Adrián entró a Estados Unidos a mediados de 2023 de manera legal utilizando la ahora extinta aplicación CBP One y solicitó su Estatus de Protección Temporal (TPS)
El 13 de marzo, Nedizon Alejandro León Rengel llamó a su hermano para desearle un feliz cumpleaños. Era una rutina simple, una llamada entre familiares. Pero esa fue la última vez que escuchó su voz.
Al día siguiente, agentes federales detuvieron a Neiyerver Adrián León Rengel, un migrante venezolano de 27 años, cuando se dirigía a su trabajo como barbero en Dallas, Texas. Desde entonces, su familia no volvió a saber de él durante más de cinco semanas, según informó NBC News.
La familia de Adrián, incluyendo su hermano y la novia con quien convivía, inició una búsqueda frenética. Llamaron al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), pero las respuestas eran confusas y contradictorias: en algunas ocasiones les dijeron que seguía detenido; en otras, que había sido deportado a El Salvador, país que no es el suyo. Adrián es ciudadano venezolano.
La familia temía por su paradero

Ante la falta de información clara, su madre incluso se presentó en un centro de detención en Caracas, donde deberían ingresar los venezolanos deportados desde Estados Unidos. No había registros de su hijo. Mientras tanto, la familia proporcionó grabaciones de las llamadas a NBC News y pidió ayuda a organizaciones como Cristosal, en El Salvador, y la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC).
Juan Proaño, director ejecutivo de LULAC, explicó que, durante 40 días, la familia “ha estado esperando conocer su destino”.
Después de más de 40 días de incertidumbre, el martes el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó finalmente a NBC News que Adrián había sido deportado a El Salvador.
Su hermano se enteró por la prensa, no por ninguna comunicación oficial. La noticia lo “entristeció mucho” y lo “destrozó”, confesó Alejandro, quien trabaja en un restaurante y vive en Texas.
El DHS no respondió si Adrián fue enviado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la megaprisión salvadoreña creada por el gobierno de Nayib Bukele. Alejandro teme que sí, dado que otros migrantes venezolanos detenidos en Texas fueron trasladados allí días después de ser arrestados.
“Allí, Bukele dice que los demonios entran en su infierno. Y mi hermano no es un delincuente. En este momento no me siento muy bien. La noticia me ha caído como un balde de agua fría”, añadió.
La subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin, acusó a Adrián de ser miembro del Tren de Aragua, organización designada como terrorista por la administración Trump bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.
Acusaciones sin pruebas y perfilamiento por tatuajes

“El presidente (Donald) Trump y la secretaria del DHS, Kristi Noem, no permitirán que terroristas extranjeros operen en nuestro país y pongan en peligro a los estadounidenses. Siempre priorizarán la seguridad del pueblo estadounidense”, declaró McLaughlin por correo electrónico a NBC News.
Cuando se le pidieron pruebas de esa afiliación, respondió: “No vamos a compartir informes de inteligencia ni a socavar la seguridad nacional cada vez que un pandillero niegue serlo. Sería una locura”.
Adrián fue arrestado en noviembre de 2024, cuando la policía de Irving, Texas, detuvo el vehículo de un compañero de trabajo por infracciones previas. En el auto hallaron un recortador de marihuana y acusaron a ambos por posesión de parafernalia de drogas, un delito menor punible con una multa de hasta $500.
“No somos delincuentes. Somos personas que estudiamos profesiones en Venezuela. Tuvimos carreras; no estamos vinculados a nada de eso”, afirmó Alejandro.
Llegó a Estados Unidos con cita previa a través de la aplicación CBP One en junio de 2023 y había solicitado el Estatus de Protección Temporal (TPS), según documentación oficial revisada por NBC News.
Antes vivió en Colombia, adonde emigró con su esposa e hija. Tras regresar brevemente a Venezuela por motivos de seguridad, cruzó a México y esperó su turno para entrar legalmente a EEUU.
