El peronismo recibió de forma muy heterogénea el documento de 33 hojas publicado esta semana por Cristina Fernández de Kirchner, quien -luego de un extenso periodo en silencio- volvió con críticas al presidente Javier Milei y un planteo de desafíos para el PJ, lo que partió aguas en un frente opositor que se divide entre seguir bajo la conducción de la expresidenta o comenzar una etapa bajo un nuevo liderazgo, en el que podría surgir la figura del gobernador bonaerense Axel Kicillof.
La vorágine inédita que impuso la administración libertaria a la política nacional en los primeros meses de gestión logró que el peronismo se mantenga unido bajo la forma de Unión por la Patria (UxP), pero el espacio derrotado en noviembre pasado no tuvo tiempo de digerir el resultado y realizar un periodo de debate interno en la búsqueda de un nuevo liderazgo y la reelaboración de una alternativa al modelo de ultraderecha.
En ese contexto, el principal dirigente peronista que quedó en el centro de todas las miradas fue Kicillof, que se perfila como el líder opositor al Gobierno nacional por ser el funcionario con mayor peso político que revalidó su mandato en las urnas el año pasado.
Antes de la asunción presidencial y en las semanas posteriores, el mandatario bonaerense ocupó el centro de la escena y fue el anfitrión de una reunión de gobernadores peronistas y aliados en la sede porteña del Banco Provincia, pero luego su influencia se fue diluyendo neutralizada por la propia dinámica de la gestión que demanda la provincia de Buenos Aires y el desafío de administrarla sin el giro de los fondos discrecionales.
Sin un claro conductor que sea la figura que lleve ‘el bastón de mariscal‘ de la renovación peronista como ocurrió cada vez que perdió una elección, el PJ en oposición entró en una situación que tiene algunas similitudes con el 2016, cuando el candidato del entonces Frente para la Victoria, Daniel Scioli, fue derrotado por Mauricio Macri, y la ex presidenta afrontaba sus primeras causas judiciales.
Al igual que en aquellos tiempos, todos los sectores del peronismo coinciden en reconocer a Cristina Kirchner como la figura política indiscutida de ese espacio, pero hay un grupo heterogéneo de dirigentes que nuevamente desean dejar atrás la conducción de la exmandataria y delegar en otro la conducción del ahora frente opositor.
En ese punto, reaparece una grieta que nunca fue saldada entre el peronismo clásico y La Cámpora, la agrupación conducida por el diputado Máximo Kirchner, que es muy cuestionada internamente y desafiada cada vez que se pierden las elecciones y no cuenta con la protección de la expresidenta.
Para los gobernadores, intendentes, sindicalistas y movimientos sociales afines a UxP es un condimento más para dejar atrás la conducción de Cristina porque eso implicaría además un repliegue de La Cámpora, un anhelo que debió ser postergado en 2017 cuando la ex presidenta volvió al ruedo con Unidad Ciudadana y sepultado en 2019, cuando la ex mandataria demostró que todavía era “la jefa” del PJ.
Justamente, esa sensación de ser “la jefa” del movimiento y la única política opositora capaz de instalar agenda y marcar el rumbo del peronismo fue uno de los objetivos del documento ‘Argentina en su tercera crisis de deuda’, publicado esta semana, según dejaron trascender desde el Instituto Patria.
La reaparición pública de Cristina Kirchner sacudió el avispero dentro del espectro peronista que demostró, una vez más, que hay sectores que se referencian en la expresidenta y tomaron al documento como “una hoja de ruta”, mientras que otros espacios -como los gobernadores, los sindicatos, los movimientos sociales, la mayoría de los intendentes bonaerenses y el Frente Renovador de Sergio Massa- optaron por el silencio.
Apurados por las medidas del Gobierno nacional, los intendentes peronistas se reunieron el pasado jueves en la sede porteña de la Federación Argentina de Municipios (FAM) para coordinar acciones conjuntas para hacer frente a la quita de subsidios al transporte público, pero la rosca política no estuvo ausente, en un encuentro con mayoría de jefes comunales bonaerenses, en la que uno de sus principales dirigentes kirchneristas brilló por su ausencia: Jorge Ferraresi.
