Desde África oriental hasta América del Sur, una serie de enclaves protegidos por la UNESCO ganaron visibilidad internacional tras aparecer en producciones emblemáticas

A lo largo de las últimas décadas, el cine funcionó como una poderosa herramienta para transformar sitios históricos, arqueológicos y naturales en objetos de deseo turístico. Las imágenes proyectadas en la pantalla, muchas veces filmadas en escenarios reales, redefinieron la manera en que el público global se acerca al patrimonio de la humanidad.
En ese contexto, National Geographic elaboró una selección de diez lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO que han sido protagonistas en producciones cinematográficas de alto impacto. La lista reúne enclaves culturales y naturales que, además de su valor histórico o ambiental, se volvieron reconocibles gracias a su aparición en películas emblemáticas.
1. Sistema Lacustre del Gran Valle del Rift, Kenia

Ubicado en el corazón de África oriental, este ecosistema formado por los lagos Nakuru, Bogoria y Elementaita destaca por la abundancia de aves migratorias y paisajes volcánicos.
Estos lagos se encuentran en la región del Gran Valle del Rift, una falla tectónica activa que recorre más de 4.000 km desde Yibuti hasta Mozambique. En Kenia, este sistema da lugar a ecosistemas únicos, hogar de flamencos, rinocerontes y numerosas especies endémicas.
El área, reconocida por su biodiversidad, ganó notoriedad internacional luego de aparecer en Out of Africa (1985), llamada en América Latina, África mía y en España, Memorias de África, donde se plasmaron sus horizontes abiertos y sus flamencos en pleno vuelo.
Desde entonces, se consolidó como un destino que combina turismo de naturaleza y referencias cinematográficas, con alojamientos que aprovechan su atractivo escénico.
2. Parque Nacional Tongariro, Nueva Zelanda

Tongariro fue el primer parque nacional declarado en Nueva Zelanda en 1887, y uno de los más antiguos del mundo. Forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO por su valor cultural y geológico.
Este territorio volcánico de la Isla Norte tiene importancia natural y espiritual, al ser considerado sagrado por los pueblos maoríes. La trilogía El Señor de los Anillos lo situó en el mapa global como la encarnación de Mordor, el reino del Señor Oscuro Sauron.
Las montañas y senderos de la zona ofrecen experiencias de trekking entre cráteres, emisiones sulfurosas y cumbres nevadas. Durante el verano neozelandés, el parque recibe a quienes buscan reencontrarse con los paisajes que definieron la épica visual de la saga.
3. Centro Histórico de Roma, Italia

Roma es una de las ciudades más antiguas del mundo, con más de 2.700 años de historia documentada. Su centro histórico fue declarado Patrimonio Mundial en 1980 por su riqueza arqueológica, artística y urbana.
El casco antiguo de la capital italiana ha sido escenario de numerosos filmes, pero pocos tan influyentes como Roman Holiday (La princesa que quería vivir, 1953), protagonizada por Gregory Peck, Audrey Hepburn y Eddie Albert. El paseo en Vespa de los protagonistas atravesando monumentos emblemáticos consolidó un imaginario turístico que perdura.
Más allá del retrato romántico, este sector urbano concentra siglos de historia arquitectónica y religiosa, desde el Panteón hasta el Coliseo y la Fontana di Trevi. Para quienes deseen conocerlo sin las multitudes, los horarios matutinos ofrecen una alternativa más serena para recorrer sus calles y plazas.
4. Machu Picchu, Perú

Machu Picchu fue redescubierta para el mundo en 1911 por el explorador Hiram Bingham y es considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Se estima que fue construida en el siglo XV como centro ceremonial y de residencia de los emperadores del Imperio Inca.
Las ruinas incas enclavadas en la selva andina del departamento peruano de Cusco han sido retratadas en varias producciones, pero su aparición en Diarios de motocicleta (2004) le añadió una dimensión ideológica y simbólica. El sitio arqueológico, que durante siglos permaneció oculto, es hoy un espacio regulado por estrictas normas de acceso.
Los recorridos pueden hacerse a pie por rutas tradicionales o mediante servicios ferroviarios, siempre bajo supervisión para preservar su integridad frente a la demanda turística creciente.
5. Centro Histórico de Salzburgo, Austria

