El presupuesto estatal prevé que el gasto en defensa permanecerá en niveles elevados, mientras las autoridades proyectan una caída de la producción industrial y una inflación persistente
La economía de Rusia enfrenta un escenario de estancamiento para 2025, tras el impulso generado por el gasto militar. Según el Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (wiiw), el producto interno bruto aumentará solo 1,2%, una cifra inferior a años previos y que refleja el impacto de una política monetaria restrictiva y menores ingresos por exportaciones energéticas.

El informe, presentado por el economista Vasily Astrov, señala que Rusia requiere nuevas inversiones para sostener su crecimiento, pero el sector de maquinaria y equipamiento muestra señales de estancamiento, dificultando mejoras en la productividad. El déficit presupuestario alcanzará 2,5% del PIB en 2025, el nivel más alto desde la pandemia.
Las autoridades rusas han optado por trasladar el costo fiscal del conflicto a la sociedad. El presupuesto presentado por el Ministerio de Finanzas para 2026 contempla un aumento del impuesto al valor agregado del 20% al 22%, reducción del umbral para pequeñas empresas que pagan este tributo, y la creación de un impuesto sobre el juego del 5%.
El gasto en defensa descenderá levemente hasta 13 billones de rublos, y el déficit esperado se ubicará en 1,6% del PIB.
Expertos advierten sobre el impacto de este giro fiscal. Alexander Kolyandr, del Center for European Policy Analysis, afirma: “Moscú ya no puede recurrir al estímulo fiscal que impulsó la expansión durante los primeros años de la guerra. Opta, en cambio, por medidas de austeridad que amenazan con asfixiar aún más la economía civil”. Alexandra Prokopenko, del Carnegie Russia Eurasia Center, advierte: “La factura la pagará el pueblo ruso, que enfrentará nuevas subidas de impuestos”.

Por su parte, Anton Siluanov, ministro de Finanzas, defendió en TASS la prioridad de equilibrio presupuestario: “Un aumento descontrolado de la deuda pública conduciría a una aceleración de la inflación y, en consecuencia, a un incremento de la tasa clave.
El contexto internacional también es adverso para países vecinos. Para Ucrania, el wiiw prevé un crecimiento de 2% en 2025, afectado por la caída de exportaciones agrarias y daños en infraestructura. “La destrucción cada vez mayor de la infraestructura debido a los intensos ataques aéreos rusos y la escasez generalizada de mano de obra, causada por la movilización y la emigración, están frenando las perspectivas de crecimiento de la economía ucraniana”, señaló Olga Pindyuk, del wiiw, a la agencia EFE.
En Europa del Este, la media de crecimiento prevista es de 2,2% en 2025 y 2,6% en 2026, superior a la eurozona, que alcanzará 0,9% y 1,4% respectivamente. Polonia lidera con un 3,5% proyectado para ambos años.
Las decisiones fiscales y monetarias, junto a la duración del conflicto, marcarán el rumbo de la economía rusa en un entorno internacional complejo.

(Con información de EFE)

