Mayra Vallejos, la acusada, también afirmó que su prima detenida como supuesta entregadora “no tiene nada que ver”, al admitir que lo del asalto lo dijo por temor a quedar “presa” y que sus hijos se queden “solos”, por lo que el fiscal de la causa pidió al juzgado de garantías la inmediata libertad de esa mujer.
Fuentes de la investigación informaron a Télam que la imputada continuará presa por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”, en perjuicio de Matías Daniel Ferreyra (38).
Vallejos, representada por una defensora oficial, presentó esta tarde su descargo por escrito al fiscal Andrés Quintana, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 descentralizada de Pilar.
La mujer contó que hacía dos años y medio que mantenían una relación de “noviazgo” y que hacía siete se conocieron “en una fábrica de colchones en la localidad de Garín”.
Según su relato, cuando se fueron a “vivir juntos” él le pidió que dejara de trabajar”, por lo que dejó la fábrica y se dedicó “a ser ama de casa, atenderlo a él” y a ocuparse de sus hijos, mientras que Ferreyra continuó desempeñando sus labores en la misma empresa.
“Era sumamente celoso y posesivo. No me dejaba salir sola a la calle. Al principio cuando él me pidió que renuncie lo tomé como un acto de amor, me pareció bueno así podía estar con mis hijos, pero con el paso del tiempo me di cuenta que lo hizo para controlarme”, señaló Vallejos y añadió: “A los tres meses de convivencia comenzó a golpearme”.
De acuerdo a su testimonio, el hombre la “golpeaba”, la “agarraba de los pelos” y la “tiraba al piso” para “darle piñas en todos lados”, por lo que a veces se “escondía abajo de la cama” de sus hijos pero él la buscaba para continuar la golpiza.
Además, Vallejos dijo que en una oportunidad el fallecido le provocó “un corte en el rostro” y que sus hijos eran “testigos de todas estas agresiones”, aunque luego de esos episodios él se “arrepentía” y le pedía que “lo perdone”.
En ese marco llegó el jueves último, cuando la imputada aseguró que su pareja la fue a buscar al cumpleaños de su ahijado y ella se dio cuenta que “estaba medio tomado”.
Ya en su casa, situada en la calle Los Olivos al 1400, entre Jorge Newbery y Mariano Paillette, de la localidad de Manuel Alberti, partido de Pilar, en la zona norte del Gran Buenos Aires, y luego de tomar cervezas, la mujer le comentó alrededor de las 23 que le había contado a su prima que el viernes se iban a “hacer un escaneo de ojos”, tras lo cual Ferreyra “se enojó”.
“Comenzó a decirme que mi prima nos iba a robar la plata, que yo era una pelotuda, que no pienso con la cabeza, entre gritos y amenazas”, afirmó Vallejos y agregó que su novio estaba parado con un cuchillo en la mano que durante la discusión lo extendía para apuntarla.
Según sus dichos, el hombre la tomó “de los pelos” y la sacó de la silla en la que estaba sentada para luego comenzar a pegarle “por todos lados en el cuerpo con el puño cerrado”, aunque el cuchillo lo dejó en la mesa.
“En un momento lo empujé con mis manos y piernas, me doy vuelta e intento salir corriendo para el baño. Escucho que mi hija me grita ‘cuidado mamá’. Cuando me doy vuelta él venía sobre mí con el cuchillo, intentó sacárselo, el cuchillo cae al piso, yo lo levanto rápido”, indicó.
La mujer señaló que su pareja se fue sobre ella, quien le pidió que no se acercara y que no le “pegara más, pero no le importó”.
“Intentó agarrarme, yo extendí mi brazo con el que tenía el cuchillo y se lo clavé sin querer. Camina unos pasos por la casa, luego va al baño y se desvanece. Yo me asusté mucho, lo agarré, le pedía que no me dejara, que no quise lastimarlo”, expresó.
Tras el hecho, salió corriendo para pedir ayuda porque su “marido se estaba muriendo” y que luego a la Policía denunció un falso robo, supuestamente cometido por tres delincuentes que le reclamaban a Ferreyra que les entregara 200.000 pesos que había cobrado por el escaneo de su iris, una maniobra impulsada por una empresa que es furor desde fines del año pasado y por la que pagan con criptomonedas a quienes se postulan,
“Tenía miedo que me dejen presa, que mis hijos iban a quedar solos. Cuando llegó la Policía les dije que nos habían entrado a robar, fue lo primero que se me ocurrió”, explicó.
Ante esa situación, la Policía la “puso en el lugar de víctima y esa mentira fue creciendo“, ya que le preguntaron a quién le había contado lo de la plata, cuya respuesta fue que a su prima, quien luego quedó detenida y en las próximas horas será liberada.
“A raíz de eso la detienen a mi prima que no tiene nada que ver”, dijo Vallejos y concluyó: “No tenía intenciones de matarlo. Yo lo amaba. Solo quise defenderme. Estoy muy triste, no puedo creer que todo haya terminado así”.