El secretario de Energía, Chris Wright, explicó que los experimentos se centrarán en sistemas avanzados y consistirán en simulaciones para verificar el funcionamiento integrado de los componentes de este tipo de armamento, sin emplear material fisible ni provocar detonaciones
El secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, aseguró este domingo que el país no prevé realizar explosiones nucleares en el actual programa de ensayos ordenado por la administración Trump, sino que los tests estarán limitados a sistemas no críticos y simulaciones.
La aclaración se da tras la directiva del presidente Donald Trump de reactivar las pruebas nucleares por primera vez desde 1992, una medida anunciada poco después de los ensayos realizados por Rusia.
“Creo que las pruebas que estamos considerando en este momento son pruebas de sistemas. No se trata de explosiones nucleares, sino de lo que llamamos explosiones no críticas”, explicó Wright en una entrevista con Fox News.
Los experimentos, detalló, consistirán en verificar el funcionamiento integrado del resto de componentes de un arma nuclear, sin utilizar material fisible ni desencadenar una detonación atómica.
Wright aclaró que las pruebas actuales buscan aplicar los últimos avances científicos y de simulación computacional, usando los datos recopilados en décadas pasadas para prever el comportamiento de nuevas armas sin necesidad de ensayos de campo con explosivos nucleares.
“Con nuestro poder de cálculo científico, podemos simular con gran precisión lo que sucedería realmente en una explosión atómica”, señaló el funcionario.
El nuevo ciclo de ensayos apunta a garantizar que los sistemas de reemplazo en desarrollo para el arsenal estadounidense superen a las generaciones anteriores en seguridad y desempeño.
“Ahora simulamos las condiciones que produjeron esas explosiones históricas y analizamos cómo responderían los nuevos diseños a esas circunstancias”, detalló Wright. La aproximación evita recurrir a pruebas de detonación, práctica que Estados Unidos suspendió en 1992 y que solo ha retomado Corea del Norte en las últimas décadas.
La decisión presidencial se da en medio de una escalada de tensiones con potencias rivales como China y Rusia. Trump reiteró su postura en favor de la disuasión nuclear y declaró antes de la cumbre con Xi Jinping que “otros países realizan pruebas y si ellos lo hacen nosotros también”.
Aunque se negó a precisar si se consideraban explosiones subterráneas, funcionarios de su gabinete y la Secretaría de Energía insisten en que la fase actual no contempla ese tipo de ensayos.
La reactivación de las pruebas —aunque de carácter no explosivo— ha provocado reacciones internacionales.

El régimen de Irán calificó la orden como “irresponsable” y una amenaza a la seguridad global, mientras que China instó a Washington a cumplir estrictamente el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, acuerdo firmado por Estados Unidos en 1996 pero nunca ratificado por el Senado.
Para el portavoz chino Guo Jiakun, la reanudación de pruebas nucleares, aun sin explosiones, genera preocupación entre los países comprometidos con la no proliferación.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se sumó a las críticas y declaró a través de su portavoz que “las pruebas nucleares no pueden permitirse bajo ninguna circunstancia”.
Grupos de sobrevivientes japoneses y organizaciones por el desarme expresaron su rechazo a cualquier paso que implique retomar el desarrollo o puesta a prueba de nuevas armas nucleares, recordando el peligro y el costo humanitario asociado a ese tipo de tecnología.
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, defendió la medida como “responsable” y necesaria para garantizar una disuasión creíble frente a nuevas amenazas.
En declaraciones en Kuala Lumpur, Hegseth argumentó que la modernización de los arsenales “reduce la probabilidad de un conflicto nuclear” porque fortalece la posición negociadora de Washington.
Estados Unidos realizó ensayos nucleares con explosiones reales durante la segunda mitad del siglo XX, pero actualmente se apoya en simulaciones avanzadas y pruebas sin detonación para el desarrollo de armas.
La Administración Trump mantiene en reserva si optará en un futuro por pruebas con explosión, pero confirma que en la etapa actual no se planean detonaciones nucleares.
(Con información de Reuters y AFP)
















































