Camila es la esposa de Diego «Huevo» Núñez, sobrino de Laudelina y José Peña, el papá de Loan. Ella estuvo ese 13 de junio en la casa de la abuela Catalina, del paraje correntino Algarrobal, cuando el nene de 5 años desapareció, y también presenció la búsqueda del chiquito. Este martes, se presentó voluntariamente a dar testimonio ante el fiscal federal de Goya, Mariano de Guzmán. Llevaba a upa uno de sus hijos, tapado con una campera para no ser captado por las cámaras. No habló con la prensa, pero su abogada sí: «Es imposible lo que dijo su tía. No vio ningún accidente porque estuvo en todo momento con Laudelina».
La referencia de la letrada Elizabeth Cutaia, de la Fundación Niñez y Justicia y Lucio Dupuy, sobre el accidente fue en clara alusión a la denuncia que la madrugada del sábado pasado presentó intempestivamente la tía de Loan, en la que dijo que fue amenazada para que no contara que el chico habría sido atropellado por dos de los detenidos: María Victoria Caillava y su marido, el capitán de navío retirado Carlos Pérez; y que la obligaron a plantar el botín.
Sin embargo, según pudo saber Infobae, el testimonio de Camila no fue tan categórico al momento de echar por tierra la versión que introdujo Laudelina del accidente y redundó sobre el hecho de que cuando vio volver a su tía, tras presuntamente haber plantado el botín mientras todos buscaban a Loan, ella estaba sola. «Caillava estaba con la mamá de Loan», habría sido la frase de la testigo en base a lo que pudo reconstruir este medio.
Eso no quiere decir que los investigadores no estén sobre el camino que indica que el botín de Loan fue plantado por Laudelina, sobre todo porque después del rastrillaje los especialistas notaron que es muy difícil que el chico haya llegado caminando a ese lugar: «Hay una tranquera muy alta, hay que subir el monte… Muy difícil que haya ido hasta allí», describieron a este medio las fuentes consultadas.
Camila había llegado desde 9 de Julio a las 13.35 a la fiscalía de Goya. Lo hizo a bordo de una camioneta gris y junto a ella iban su abogada y también el perito criminalístico Alan Cañete. El especialista habló con la prensa mientras la joven declaraba ante el fiscal De Guzmán, quien investiga la desaparición de Loan con la PROTEX -a cargo de Alejandra Mangano y Marcelo Colombo-, bajo las órdenes de la jueza Cristina Pozzer Penzo.
Según Cañete, Camila les dijo que «no se separó» de su tía ese 13 de junio pasado: desde que todos salieron hacia el naranjal hasta que ambas llegaron hasta la tranquera y regresaron a la casa de la abuela Catalina. Incluso, contó que la joven presenció el momento en el que Laudelina recibió el llamado de su marido, Antonio Benítez, preso en el marco de esta causa, y en el que, se presume, le avisó que Loan se había perdido.
Siempre según el perito, Camila les contó a los fiscales que ambas salieron juntas a buscar a Loan. También mencionó que Pérez y Caillava, en lugar de colaborar, se fueron del lugar.
«Queremos que le den protección», añadió Cañete. Y siguió: «Camila tiene miedo porque estamos hablando de una red de trata de personas… Loan no aparece, hay amenazas, hay vinculada gente del poder, como un comisario. Gente con mucho poder, y los más vulnerados son las víctimas».
Y aseveraron que «Camila no declaró antes porque nadie la citó». La conclusión de los asesores de la testigo es que Loan fue víctima de una red de trata y que se lo llevaron a él, aunque no era el objetivo primario, porque era «el más vulnerable».
En el marco de la testimonial de Camila, las fuentes deslizaron que la chica introdujo además un nuevo objeto de investigación: «un movimiento sospechoso de uno de los integrantes de ese almuerzo, que se acercó a hablar con alguien desconocido».
Un dato que deberá investigarse. Otro más, pero de Loan no hay datos.