El artista es fanático del Ipswich Town, pero también integra la lista de buena fe, que lo habilita a jugar en la Segunda División de su país
Pocos músicos alcanzan una conexión tan profunda con sus raíces como Ed Sheeran, pero su pasión por el Ipswich Town, equipo de su ciudad natal, lo lleva más allá del simple fanatismo. La superestrella británica no solo sigue fielmente cada partido, sino que también es un accionista menor del club y, desde 2021, patrocinador de su camiseta oficial.
“Es una alegría ser seguidor del Ipswich Town. Hay altibajos, pero el fútbol se trata de aceptar los distintos momentos. No soy accionista con derecho a voto ni miembro de la junta directiva, solo estoy poniendo algo de dinero en el club que amo y ellos me devuelven el gesto”, había dicho el artista, tras formalizar su inversión en el club de sus amores.
La declaración reveló la naturaleza de su vínculo con la entidad británica: una relación que trasciende la contribución económica del artista y se involucra en el propio terreno de juego. Es que el cantautor cumplirá el sueño que gestó desde su infancia.
El regreso del Ipswich Town a la Championship ha traído consigo el retorno de un símbolo peculiar: el número Sheeran 17 en la camiseta azul. Desde 2021, el músico figura inscripto como jugador número 17 del plantel, una estrategia que, más allá de lo anecdótico, ha tenido un impacto tangible en la economía de la institución. Durante cuatro temporadas consecutivas, la camiseta con su nombre fue la más vendida, superando incluso a las de los futbolistas profesionales. Solo durante el breve paso del club por la Premier League, el reglamento impidió que su nombre figurara en las plantillas oficiales, pero fuera de ese paréntesis, la presencia de Sheeran como “integrante del plantel” ha sido constante y rentable; pero el deseo de los fanáticos es verlo dentro del campo de juego.
La relación entre el artista y el club no se limita a la inscripción simbólica. En los últimos días, la decisión de la directiva de sumar a Sheeran como accionista minoritario se inscribe en una estrategia de consolidación institucional, similar a la que han seguido otros clubes ingleses con figuras del espectáculo, como el caso de Ryan Reynolds con el Wrexham.
La temporada pasada, el Ipswich Town sumó apenas 22 puntos en la Premier League, una de las peores campañas en la historia de la competición británica, lo que precipitó el descenso y motivó a la directiva a buscar un salto de calidad.
Fue entonces cuando el club anunció en sus redes sociales el regreso del dorsal “Sheeran 17” para la próxima temporada en el Championship. La participación financiera del artista no le otorga derechos de voto ni un lugar en la junta directiva, pero sí lo posiciona como un referente simbólico y económico para la institución.
La incorporación de Sheeran como patrocinador y como accionista responde a esa necesidad de revitalización, combinando el arraigo local con la proyección global que aporta una figura de su calibre. Y hasta los más optimistas se entusiasman con ver al músico inglés desplegar su talento con la pelota.
De todos modos, lejos de cualquier entrenamiento profesional, el artista disfruta de su paternidad. Casado con Cherry Seaborn y padre de dos niñas, el ídolo popular disfruta y aprende de su vida familiar.
Además, fuera de la música, también encuentra una gran pasión por los Tennessee Titans, equipo al que decidió apoyar tras mudarse a Nashville y comprar unos pijamas del club. Este tipo de gestos espontáneos ilustran el lado simple y genuino de su personalidad, alejado de la imagen de superestrella.
