Cuando la desidia del gobierno provincial le niega el derecho a la educación en El Impenetrable a niños y niñas.
En el paraje Los Pereyra, en la zona rural de Miraflores, corazón de El Impenetrable, la Escuela 959 enfrenta una vergonzosa realidad: desde hace más de un año, este establecimiento educativo no cuenta con servicio eléctrico, a pesar de tener el pilar de luz instalado y la comunidad haber realizado “todo” lo necesario para su conexión sin obtener hasta el momento respuestas concretas de parte del gobierno de Leandro Zdero.
La situación, alertada por docentes y trabajadores de la institución, pone en evidencia una alarmante ineficacia de la gestión provincial: Ingenieros del área de Infraestructura Escolar visitaron el establecimiento en tres ocasiones, supuestamente para revisar el cableado interno pero “no resolvieron el caso” ni entregaron el informe correspondiente a la subsecretaría.
La falta de luz persiste a pesar de que altos mandos del gobierno provincial conocerían la situación y de que la directora estaría “muy pegada a la política”. Incluso se menciona a una supervisora más preocupada por la difusión pública de estas irregularidades y las deficiencias edilicias que por la solución en sí.
“¿En serio no hay 40 metros de cable para conectar a la escuela al tendido eléctrico que pasa ahí cerquita?”, se preguntan los maestros del establecimiento.
Esta prolongada inacción gubernamental no solo afecta las condiciones de enseñanza y aprendizaje, sino que se percibe como una negación del derecho fundamental a la educación para los niños y niñas de la zona.
En pocas palabras, la realidad de la Escuela 959 subraya la distancia entre los discursos oficiales y la situación crítica en escuelas rurales.
eschaco