El nuevo sistema ucraniano, presentado por altos mandos militares, ha logrado abatir aeronaves rusas y demuestra la evolución de la estrategia bélica con tecnología no tripulada en el frente de batalla
En un paso significativo hacia la modernización de su arsenal, Ucrania ha revelado un sistema de armas innovador que incorpora misiles antiaéreos en lanchas rápidas no tripuladas. Según ha informado el medio The New York Times, esta tecnología pionera, conocida como el Magura V7, ha logrado abatir dos aviones de combate rusos Su-30 en un audaz registro que subraya el ingenio militar ucraniano en su enfrentamiento en curso contra las fuerzas rusas.
El Magura V7 es la más reciente adición a una serie de drones y armas robóticas que Ucrania ha diseñado y desplegado con éxito en los últimos tres años. Este sistema fue presentado a la prensa por el general Kyrylo Budanov, jefe de la agencia de inteligencia militar de Ucrania, el pasado 14 de mayo, quien destacó su efectividad en combate. Aunque Rusia no ha confirmado el impacto de estas armas, el analista militar ruso Vladislav Shurygin reportó uno de los incidentes, lo que añade a la controversia y misterio alrededor de esta innovación bélica.
De acuerdo con The New York Times, el uso de estos sistemas forma parte de una táctica innovadora que ha visto a Ucrania empleando drones no solo en el aire, sino también en el mar, para así afectar significativamente las capacidades de Rusia. Recientemente, un ataque a aeródromos desde Siberia oriental hasta la frontera occidental de Rusia, ejecutado por un grupo de drones que Ucrania asegura infiltró en territorio ruso, ha sido uno de los ataques más inesperados de la guerra hasta la fecha. Dichos drones, antes utilizados de forma convencional, fueron desplegados por primera vez ocultos en camiones, siendo transportados a sitios de lanzamiento dentro de Rusia.
El Magura V7, presentado en un lugar no divulgado en Ucrania, se asemeja a lanchas rápidas con un diseño verde elegante, equipado con misiles a los lados y un visor electrónico central. En diciembre, una versión anterior de estos drones consiguió derribar dos helicópteros rusos Mi-8 en el Mar Negro. Un operador explicó cómo esta arma puede permanecer días en el mar rastreando aviones rusos para emboscarlos posteriormente. