La directora del Instituto de Geografía de la Facultad de Humanidades de la UNNE explicó que el fenómeno se intensifica por el aumento de la temperatura y afecta tanto a cultivos como a la población. Investigadores de la UNNE analizan la frecuencia y los daños económicos y sociales provocados por las granizadas, que ya se repiten varias veces al año.
La directora del Instituto de Geografía de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Patricia Snaider, afirmó que en los últimos años se registró “un incremento en la caída de granizo” en la región y advirtió que este fenómeno “se da en tiempos muy cortos pero con gran intensidad“, lo que genera daños tanto materiales como personales. La investigadora explicó que la tendencia está vinculada al aumento de las temperaturas y al calentamiento global.
En diálogo con Radio Nordeste, Snaider detalló que “el aumento en la frecuencia de granizo está relacionado con el incremento de temperaturas“. Según indicó, el fenómeno se produce cuando la superficie se sobrecalienta y, al mismo tiempo, ingresa aire húmedo y cálido proveniente de la zona del Amazonas. Esa combinación de factores genera condiciones ideales para la formación de tormentas graniceras.
“Todo el centro-este de la Argentina forma parte de una de las zonas de máximo granizo a escala mundial“, señaló. En ese sentido, explicó que la región nordeste presenta una recurrencia cada vez mayor de eventos de este tipo, que en el pasado ocurrían una vez por año y hoy ya se repiten varias veces en el mismo período. Además de la frecuencia, destacó que los daños se agravan por la falta de tiempo para reaccionar: “Son eventos de muy corta duración, pero de gran intensidad, por eso ocasionan tanto daño“.
Snaider puntualizó que los impactos se sienten en distintos niveles: desde la pérdida de rendimiento en cultivos hasta lesiones en peatones o motociclistas. “En algunos casos hubo personas que debieron ser atendidas en hospitales por heridas causadas por el granizo“, ejemplificó. Además, los vehículos y las viviendas sufren daños materiales que se traducen en perjuicios económicos para las familias y los productores.
Respecto de las posibilidades de pronóstico, la especialista aclaró que el Servicio Meteorológico Nacional emite alertas a corto plazo, pero que “este tipo de eventos no puede predecirse con demasiada antelación“, ya que depende del comportamiento de los sistemas nubosos y de los índices de inestabilidad atmosférica. “Se los puede identificar recién cuando el evento está próximo a producirse“, señaló.
La investigación que conduce el Instituto de Geografía de la UNNE busca determinar patrones de frecuencia y analizar el impacto ambiental y económico de las granizadas en el nordeste argentino. Si bien el estudio actual se basa en los registros del Servicio Meteorológico Nacional, Snaider adelantó que se prevé incorporar nuevas fuentes de datos, como observaciones ciudadanas y registros visuales, para profundizar el análisis sobre el tamaño de los granizos y su evolución en el tiempo.
