Ginecólogos de Harvard, Pittsburgh y Clínica Mayo revelan que creencias populares sobre sofocos, terapias hormonales y vida sexual están profundamente arraigadas pero son inexactas
Contrario a los estereotipos populares que presentan la menopausia como una etapa inevitable de sofocos incontrolables, caos hormonal y relaciones sin intimidad, los especialistas médicos revelan que la mayoría de estas creencias están profundamente arraigadas, pero son inexactas. Tras consultar con ginecólogos, endocrinólogos y urólogos de prestigiosas instituciones estadounidenses, la sección “Well” de The New York Times analizó los principales mitos que rodean esta transición vital. El informe demuestra que existe una amplia desinformación sobre un proceso que afecta a millones de mujeres.
La menopausia puede producir síntomas en muchas partes del cuerpo, a veces de maneras inesperadas, según explica a The New York Times Rebecca Thurston, decana, asistente de investigación en salud femenina y profesora de psiquiatría en la Universidad de Pittsburgh. Los expertos consultados por el medio norteamericano identificaron diez conceptos erróneos fundamentales que requieren aclaración urgente.

Mito 1: “La menopausia solo causa sofocos”
Aunque los sofocos afectan hasta al 80% de las mujeres, la menopausia genera diversos síntomas, como insomnio, cambios de humor, confusión mental, sequedad vaginal y dolor articular. Esta variedad de manifestaciones responde a los niveles fluctuantes de estrógeno que impactan todos los tejidos del cuerpo. Durante la perimenopausia, el estrógeno oscila de forma errática para luego estabilizarse en un nivel bajo después de la menopausia.
La doctora JoAnn Manson, endocrinóloga y profesora de la Escuela de Medicina de Harvard, afirmó a The New York Times que muchas personas desconocen el rango completo de síntomas asociados a este proceso. Según detalla, la falta de información puede dificultar el reconocimiento de síntomas relacionados con la menopausia y limitar el acceso a tratamientos útiles.
Mito 2: “Todo síntoma en la mediana edad es menopausia”
Los médicos advierten sobre la tendencia a atribuir todos los problemas a la menopausia. La doctora Anna Barbieri, ginecóloga y médica de medicina integrativa en Nueva York, subrayó al medio estadounidense que existe una tendencia preocupante hacia la sobresimplificación. Por ejemplo, el dolor articular puede deberse a la caída del estrógeno, pero también a afecciones como la artritis.
La doctora Pelin Batur, profesora de obstetricia, ginecología y biología reproductiva en la Clínica Cleveland, ha visto numerosos casos donde síntomas como la fatiga se atribuyeron a la menopausia sin realizar pruebas básicas que revelaran anemia, problemas tiroideos o deficiencias vitamínicas como causas reales.
Mito 3: “La terapia hormonal es peligrosa para la mayoría”
Hasta 2002, era común recetar terapia hormonal para los síntomas menopáusicos, pero un estudio muy difundido reportó un pequeño incremento de cáncer de mama y coágulos sanguíneos en mujeres que tomaban estrógeno y progestina. El uso de hormonas disminuyó drásticamente y muchas mujeres desarrollaron temor a la terapia. Sin embargo, los especialistas consultados por The New York Times sostienen que los beneficios —como el alivio de sofocos y sequedad vaginal, y el menor riesgo de osteoporosis— superan los riesgos para la mayoría de las mujeres de entre cuarenta y cincuenta años con síntomas intensos.
La doctora Lauren Streicher, profesora clínica de obstetricia y ginecología en la Universidad Northwestern, indica que incluso mujeres mayores pueden beneficiarse en algunos casos. Las excepciones, como las sobrevivientes de cáncer de mama, son reducidas y específicas.

