La Municipalidad de Lo Barnechea lanzó un plan piloto con estuches inhibidores de señal
Sumándose a una tendencia global, el municipio santiaguino de Lo Barnechea estrenó este miércoles un plan piloto para erradicar definitivamente los teléfonos celulares de las salas de clases, a fin de “potenciar la creatividad, el aprendizaje y las relaciones humanas entre los escolares”, tal como lo expresó su alcalde, Felipe Alessandri, en el Colegio Bicentenario de esa comuna.
“No se trata de demonizar la tecnología, sino de enseñarle a nuestros niños y jóvenes que hay tiempos y espacios donde es necesario desconectarse para volver a conectarse con lo que realmente importa: el aprendizaje, la convivencia y el desarrollo de habilidades sociales“, sostuvo el edil.
La idea es aplicar dicho plan a todos las escuelas municipales desde marzo del próximo año -partiendo por los alumnos de quinto básico-, para luego ampliarlo a colegios privados y particulares subvencionados.

Cómo funciona
Así las cosas, los alumnos deberán dejar cada mañana su celular dentro de un estuche inhibidor de señal, el que solo podrán desbloquear una vez finalizada la jornada.
Sin embargo, “en casos de emergencia o situaciones justificadas, los estudiantes podrán hacer uso de su celular, garantizando la seguridad y tranquilidad para sus familias“, detallaron desde el municipio.
Macarena Contreras, directora de innovación de Lo Barnechea, aseguró que decidieron aplicar esta nueva tecnología habida cuenta que los alumnos malgastaban demasiadas horas prendidos a sus dispositivos mientras atendían sus clases, asunto que significaba un verdadero “problema de convivencia escolar”.
Humberto Garrido, director del Colegio Bicentenario, valoró por su parte el hito que implica ser el primer establecimiento educacional del país en implementar este sistema, el que aseguró, “ha sido muy bien evaluado por la comunidad y que sin duda trae un beneficio tremendo de atención plena en clases”.
“Al comienzo había dudas y muchas preguntas, pero con el paso del tiempo ha sido un éxito la implementación, muy natural. Los estudiantes están entregando su celular y lo recuperan al final de la jornada“, agregó el educador.
“Esto viene evaluado por la comunidad, por los profesores, por los asistentes de locación, por los apoderados sobre todo, quienes están muy agradecidos (…) Estamos esperando la evaluación después de la implementación, por lo menos en un mes más, y ver los resultados en nuestros estudiantes“, remató.
Consultada acerca de su experiencia, una estudiante de octavo básico -el último año de la educación primaria-, reconoció que ahora comparte mas con sus compañeros en los recreos y se distrae bastante menos en clases, mientras que una madre, sin embargo, reflexionó sobre el hecho de que, apenas llega a casa, su hijo se conecta al celular con fruición y de “manera inmediata”.
