La inauguración de La Anónima en el Shopping Sarmiento fue presentada como un triunfo histórico. En realidad, es el símbolo perfecto del vacío de gestión: un gobierno celebrando un supermercado mientras la provincia se hunde en recesión, obra pública paralizada y destrucción del empleo.
No es desarrollo. No es inversión estratégica. No es política pública.
Es marketing barato para tapar una crisis que ya no entra debajo de ninguna alfombra.
Un supermercado convertido en epopeya porque no hay nada más para mostrar
La Anónima no llegó por un plan productivo, ni por una visión de futuro, ni por una política de Estado. Llegó porque había un local vacío en un shopping que necesitaba llenar metros cuadrados.

Eso es todo.
Inflar este hecho hasta convertirlo en un “hito económico” revela la magnitud del desierto productivo en el que está sumida la provincia. Cuando un gobierno necesita convertir una góndola en un logro, es porque no tiene absolutamente nada más para ofrecer.
La verdadera foto: obra pública muerta, salarios destruidos y Pymes agonizando
Mientras se corta la cinta del supermercado, la realidad es esta:
– La obra pública está en coma, dejando a cientos de trabajadores sin ingresos.
– Los salarios estatales están devorados por la inflación.
– Las Pymes locales están al borde del cierre, sin ventas y sin crédito.
– La provincia depende cada vez más de fondos nacionales para sobrevivir.
En ese contexto, presentar la apertura de un supermercado como “recuperación” es una puesta en escena que subestima la inteligencia de la ciudadanía.
Los “60 empleos”: un número que expone la pobreza del relato oficial
El Gobierno repite la cifra de “más de 60 puestos de trabajo” como si fuera un salvavidas para toda la provincia.
En un territorio donde se perdieron cientos de empleos por el freno de la obra pública y donde el comercio local se achica día a día, esa cifra no es una solución: es un parche mínimo presentado como milagro.
Y ni siquiera se aclara cuántos de esos puestos son estables, temporarios o tercerizados.
Además, la llegada de una cadena nacional de este tamaño suele desplazar ventas de comercios locales, generando un impacto neto que puede ser negativo. Pero ese dato, por supuesto, no aparece en ningún discurso oficial.
Conclusión: un gobierno sin rumbo que vende humo para sobrevivir al día
La apertura de La Anónima es un hecho comercial privado.
El Gobierno decidió convertirlo en un acto épico porque no tiene obras, no tiene empleo genuino, no tiene inversión real y no tiene un plan para sacar al Chaco del estancamiento.
La provincia necesita infraestructura, producción, industria, empleo de calidad y políticas públicas serias.
Lo que no necesita es un gobierno que festeje un supermercado como si fuera la salvación.
La gente ya no compra humo. Y cada vez queda más claro.










































