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Dos muertes y una inocente tras las rejas: el crimen de Rocío Wanninkhof, un error judicial que marcó a España

La presión de los medios llevó a las autoridades españolas a acelerar una investigación que planteaba una hipótesis débil. Dolores Vázquez, expareja de la madre de la víctima, fue considerada culpable y estuvo 17 meses en prisión, Sin embargo, todo cambió cuando otro asesinato dio un giro en la causa.

En la tarde del 9 de octubre de 1999, Rocío Wanninkhof salió de su casa para ir a visitar a su novio en su casa ubicada en La Cala de Mijas, una localidad de la provincia de Málaga. Antes de irse, le dijo a su mamá, Alicia Hornos, que después volvería para cambiarse de ropa e ir con sus amigos a una feria en Fuengirola, un pueblo cercano. Sin embargo, la joven de 19 años nunca llegó.

Un cuerpo femenino fue encontrado 25 días después, a 30 kilómetros del lugar en donde se la vio por última vez. Estaba en mal estado y había sido calcinado para ocultar rastros. Pese a ello, en una zona cercana a la escena, los agentes de la Guardia Civil encontraron dos bolsas de basura con diferentes objetos. La familia de Rocío las identificó y señalaron que no había duda de que pertenecían a la chica desaparecida.

Luego de casi un año de investigación, la Justicia española condenó a la sospechosa principal hasta ese momento: Dolores Vázquez, la expareja de la mamá de la joven. Sin embargo, después de 17 meses tras las rejas y otro asesinato, fue puesta en libertad y su historia se convirtió en el error judicial más mediático de España.

Una colilla de cigarrillo, la prueba clave

Para 1999, Rocío Wanninkhof estaba saliendo con un joven llamado Antonio José Jurado, quien vivía a unos pocos metros de su casa. El 9 de octubre, pasaron la tarde juntos y planearon una salida con sus amigos a la Feria de Fuengirola, un evento cultural muy popular en la zona. Por eso, la chica decidió volver a su hogar a bañarse y cambiarse de ropa. Sin embargo, ella nunca llegó a su destino, aunque sí fue vista por última vez por un peatón a las 21:30 horas.

En la mañana del domingo, su mamá se dio cuenta de que Rocío no había llegado a dormir, por lo que le pidió a su hija mayor, Rosa, de 22 años, que vaya a la casa de Antonio para averiguar si se había quedado ahí. Sin embargo, el chico no tenía ni idea de su paradero.

Al no poder ubicarla, Alicia salió junto a su pareja de ese momento, a caminar por una zona cercana a su casa. En un corto trayecto, descubrieron rastros de sangre, unas zapatillas y un pañuelo que tenía manchas rojas. Un poco más adelante, vieron las huellas de las ruedas de un vehículo. Sin dudarlo, llamó a la Guardia Civil y denunció el hecho.

Rocío fue vista por última vez por un peatón a las 21:30 del sábado 9 de octubre de 1999. (Foto: Diario Sur)
Rocío fue vista por última vez por un peatón a las 21:30 del sábado 9 de octubre de 1999. (Foto: Diario Sur)

Una vez que los peritos llegaron al lugar e inspeccionaron la escena, corroboraron que la sangre pertenecía a Rocío. Además, hallaron otras dos pistas que serían claves para la posterior resolución del caso: una colilla de cigarrillo con ADN masculino, aunque este no estaba registrado en la base de datos oficial, y manchas de semen.

Cuatro días más tarde, un taxista declaró que, a las 22:00 horas del 9 de octubre, vio una camioneta detenida en la zona y escuchó un grito. Según su testimonio, se alejó debido al temor que le provocó la situación.

Luego de un par de semanas, en un terreno que pertenecía a un restaurante y que se ubicaba a más de 30 kilómetros del lugar en donde Rocío había desaparecido, encontraron su cadáver envuelto en plásticos. Los agentes de la Guardia Civil pudieron confirmar su identidad después de descubrir dos bolsas con sus pertenencias en las cercanías.

El cuerpo de la joven estaba desnudo y había sido calcinado, por lo cual no se pudo determinar si había sido abusada sexualmente o no. Asimismo, la autopsia reveló que Wanninkhof había recibido un total de nueve puñaladas, ocho en la espalda y una en el pecho, esta última fue la que le provocó la muerte, según indicaron los expertos.

Una inocente tras las rejas

Durante la investigación, el primer sospechoso fue Jurado, el novio de Rocío, ya que los efectivos policiales dudaban de su declaración. Antonio dijo que esa noche habían quedado en encontrarse con la chica en la feria, pero no fue porque se quedó dormido. Además, tampoco pudo dar detalles de cómo era la ropa que tenía la joven esa tarde. Sin embargo, la hipótesis de que él haya tenido algo que ver se descartó una vez que llegaron los resultados del laboratorio forense: las manchas de semen no eran compatibles con ninguna persona cercana a la víctima.

