El documental de Horacio López explora la vida y obra de un autor esencial del siglo XX, mostrando su impacto en la literatura, la política y la cultura argentina a través de testimonios y archivos inéditos
El jueves 17 de julio se estrena Demanda contra el olvido: poesía y aventura en Raúl González Tuñón, documental dirigido por Horacio López y producido por Roly Baró que se adentra en la figura de uno de los poetas argentinos fundamentales del siglo XX, “un humilde” que merece ser recordado según los testimonios de la película.
Con una producción sobria que evoca una época cultural e intelectual dorada en la que sus protagonistas se reunían en cafetines a debatir en largas conversaciones, el tradicional bar porteño “Los 36 billares” parece ser la locación perfecta para traer al presente a Raúl González Tuñón. Poco más hace falta, porque la materia del recuerdo es suficiente.
Al margen, el film no solo reconstruye la vida y la trayectoria de González Tuñón -poeta, periodista y viajero – sino que también es reivindicado y traído a la luz con una fuerza que permite conocerlo fuera del ámbito de la poesía y la academia. Más allá de que tejió vínculos con nombres centrales de la literatura de su tiempo, como Pablo Neruda, César Vallejo y Federico García Lorca, su sensibilidad política y social lo conducen a ser una influencia relevante para Miguel Hernández, quien le dedica un poema.

Haciendo despliegue de recursos básicos – materiales de archivo, entrevistas y recorridos biográficos–, la película le brinda protagonismo a la charla honesta y a los testimonios sobre su figura.
Se esboza, así, un mapa que revela facetas poco exploradas del autor de La calle del agujero en la media y La rosa blindada. La narración subraya el cruce entre la aventura individual y la dimensión política, rasgo distintivo de su escritura y de su accionar público.
En esa mesa se dan cita Adolfo Fito González Tuñón, corrector y editor e hijo del poeta; el narrador, poeta y ensayista y miembro de número de la Academia Argentina de Letras Eduardo Álvarez Tuñón –sobrino nieto de Raúl–; el escritor y crítico literario Jorge Monteleone; Oche Califa, escritor y periodista –quien colaboró en el guion– y la doctora y especialista en el poeta Geraldine Rogers. Todos coinciden en destacar su compromiso y su ternura.

Se sumarán al homenaje tácito personajes de la cultura nacional como Jorge Asís, Jorge Boccanera y Juan Carlos “Tata” Cedrón, pero, también, jóvenes estudiosas, como María Fernanda Alle y Leyre Ochoa Catalán, que supieron encontrar las entrelíneas de su poesía, ese mensaje revolucionario en el sentido más amplio.
De una observación exquisita y sensible, González Tuñón supo retratar la poesía política. Fue un flaneur de las revoluciones, lo que lo hizo merecedor de respeto, admiración y afecto, aunque no del reconocimiento que mereció masivamente.
Creador de personajes como Juancito Caminador, este poeta ha sido desmenuzado y analizado en diversas publicaciones, pero siempre a la sombra de otros autores. Con esta película discreta, fiel a lo que supo ser, hay una oportunidad de echar luz sobre su vida y obra, de salir de los anaqueles de cánones literarios para acercarse a su esencia.

La película sitúa a Raúl González Tuñón como protagonista de grandes acontecimientos del siglo pasado. Fue corresponsal en la guerra del Chaco, testigo de la República Española y partícipe de los movimientos antifascistas. Sus amistades incluyeron a Federico García Lorca, Pablo Neruda y Rafael Alberti; su influencia marcó a poetas como Juan Gelman y Miguel Hernández. Octavio Paz, que lo consideró un referente de la poesía social, le atribuyó un peso comparable al de Rubén Darío en otro registro.
La banda sonora incorpora la interpretación de “Juancito caminador” a cargo de Mercedes Sosa, pieza emblemática que enlaza el universo poético de Tuñón con la música popular argentina.
Demanda contra el olvido destaca no solo por el acceso a fuentes directas y materiales de archivo, sino también por su apuesta por la coralidad de las voces, que configuran una aproximación plural a la figura de González Tuñón. El resultado es una película que recupera y pone en primer plano la vigencia de un autor que trazó puentes entre la poesía, el periodismo y las luchas de su tiempo.