Salzburgo, ciudad natal de Mozart, fue incorporada al Patrimonio Mundial en 1996. Su arquitectura refleja el auge del barroco en Europa Central, y su ubicación a los pies de los Alpes le confiere un entorno paisajístico único.
Con una identidad marcada por su legado musical, esta ciudad austriaca fue proyectada al mundo gracias a La novicia rebelde (1965), que la convirtió en un ícono del cine familiar. El trazado urbano y sus espacios verdes conservan gran parte del perfil barroco que la caracteriza.
Actualmente, la ciudad ofrece actividades que vinculan la música con la historia, incluyendo tours de los lugares más emblemáticos que aparecen en la película y el Festival de Salzburgo que reúne expresiones clásicas en espacios que también sirvieron de locación cinematográfica.
6. Medina de Marrakech, Marruecos

La medina de Marrakech, fundada en el siglo XI por los almorávides, es Patrimonio Mundial desde 1985. Su fusión de arquitectura islámica, jardines y vida urbana la convierte en un testimonio vivo del mundo árabe-andalusí.
El casco antiguo de esta ciudad marroquí, caracterizado por su arquitectura rojiza y su vida comercial intensa, fue elegido como entorno narrativo en El hombre que sabía demasiado (1956). Su atmósfera envolvente, con callejones estrechos y mercados bulliciosos, transmite una complejidad sensorial que excede lo visual.
Aún hoy, caminar por la medina implica enfrentarse a una coreografía urbana donde tradición, comercio y patrimonio conviven a cada paso. Las visitas en horarios de la mañana y la noche ayudan a evitar el calor más fuerte.
7. Ciudad Hanseática de Lübeck, Alemania

Fundada en 1143, Lübeck fue una de las ciudades más importantes de la Liga Hanseática. Su casco antiguo, rodeado de agua, conserva más de 1.000 edificios de interés histórico y fue declarado Patrimonio Mundial en 1987.
En las primeras décadas del siglo XX, el cine mudo encontró en esta ciudad báltica un escenario propicio para narrativas inquietantes. El estilo gótico de sus edificaciones y los almacenes portuarios aportaron el fondo ideal para Nosferatu (1922), uno de los primeros exponentes del terror.
Hoy, Lübeck mantiene su perfil histórico casi intacto, y ofrece recorridos que combinan arquitectura medieval, memoria cinematográfica y eventos dedicados al cine del norte de Europa.
8. Wadi Rum, Jordania

Wadi Rum, también conocido como el “Valle de la Luna”, está compuesto por formaciones de arenisca y granito de más de 1.700 metros. Es Patrimonio Mundial desde 2011 y forma parte esencial de la identidad cultural beduina.
Este valle desértico del sur jordano ha sido utilizado por el cine para representar desde paisajes alienígenas hasta pasajes históricos. En Lawrence de Arabia (1962), su geografía rocosa fue clave en la construcción de un relato épico sobre la rebelión árabe.
Hoy, el lugar mantiene su vínculo con las comunidades beduinas que lo habitan desde hace generaciones. Las visitas guiadas permiten conocer tanto sus dimensiones naturales como su peso simbólico en el imaginario audiovisual contemporáneo.
9. Parque Arqueológico de Angkor, Camboya

Angkor fue la capital del Imperio jemer entre los siglos IX y XV. El sitio se extiende por más de 400 km² y fue declarado Patrimonio Mundial en 1992 por su valor artístico, religioso y urbanístico.
Ta Prohm, uno de los templos más fotografiados del complejo de Angkor, se volvió globalmente reconocible tras su aparición en Tomb Raider, una franquicia de medios, que incluye una serie de videojuegos, historietas, películas y serie anime. Pero el parque, que abarca decenas de estructuras religiosas, va mucho más allá del cine de acción.
Angkor fue el centro espiritual y político del Imperio jemer, y sus restos arquitectónicos muestran un equilibrio entre poder y devoción. Las visitas tempranas y los pases extendidos permiten acceder a sitios menos frecuentados, donde la experiencia es más introspectiva.
10. Centro Histórico de Ciudad de México, México

El Centro Histórico de Ciudad de México fue fundado sobre las ruinas de Tenochtitlán y reúne más de 1.500 edificios de interés histórico, incluyendo la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional. Fue reconocido por la UNESCO en 1987.
En Spectre (2015), James Bond recorre un desfile ficticio del Día de Muertos entre máscaras, papel picado y multitudes. Lo singular es que esa escena derivó en la creación de una celebración real.
Desde 2016, Ciudad de México organiza una procesión anual que replica parte de la estética del film, transformando una secuencia de acción en una nueva tradición cultural. El centro histórico, con sus edificios virreinales y plazas monumentales, combina legado arquitectónico con capacidad de reinvención colectiva.
