La cámara legislativa se prepara para una sesión crucial que definirá el liderazgo del Ejecutivo tras una semana marcada por negociaciones, fallos judiciales y alianzas inesperadas entre las principales fuerzas del país
El Parlamento de Tailandia se encuentra ante una jornada decisiva este viernes: los legisladores convocados votarán para elegir al próximo jefe del Ejecutivo, tras días marcados por intensas negociaciones y maniobras legales.
La convocatoria, confirmada por el portal de la Cámara de Representantes la noche del miércoles, llega tras una semana bajo gobierno interino y una escalada de tensiones entre los principales partidos del escenario político, según informó la agencia AP.
El ambiente institucional permanece enrarecido. La reciente destitución de Paetongtarn Shinawatra, del partido Pheu Thai, por orden de la Corte Constitucional, expuso la fragilidad legal y política del sistema tailandés y profundizó el vacío de poder.
La corte halló responsable a la ex primera ministra interina de violar normas éticas al comunicarse con Hun Sen, presidente del Senado de Camboya, durante una disputa fronteriza que en julio derivó en enfrentamientos mortales.

Esta vacante aceleró el llamado parlamentario de emergencia, dejando a Tailandia en una fase de limbo y provocando un complejo cruce de posiciones entre partidos.
En este contexto, el People’s Party, antes Move Forward, principal fuerza opositora, sorprendió al anunciar su apoyo a la candidatura de Anutin Charnvirakul, líder del Bhumjaithai.
Esta maniobra busca destrabar el bloqueo institucional y facilitar la formación de gobierno, al sumar los 146 votos del propio Bhumjaithai y aliados, junto a los 143 del People’s Party. El respaldo, confirmado por cálculos de diversos medios, supera sobradamente los 247 sufragios necesarios en la Cámara, conformada actualmente por 492 diputados.
No obstante, el People’s Party aclaró que su respaldo no es incondicional.
Natthaphong Ruengpanyawut, máximo referente del partido, afirmó que el aval depende del cumplimiento de acuerdos clave: la organización de elecciones generales en un plazo máximo de cuatro meses tras la presentación de la declaración de políticas del futuro gobierno y la convocatoria de un referéndum nacional con el objetivo de modificar la constitución tailandesa.

Esta última exigencia apunta a una redacción nueva y a legitimar la carta magna mediante mecanismos democráticos, según lo pactado entre las fuerzas políticas y reportado por medios internacionales.
El trasfondo de estas demandas responde a la desconfianza hacia las estructuras constitucionales heredadas de regímenes militares, consideradas insuficientemente democráticas. El objetivo declarado del People’s Party es promover una reforma profunda a través de la elección de una asamblea constituyente, de espíritu plural y participativo.
El avance hacia la votación parlamentaria casi se ve frustrado cuando el gobierno interino de Pheu Thai intentó disolver la Cámara de Diputados y convocar elecciones anticipadas.
La petición, enviada por el primer ministro interino, Phumtham Wechayachai, al Privy Council, fue rechazada por dicho órgano al identificar tanto vicios formales como la falta de atribuciones legales del ejecutivo provisional para solicitar la disolución.

La Secretaría del Gabinete comunicó oficialmente a Phumtham el rechazo, cerrando temporalmente la puerta a un nuevo llamado electoral.
El medio local Bangkok Post, detalló que la fundamentación del Privy Council se apoyó en un dictamen del Consejo de Estado, cuyo secretario general, Pakorn Nilprapunt, advirtió que un gobierno interino debe limitarse a cuestiones urgentes y no adoptar medidas como la convocatoria de elecciones anticipadas.
Anutin Charnvirakul se perfila como el favorito indiscutido para la votación parlamentaria
El resultado de la votación se inclina claramente hacia Anutin Charnvirakul, gracias a una sólida alianza parlamentaria. Cinco figuras permanecen formalmente como postulantes elegibles, pero las negociaciones recientes han concentrado el respaldo en torno a Anutin, quien aparece como la opción política y matemática más viable según el panorama de alianzas y compromisos públicos.
La inestabilidad de fondo del ciclo político tailandés tiene relación tanto con factores legales como con las dinámicas de coaliciones. Tras las elecciones de 2023, el entonces Move Forward (hoy People’s Party) fue el partido más votado, pero no pudo formar gobierno por no cosechar el doble respaldo de la Cámara y el Senado.
La negativa de los senadores, designados por el mandato militar, a aceptar a su líder se fundamentó en la resistencia a la propuesta de reforma al rol de la monarquía. Legislativamente, el Senado ya no cuenta con voto directo en la elección del primer ministro, hecho que da mayor peso a la dinámica de la Cámara Baja.
El frustrado intento del People’s Party llevó al Pheu Thai, bajo el liderazgo de la familia Shinawatra, a formar gobierno con Srettha Thavisin como primer ministro, quien fue removido poco después por la Corte Constitucional por supuestas faltas éticas.

Paetongtarn Shinawatra, hija del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, asumió de manera interina, aunque tampoco permaneció por mucho tiempo. El retiro de Bhumjaithai, encabezado por Anutin, dejó al Pheu Thai sin mayoría y aumentó la fragilidad de la coalición gobernante.
The Washington Post detalla que Anutin Charnvirakul, ex viceprimer ministro de Tailandia, de 58 años, se destaca por su experiencia en administraciones tanto progresistas como conservadoras.
Ocupó cargos en el gobierno militar de Prayuth Chan-ocha y fue parte de la coalición liderada por Pheu Thai tras las últimas elecciones.

Además, obtuvo notoriedad por promover la despenalización del cannabis, aunque la regulación está siendo revisada y se prevé que el uso quede limitado principalmente al ámbito médico. Al frente del Ministerio de Salud durante la pandemia de COVID-19, su gestión fue cuestionada por la demora en la adquisición de vacunas, un episodio aún debatido en Tailandia.
(Con información de AP)