Para este momento, el caso de la joven Wanninkhof recorría los medios españoles gracias al pedido de justicia de su mamá, Alicia, y la presión de la sociedad comenzaba a palparse. La Guardia Civil necesitaba encontrar un culpable y pronto. Por eso, la siguiente persona en ser señalada fue Dolores Vázquez.

Dolores Vázquez fue pareja de la madre de Rocío, Alicia Hornos, y fue detenida en el marco de la causa. (Foto: El Confidencial)
Dolores Vázquez fue pareja de la madre de Rocío, Alicia Hornos, y fue detenida en el marco de la causa. (Foto: El Confidencial)

Dolores, oriunda de Galicia, había mantenido una relación con la mamá de Rocío y fue puesta en la mira por varias razones. En principio, porque las cosas no habían terminado bien con Alicia, ya que ella empezó a salir con un hombre, y también porque se mostraba distante ante la tragedia.

Por otra parte, durante las primeras pesquisas, se descubrió que su auto estaba en la zona en la que desapareció la joven, en la noche del 9 de octubre. Sin embargo, ella no estaba en su interior, sino que circulaban dos hombres a los que ella nunca pudo identificar.

Además, el cuerpo de Wanninkhof fue descubierto al lado del jardín de un tío de Rocío, hermano de Alicia, con el cual Dolores no tenía una buena relación.

Alicia Hornos junto a una foto de su hija, Rocío Wanninkhof. (Foto: Telecinco)
Alicia Hornos junto a una foto de su hija, Rocío Wanninkhof. (Foto: Telecinco)

Por estos motivos, Vázquez fue detenida el 7 de septiembre del año 2000 y fue a juicio, donde, un año después, un jurado popular la consideró culpable. Allí, fue sentenciada a 15 años de cárcel y a pagar una recomposición económica a la familia.

Según las conclusiones de la fiscalía, la acusada cometió un “crimen atroz” luego de “una discusión acalorada” que mantuvo con Rocío, con quien se encontraba “enemistada” y a quien hacía responsable de los problemas amorosos que tenía con Alicia.

El caso de Sonia Carabantes

Dolores Vázquez solo estuvo 17 meses tras las rejas, ya que el caso de la muerte de Wanninkhof dio un giro debido a la investigación de otro asesinato.

El 14 de agosto de 2003, una adolescente de 17 años llamada Sonia Carabantes desapareció en Coín, un municipio ubicado a menos de 20 kilómetros de donde vivía Rocío. El hecho ocurrió cuando volvía hacia su casa con una amiga. Ambas se habían separado por unos metros, pero en ese corto lapso de tiempo, Carabantes se perdió de vista.

Sonia Carabantes desapareció el 14 de agosto de 2003. (Foto: La Vanguardia)
Sonia Carabantes desapareció el 14 de agosto de 2003. (Foto: La Vanguardia)

Al igual que en el caso de Wanninkhof, la Guardia Civil encontró sus pertenencias y rastros de sangre en la zona. Menos de una semana después, específicamente el 20 de agosto, una pareja halló su cuerpo en un parque ubicado en Monda, el pueblo de al lado. También estaba desnuda y sepultado bajo piedras y basura.

Las pericias indicaron que la joven había sido estrangulada, abusada sexualmente y que había recibido varios golpes en la cabeza. Pese a ello, los investigadores plantearon que Sonia había intentado defenderse, ya que, debajo de sus uñas, descubrieron ADN del agresor.

De esta manera, al cotejar la muestra en la base de datos, se descubrió que era el mismo material genético que habían encontrado en la colilla de cigarrillo y en el semen de la escena del crimen de Rocío. Esto los llevó a constatar que habían inculpado a una mujer inocente.

Así fue cómo entró Tony Alexander King en el escenario. Se trataba de un exconvicto británico que se había mudado a España en 1997 y que había sido denunciado por su exesposa como sospechoso de ambos crímenes. Sin embargo, hasta ese momento, la Guardia Civil no tenía las pruebas necesarias para señalarlo.

Tony Alexander King, el criminal británico que asesinó a Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes. (Foto: La Vanguardia)
Tony Alexander King, el criminal británico que asesinó a Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes. (Foto: La Vanguardia)

Finalmente, luego de que los resultados de laboratorio dieran positivo en la coincidencia con su ADN, King confesó el asesinato de las adolescentes ante el juez y aseguró que había sido el autor de tres agresiones sexuales más en Málaga. Por sus crímenes, el hombre fue condenado a 64 años de prisión.

Leé también: Desapareció cuando era una nena y la encontraron gracias a una serie: la historia de Kayla Unbehaun

En relación con Dolores Vázquez, aunque fue sobreseída en la causa, siguió siendo señalada por los medios españoles y por la mamá de Rocío, quien al día de hoy continúa afirmando lo que remarcó el jurado durante el juicio por el crimen de su hija: “King no actuó solo”.

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