El faltazo de Ferraresi al encuentro de intendentes no es casual, sino que forma parte de un conjunto de acciones que se inició con un distanciamiento con Máximo Kirchner y concluyó con la salida del intendente de Avellaneda de la vicepresidencia del Instituto Patria.
El líder del distrito del sur del conurbano bonaerense fue una de las principales espadas del kirchnerismo durante el macrismo, pero ahora considera que esa etapa debe ser superada y hay que construir una nueva alternativa de la mano de Kicillof, mientras que él buscará ser el nuevo titular del PJ de la provincia de Buenos Aires, cargo que ostenta el propio hijo de la exmandataria.
Sin romper filas con el kirchnerismo ortodoxo, el intendente de Ensenada, Mario Secco -quien fue el año pasado el armador de la extinta ‘Mesa de Ensenada’ para impulsar el operativo clamor de ‘Cristina presidenta’- consideró que el gobernador bonaerense podría ser el conductor y candidato del peronismo en 2027.
“En la provincia de Buenos Aires, todos los intendentes estamos unidos detrás de Axel Kicillof porque no tenemos ninguna duda que es una gran alternativa para el país“, dijo Secco en declaraciones a Télam en esa reunión de la FAM y remarcó: “Axel ha hecho mucho mérito para ganarse toda la confianza de los bonaerenses y de los intendentes. Hoy, somos 84 intendentes unidos detrás del gobernador”.
Los resquemores entre Kicillof y Máximo Kirchner se remontan a los tiempos en los que integraron la Cámara de Diputados, pero crecieron durante la primera gobernación porque desde La Cámpora acusaban al mandatario de “cerrar las puertas” de la administración a los miembros de esa agrupación.
El último cruce entre ambos fue en tiempos de negociaciones de candidaturas el año pasado cuando Máximo Kirchner pretendía que el principal postulante a presidente sea Kicillof, y éste se negó rotundamente y optó por renovar su mandato en la provincia de Buenos Aires, algo que logró con el 44,9 por ciento de los votos.
Sin embargo, Kicillof no es el nuevo Florencio Randazzo porque, a diferencia del exministro del Interior, el economista no pretende enfrentar a Cristina Kirchner y no piensa en términos electorales ni de conducción política, según afirman desde su entorno.
En las últimas horas, el mandatario bonaerense realizó gestos en esa dirección al re publicar el documento de Cristina Kirchner y enviar un saludo público de cumpleaños a Máximo Kirchner por la plataforma X, a pesar de que el líder de La Cámpora no tiene redes sociales.
En una devolución de gentileza, desde La Cámpora difundieron la presentación de un proyecto de ley con un comunicado con el título ‘Kirchner y Kicillof presentan proyecto en defensa del Fondo Nacional de Incentivo Docente’, lo que llamó la atención a más de un dirigente del PJ.
Tras bambalinas, la mayoría de los que impulsan a Kicillof coinciden en que “nunca enfrentará a Cristina”, pero advierten que “ya demostró que no hace lo que quiere Máximo”.
Con la reaparición de Cristina, el frente opositor esperaba también por la vuelta de Massa, pero desde las filas del Frente Renovador sostienen que “no es el momento todavía” y estiman que “en abril podría reaparecer” el exministro de Economía, cuando la situación socioeconómica sea aún más compleja que la actual, algo que ya reconoció el propio Milei.
Pero la situación del peronismo no concluye con la lenta búsqueda de un líder sino que los tiempos se aceleran por la realidad social y son varios los dirigentes que piden que haya elecciones en el PJ nacional.
En esa línea, el sindicalista camionero y uno de los triunviro de la CGT, Pablo Moyano, dijo que es necesario llegar “a la renovación del Partido Justicialista nacional” y que “tiene que haber ya una elección”, aunque el actual titular del PJ, Alberto Fernández, tiene mandato hasta mayo de 2025.