En el fraude a las ART también hay manipulación de estudios médicos. La trastienda de un negocio que impulsa 130.000 juicios por año y mueve cifras multimillonarias.
En la puerta de los centros médicos, a la pesca, o comprando datos de pacientes en un mercado clandestino, los estudios jurídicos de “caranchos” consiguen su materia prima para demandar a las ART: los accidentados. Con ese insumo se lanzan a la segunda etapa del trabajo, que es convertirlos en clientes para presentar miles de demandas en la justicia laboral.
Un informe de Telenoche mostró con testimonios exclusivos y documentos judiciales cómo operan los “caranchos” a partir de estas dos modalidades de acceso a los datos de trabajadores que tuvieron un accidente. En la primera van “a la pesca”. En la segunda variante compran contactos en un mercado negro formado por empleados infieles de hospitales, centros médicos y las propias aseguradoras.

El informe reveló además que la oferta de algunos abogados y sus colaboradores puede ir más allá del mero hecho de entregar a las víctimas información confusa acerca del engorroso sistema de riesgos del trabajo, y puede incluir la propuesta de manipular sus estudios médicos con el fin de reclamar cifras más altas en la justicia laboral.
Otra dimensión de este circuito es el acoso telefónico a los accidentados, desde una suerte de call center que funciona dentro de los estudios jurídicos del nicho. Una entrevistada contó a Telenoche que en las primeras 24 horas posteriores a una fractura de muñeca que tuvo yendo en bicicleta hacia su trabajo la contactaron más de 30 estudios. Llegaron a llamarla al celular de su hija.
“Lo sentí como un acoso brutal”, expresó la mujer. Buscaban persuadirla de iniciar un reclamo judicial cuando ni siquiera la había atendido un traumatólogo por consultorio ni había comenzado a transitar la etapa de eventuales reclamos administrativos que prevé el sistema.
Un ejemplo sofisticado de las bandas delictivas de este rubro se produjo en Córdoba, donde el fiscal de Delitos Complejos, Enrique Gavier, procesó con prisión preventiva a nueve integrantes de una presunta asociación ilícita que se hacía de miles de dólares litigando con juicios laborales truchos. Telenoche compartió audios que forman parte de esa mecagacausa y revelan los roles de la banda y la rapiña económica de sus miembros. Entre los detenidos hay médicos, abogados y punteros gremiales que habrían cumplido el rol de reclutar casos, verdaderos y falsos, para forzar demandas laborales contra una ART.
La trastienda revelada por Telenoche está en la base de los más de diez mil juicios por accidentes laborales que se inician por mes en el país. Se estima que 2025 finalizará con más de 130.000 nuevos juicios de este tipo. En 2024, esta lluvia de juicios costó el equivalente a siete millones de jubilaciones mínimas, según la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo. Desde ese sector subrayan que el aumento de la litigiosidad es inversamente proporcional a la cantidad de accidentes que se registran y a su gravedad.

Dos factores se combinan para este fenómeno. Por un lado, la falta de implementación en todas las jurisdicciones de los Cuerpos Médicos Forenses ya previstos por ley (para que los peritos que intervengan en la discusión judicial sobre los puntos de incapacidad sean empleados con un sueldo fijo, y no médicos sorteados que van a porcentaje del monto de la demanda). Esta deuda pendiente se convierte en un incentivo natural para demandar.
Por el otro, las maniobras de bandas delictivas, que se montan sobre este sistema y llegan a demandar a las ART con un mismo caso varias veces, o con casos armados a nombre de gente que no está al tanto de que va a ser sujeto de un litigio, o bien con estudios médicos alterados para “inflar” reclamos. “Se modifica. Todo se puede”, dijo un colaborador de “caranchos laborales” captado por Telenoche. El engranaje se había puesto en marcha una vez más.