Mito 4: “Las hormonas son la única opción de tratamiento”
La doctora Jill Liss, profesora clínica asociada de ginecología y obstetricia en la Universidad de Colorado, afirma que la terapia hormonal no es “ni un milagro ni un veneno”. No es imprescindible para todas; existen alternativas eficaces para quienes no pueden o no desean acceder a la terapia hormonal. Entre ellas: el uso de gabapentina, antidepresivos como la paroxetina, terapia cognitivo-conductual, ejercicios de respiración, y, desde 2023, el medicamento fezolinetant, además de productos de ácido hialurónico.
Mito 5: “Los tratamientos naturales son siempre más seguros”
Muchas mujeres evitan la terapia hormonal por miedo y optan por remedios naturales o suplementos. Pero la doctora Manson advirtió a The New York Times que algo natural no es necesariamente seguro: “El arsénico también es natural”. Según la doctora Nanette Santoro, de la Universidad de Colorado, la mayor parte de los suplementos recomendados por influencers carecen de respaldo científico y pueden estar contaminados debido a una regulación insuficiente.
Tras el abandono de las hormonas avaladas por la FDA, algunas optaron por las llamadas “bioidénticas”, promovidas desde farmacias de compuestos, aunque la ciencia no demuestra que sean más seguras. La doctora Mary Jane Minkin, de Yale, ironizó a The New York Times: “No traen un paquete que detalle los efectos secundarios”.
Mito 6: “Solo hay que aguantar la menopausia sin ayuda”
Muchas pacientes se resignan a enfrentar la menopausia sin buscar alternativas, aunque hacerlo puede afectar su salud. Las mujeres con sofocos frecuentes o severos presentan más riesgo de enfermedad cardiovascular, y aquellas cuyos sofocos interrumpen el sueño pueden sufrir problemas de memoria.
Thurston señala que la investigación estudia por qué ocurre esto. Los sofocos afectan el sueño y este, a su vez, la salud cardiovascular, los niveles de glucosa y la función cognitiva. También la sequedad vaginal favorece infecciones urinarias, y la mayoría experimenta alteraciones metabólicas y reducción de densidad ósea.

Mito 7: “Los síntomas menopáusicos duran poco”
Existe la creencia de que los sofocos y demás molestias serán transitorios, pero pueden prolongarse más de siete años e incluso mucho más. Otros síntomas, como las infecciones urinarias, son comunes en mujeres mayores y frecuentemente se relacionan con la menopausia sin que ellas lo sepan, de acuerdo con la doctora Elizabeth Evans, uroginecóloga y profesora en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio.
Mito 8: “Los síntomas siempre empiezan después de los 45 años”
Si bien la mayoría de las mujeres tiene su último periodo menstrual a los 45 años o más, no es raro comenzar a vivir síntomas perimenopáusicos en la segunda mitad de los 30. La doctora Stephanie Faubion, directora del Centro para la Salud de la Mujer de la Clínica Mayo, señala que a menudo no se reconoce esta posibilidad y se desestima el malestar de pacientes jóvenes. “A muchas mujeres de 37 años que consultan por problemas de ánimo, de sueño u otros síntomas se les dice sin más que no puede tratarse de menopausia”, relató la especialista a The New York Times.
Mito 9: “La vida sexual nunca vuelve a ser satisfactoria”
El dolor durante el sexo es común en la menopausia, y el deseo espontáneo tiende a disminuir, según la doctora Diana Bitner, directora médica y cofundadora de true. Women’s Health, citada por The New York Times. Este ciclo puede romperse: el diálogo entre paciente y especialista es esencial. El uso de humectantes, lubricantes y estrógeno vaginal alivia la sequedad y el dolor. Además, la testosterona, aunque no está aprobada para síntomas menopáusicos, se receta fuera de indicación para mejorar la libido.
Mito 10: “Las mujeres perimenopáusicas no pueden quedar embarazadas”
Es habitual que mujeres con periodos irregulares confíen en pruebas de laboratorio poco precisas y descarten la posibilidad de embarazo. Sin embargo, en la perimenopausia sigue siendo posible concebir. Un estudio de 2015 indica que, después de las adolescentes, las mujeres de entre 40 y 49 años son el segundo grupo con mayor tasa de embarazos no planeados.
“Solo se necesita un óvulo y un espermatozoide”, recalcó Batur a The New York Times. El embarazo puede ocurrir hasta que se cumpla un año completo sin menstruación, siempre que no exista otra condición que lo justifique.

La experiencia global de la menopausia
Más allá de mitos y estereotipos, especialistas citados por The New York Times coinciden en que la menopausia no es sinónimo de decadencia ni de una etapa necesariamente negativa. Thurston afirma que muchas mujeres, tras superar los síntomas más molestos, se sienten más auténticas y seguras de sí mismas. “Se preocupan menos por lo que piensan los demás y eso resulta liberador”, destacó.
La menopausia puede ofrecer ventajas insospechadas y representar no solo el final de un ciclo fisiológico, sino el comienzo de una etapa marcada por el bienestar y la autonomía. “Muchas mujeres descubren una nueva libertad y confianza en sí mismas tras la menopausia, demostrando que superar los mitos brinda calidad de vida”, cerró.
