La ruidosa urbe experimentó una noche marcada por el silencio y el vacío total en varias zonas. El alcalde Eduardo Paes asegura que la ciudad ya regresó a la “Etapa 1: normalidad”. En los hospitales, vecinos tratan de reconocer a los fallecidos
Tras una megaoperación este martes de las policías Civil y Militar en los complejos de la Penha y del Alemão, en la Zona Norte de Río de Janeiro, la ciudad experimentó una noche marcada por el silencio y calles vacías en varias regiones.
Este escenario comenzó a observarse en la tarde de ayer, cuando el municipio pasó al “Estadio 2″ del sistema de riesgo, tras bloqueos realizados por traficantes en las zonas Norte, Oeste, Sudoeste y Centro. Esta mañana temprano, el alcalde Eduardo Paes aseguró que la ciudad ya regresó a la “Etapa 1: normalidad”.
Mientras tanto, en los hospitales se agolpan personas que buscan entre los cadáveres acumulados a sus seres queridos desaparecidos, de quienes aún no tienen datos ni información sobre si están heridos, muertos, arrestados o simplemente huyeron.
Según el sindicato RioÔnibus, al menos 71 autobuses fueron utilizados como barricadas en distintos puntos de la ciudad. Comerciantes reportaron el cierre de numerosos locales por órdenes de criminales y una vuelta a casa caótica para muchos residentes.

En la noche, la tensión persistía. Una mujer paseaba con su perro por la Praça Varnhagen, en Tijuca, y comentó a O Globo: “Parece Covid. Muy extraño”. Si alguien hubiese visitado Río durante las primeras semanas de la pandemia y regresara en la madrugada posterior a la operación, encontraría un ambiente similar. El lugar, apodado “Buxixo”, usualmente rebosante de actividad, bares y samba, permaneció vacío.
Los bares y restaurantes de la zona estuvieron cerrados, y las calles habituales del entretenimiento nocturno lucieron desiertas.

En el Boulevard 28 de Setembro, en Vila Isabel, únicamente dos barrenderos, dos recicladores y un pequeño bar permanecían en el sitio. Esta avenida, famosa por sus bares vinculados a compositores como Noel Rosa y Martinho da Vila, mostraba una imagen inusual. La Rua Teodoro da Silva, que conecta varios barrios, tampoco presentaba circulación vehicular. En el Largo Verdun, en el Grajaú, una farmacia 24 horas cerró, reflejando la ausencia de movimiento registrada también en Maracanã y la Avenida Rei Pelé.
La autoestrada Grajaú-Jacarepaguá, importante vínculo entre la Zona Norte y la Sudoeste, también se mantuvo cerrada, lo que llamó especialmente la atención. Esta vía, que recorre comunidades bajo control del Comando Vermelho, fue objetivo de la operación.

Hacia las 3:30 de la madrugada, el Centro de Operações e Resiliência do Rio (Cor-Rio) anunció que todas las vías quedaron liberadas, siendo la última la mencionada Grajaú-Jacarepaguá.
En la Zona Sur, la madrugada mostró un clima tenso y zonas vacías, consecuencia de la movilidad restringida y la vuelta anticipada de los residentes. En la Praça São Salvador, barrio de Laranjeiras, no se observó el movimiento habitual.
“Solo estoy de paso, porque necesitaba comprar algo urgente en el mercado, pero estoy apurado. En una noche cualquiera, estaría viendo un partido en una mesa, pero hoy me quedo en casa”, explicó un vecino al medio local G1.

Esta situación se repitió en el Largo do Machado, donde la mayoría de los negocios mantuvo las puertas cerradas y, quienes abrieron, notaron menor flujo de clientes. Luis Felipe, camarero de un restaurante local, afirmó: “Hoy está muy difícil, las calles están desiertas y los clientes que llegan se quedan menos tiempo que de costumbre”.
Establecimientos de servicio 24 horas, como farmacias y cerrajerías, también cesaron actividades.
En Botafogo, la falta de movimiento en la Rua Voluntários da Pátria, una de las principales vías del barrio, fue notoria. Ni siquiera la conocida Rua Arnaldo Quintela, destacada por la revista Time Out como una de las más “cool” del mundo, registró afluencia.
Durante la madrugada de este miércoles, la alcaldía de Río de Janeiro informó que ya no había carreteras bloqueadas tras la contraofensiva del Comando Vermelho. “La última vía en ser reabierta fue la autopista Grajaú-Jacarepaguá, en dirección a Jacarepaguá, a las 2:45”, comunicó el Centro de Operaciones y Resiliencia.
Así trasladaban los cuerpos de algunos de los muertos en el operativo en Rio
Antes de las 6:00, el alcalde Eduardo Paes confirmó el regreso de la ciudad a la Etapa 1 (normalidad), tras 16 horas en la Etapa 2.
“La ciudad regresa a la Fase 1. El transporte funciona con normalidad y la circulación fluye con normalidad. Nos mantenemos alerta. ¡Manténganse informados a través de los canales oficiales!”, declaró. La Fase 2 indicaba incidentes de alto impacto y potencial de agravamiento.

Durante más de 12 horas, narcotraficantes bloquearon carreteras usando autobuses y distintos vehículos en represalia por el operativo policial.
A media tarde, las compañías de autobuses ordenaron el regreso de las unidades a las cocheras, dejando a muchos residentes varados. Algunos caminaron hasta cinco kilómetros para llegar a sus casas en el que fue el peor día para la ciudad en muchos años.















































