El Chaco del gobernador Leandro Zdero volvió a quedar expuesto ante la realidad: todos los indicadores económicos y laborales le dieron pésimo.
Un informe de la consultora Politikón en base a datos oficiales le puso cifras a la debacle que el gobierno no sabe, no quiere o no puede resolver.
El Gran Resistencia, el principal aglomerado urbano del Chaco, ostenta los peores números en materia de actividad, empleo y desocupación.
Incluso en el ámbito regional tampoco puede escapar de la debacle: la provincia que gobierna Zdero ocupa los últimos lugares de todos los rankings.
Según el último informe del INDEC, la tasa de actividad de la ciudad se ubicó en 43,6%, lejos del promedio nacional (48,2%) y apenas por encima del piso regional, superando solo a Formosa (39,5%) y Concordia (40,8%).
Peor aún resulta la caída en la tasa de actividad respecto al año pasado: una baja de 2,8 puntos porcentuales, la tercera más pronunciada del país. También cayó respecto al último trimestre de 2024. Resistencia y sus ciudades satélites se hunden mientras otras, como Jujuy o Rawson-Trelew, lograron mejorar sus niveles de participación en el mercado.
El panorama del empleo no es mejor. El Gran Resistencia exhibe una tasa de empleo de apenas 39,6%, casi cinco puntos por debajo del promedio nacional. Esto implica que seis de cada diez personas en edad laboral están desocupadas o directamente fuera del mercado, un dato devastador en una provincia con altos niveles de informalidad y pobreza estructural. Además, en términos trimestrales, la caída fue de 1%, lo que evidencia una destrucción sostenida de puestos de trabajo. Para peor, si se compara con un año atrás, el descenso fue lapidario: 3,3% abajo, el tercer peor desempeño a nivel país.
Finalmente, el desempleo también avanza: la tasa de desocupación alcanzó el 8,9%, superando al promedio nacional (7,9%) y convirtiéndose en la cuarta más alta del país. Este incremento se dio tanto en la comparación interanual como trimestral, ubicando a la capital chaqueña junto a otros aglomerados en crisis, como Gran Córdoba y Gran La Plata.
En comparación con otras ciudades del NEA, la situación no mejora. Posadas, por ejemplo, si bien tuvo una baja tasa de actividad (41,5%) y empleo (41,0%), mostró una desocupación levemente inferior (6,0%). Corrientes, por su parte, registró una desocupación del 4,5%, casi la mitad que el Gran Resistencia. Formosa, aun con los peores niveles de actividad y empleo, mantiene una tasa de desocupación del 3,8%.
Este conjunto de indicadores expone una realidad preocupante: el Gran Resistencia no solo no logra despegar, sino que profundiza su estancamiento.