Córdoba: una vendedora ambulante estafó a un jubilado con demencia senil y le gastó $5 millones con la tarjeta

Un jubilado (73) fue estafado por una vendedora ambulante (33) que le gastó $5 millones con la tarjeta de crédito. El hecho ocurrió la semana pasada en Córdoba y los hijos de la víctima fueron quienes se dieron cuenta de lo que estaba pasando. La detuvieron durante un allanamiento en su casa.

El hombre conoció a Rosa Adriana Sánchez cuando ella vendía medias en la peatonal de la Capital, en uno de sus paseos por el centro. “Lo manipuló porque tiene demencia senil”, aseguró el comisario inspector Diego Martinelli en diálogo con El Doce.

Fingiendo ser la “sobrina” o “hija”, en los locales comprobaban que el saldo de la tarjeta de la víctima era limitado, para lo cual tuvieron que otorgarle créditos a muy alto interés. Entre los productos adquiridos había un costoso lavarropas Standard Electric, una heladera de la misma marca, una moto Corven Energy 110, un celular Samsung A125, un parlante portátil, zapatos y ropa.

Todas estas compras se hicieron en un mismo día, lo que alertó a los hijos del jubilado, que al ver el resumen de la tarjeta hicieron la denuncia. “Hizo un raid en la zona comercial del centro sin el conocimiento del hombre”, agregó el comisario.

De esta manera, y gracias a que los envios de los productos se hacían a su casa, la policía fue a allanarla en su domicilio del barrio Angelelli y secuestró todo lo robado, según indicó La Voz. Quedó detenida e imputada por la fiscal Daniela Maluf, por “defraudación por circunvención de incapaces”, es decir, que firmó documentos en nombre del jubilado.

Luego se supo que también tiene antecedentes por hurtos y resistencia a la autoridad. En los próximos días será convocada a la sede de Tribunales 2 para declarar. Por su parte, los elementos que compró están a disposición de la Justicia y podrían ser devueltos a la víctima.

El artículo 174 del Código Penal, en su segundo inciso, castiga con pena de 2 a 6 años de prisión a quien “abusare de las necesidades, pasiones o inexperiencia de un menor o de un incapaz, declarado o no tal, para hacerle firmar un documento que importe cualquier efecto jurídico, en daño de él o de otro, aún cuando el acto sea civilmente nulo”.