma de esas moléculas.
De esa manera, buscaron entender cómo la leche ayuda a las crías a adaptarse a vidas llenas de desafíos en el océano.
El desafío de analizar la leche de foca

El estudio analizó leche fresca de cinco madres foca durante los diecisiete días que dura la lactancia. Se utilizó espectrometría de masas, una técnica que descompone las moléculas e identifica sus componentes con precisión.
Los resultados impresionaron a los investigadores: la leche de foca tenía doscientos cuarenta azúcares distintos, una cifra superior a la de la leche humana.
La mayoría de estos azúcares no se conocía en otras especies. Además, hallaron moléculas de hasta veintiocho unidades de azúcar, un tamaño nunca encontrado antes en leche de mamífero.
Con cada día de lactancia, la composición de la leche cambiaba para ajustarse a las necesidades de las crías. Esos cambios ayudaban a fortalecer el sistema digestivo y el sistema inmune, vitales para sobrevivir en un ambiente tan extremo.

El equipo usó inteligencia artificial para encontrar patrones en la evolución de los azúcares durante la lactancia.
El análisis mostró que algunas moléculas clave aparecían justo cuando las crías más las necesitaban y podrían ayudar a protegerlas contra enfermedades.
En pruebas en células inmunitarias humanas, algunos de los azúcares descubiertos lograron regular la respuesta de las células defensivas.
Los investigadores afirmaron: “Hemos probado las moléculas de azúcar recién descubiertas en células inmunitarias humanas y hemos descubierto que pueden regular la respuesta de las células a diversas amenazas”.

Cerca de dos tercios de los azúcares en la leche de foca eran completamente nuevos en la ciencia.
Algunas de estas moléculas tenían un tamaño nunca visto de 28 unidades de azúcar, lo que supera las unidades de azúcar más grandes conocidas en la leche materna humana, que son de 18 unidades, detallaron.
La presión ambiental fue clave para que la leche de foca desarrollara esta enorme diversidad de azúcares.
Lecciones, límites y qué sigue

Tras los resultados, los investigadores propusieron analizar leches de otras especies para encontrar compuestos con potencial médico.
Reconocieron que su trabajo solo analizó unas pocas focas y que aún no se sabe cómo afectarán estos azúcares a largo plazo en humanos.
Pero demostraron que la leche de foca gris es mucho más variada y compleja de lo que se pensaba.

“El estudio destaca el potencial biomédico sin explotar que se esconde en especies silvestres poco estudiadas”, resaltó el doctor Bojar.
“Nuestro grupo de investigación es el único en el mundo que analiza los azúcares de la leche de estos mamíferos no caracterizados al usar la espectrometría de masas con tal profundidad. Lo hemos hecho con diez mamíferos diferentes y cada vez encontramos moléculas de azúcar únicas. Seguiremos adelante. Tenemos leche de otros 20 mamíferos en el congelador”, enfatizó.















































