Alberto Carlos Mejía Hernández es integrante de la banda criminal “Tren de Aragua” y estaba prófugo desde el 10 de julio.
Tras más de un mes de intensa búsqueda, las autoridades colombianas capturaron en Barrancabermeja a Alberto Carlos Mejía Hernández, un peligroso sicario chileno que había sido liberado por error en Santiago el pasado 10 de julio, pese a tener prisión preventiva por homicidio calificado.
Su detención generó un fuerte impacto en toda la región, ya que permaneció prófugo a pesar de su alto nivel de peligrosidad y se desconocía su paradero.
Durante días, las alarmas se habían encendido en la Patagonia argentina. Las autoridades fronterizas en el paso Cardenal Samoré emitieron advertencias sobre la posible presencia del delincuente en Villa La Angostura o Bariloche. Sin embargo, el peligroso criminal ya estaba muy lejos: oculto en Colombia, con un nuevo look, pero identificado gracias a un tatuaje que lo delató.
Mejía Hernández estaba detenido en Chile tras ser imputado por el asesinato del empresario José Felipe Reyes Ossa, conocido como “El Rey de Meiggs”, ocurrido el 19 de junio en Ñuñoa, Santiago. Un día antes de su liberación, el Octavo Juzgado de Garantía había ordenado su prisión preventiva. Sin embargo, el 10 de julio salió en libertad debido a un error que aún investiga la Fiscalía chilena.
La principal hipótesis es que se utilizó un documento falso o se manipuló el sistema informático judicial para permitir su excarcelación. El caso puso en tela de juicio los protocolos de seguridad en el Poder Judicial chileno y encendió las críticas sobre la vulnerabilidad de sus sistemas.

Tras semanas de fuga, las agencias de seguridad de Chile y Colombia, en coordinación con Interpol, siguieron la pista del prófugo: Mejía Hernández intentó despistar a las autoridades tiñéndose el cabello de rubio, pero no pudo ocultar un tatuaje en uno de sus brazos.
Ese detalle físico resultó decisivo, ya que al compararlo con los registros previos a su fuga, los investigadores confirmaron su identidad y lograron detenerlo en Barrancabermeja. De inmediato fue puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación de Colombia, que iniciará el trámite diplomático de extradición hacia Chile.
La captura fue posible gracias a una acción conjunta entre la Policía Nacional de Colombia, la Oficina Central Nacional de Interpol y sus contrapartes chilenas, en el marco del programa europeo de cooperación judicial y policial “El Paccto”.
El director de la Policía Nacional de Colombia, mayor general Carlos Fernando Triana, agradeció públicamente el trabajo conjunto y la colaboración internacional: “Seguiremos trabajando coordinados contra el crimen organizado y las estructuras criminales trasnacionales como el Tren de Aragua”.
Por qué estaba preso Alberto Carlos Mejía Hernández
El 19 de junio, José Felipe Reyes Ossa, empresario chileno, fue asesinado a tiros en Santiago. Los medios chilenos rápidamente adjudicaron el crimen a la organización Narco “Tren de Aragua”.
La investigación apuntó contra tres sospechosos, y uno de los detenidos fue Osmar Alexander Ferrer Ramírez.
Semanas más tarde y por el sistema de huella digital, se confirmó que se trataba de una falsa identidad y que el detenido era Alberto Carlos Mejía Hernández, un hombre con un amplio prontuario delictivo.
La Justicia chilena dictaminó el 9 de julio que los tres sospechados por el delito de homicidio tengan prisión preventiva. En ese momento, la jueza argumentó que no sólo representaban un peligro para la sociedad, sino que además existía “riesgo de fuga”. Quedaron encarcelados.
El día posterior a esa resolución, el mismo tribunal encabezado por la propia Irene Rodríguez, ordenaba dar marcha atrás su propia decisión a través de una resolución firmada de manera electrónica.
De esta manera, la jueza firmó la excarcelación de Mejías Hernández y habilitó que el sicario venezolano saliera del centro de detención.

Esa resolución desató un escándalo en la Justicia chilena y se habla de “manipulación en el sistema informático del Poder Judicial”. De hecho, hay una causa paralela al sicariato donde la propia Justicia chilena está bajo investigación.
Con la confirmación de que el hombre liberado fue el venezolano, la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) intensificó las labores para ubicarlo y elevó el alerta a rojo al resto de los países a través de Interpol, lo que permitió el fuerte operativo para recapturarlo.
