Con las negociaciones por el Presupuesto 2026 encaminadas, los gobernadores exigen más detalles sobre la reforma laboral.
El Gobierno nacional tiene como principal objetivo aprobar el Presupuesto 2026 con la colaboración de los gobernadores. La ayuda internacional obliga a Javier Milei, Diego Santilli y Manuel Adorni a tener, después de tres años, la Ley de Leyes aprobada. Los colaboradores externos exigen que el Ejecutivo tenga una hoja de ruta el próximo año y así evitar cualquier deformación presupuestaria. La traba que comenzó a tomar fuerza es la reforma laboral. Los gobernadores se mantienen neutrales hasta conocer la «letra chica».
Reforma laboral
En Casa Rosada tienen como misión que se ponga en discusión una nueva forma de empleo. Desde el entorno del Presidente ven imperioso que trabajadores que están en la informalidad pasen a estar dentro del sistema. Esto no solo es por pedido de los acreedores internacionales, sino porque urge que se le dé oxigeno al sistema provisional.
Del mismo modo, en el Gobierno aseguran que no se puede sostener una ley que tiene casi 50 años de antigüedad. Por eso, la mayoría de los funcionarios avocados al proyecto, lo llaman «modernización laboral». Aparte, como había dicho Miguel Ángel Pichetto, la «reforma laboral» está «maldita» y, los que son supersticiosos, evitan denominarla de esa manera.
Lo concreto es que se empezó a producir una suerte de cortocicuito entre el Ejecutivo nacional y los provinciales. Si bien el principal deseo del Gobierno es el Presupuesto 2026, las reformas también son parte del temario cuando Diego Santilli o Manuel Adorni se comunica con los jefes provinciales.
Crece la incertidumbre
Sin embargo, los gobernadores se inundan de incertidumbre cuando consultan por «la letra chica» del proyecto. Antes de confirmar su acompañamiento, exigen que se conozcan los puntos más importantes de la reforma. Al momento no hay respuesta por parte del Ministerio de Gabinete e Interior.
La cúpula que rodea al jefe de Estado mantienen el misterio hasta último momento. Algunos se animan a decir «ni nosotros tenemos la letra chica». Finalmente, a menos de un mes para el inicio de las sesiones extraordinarias, la incertidumbre por la reforma laboral empieza a crecer en el interior del país.














































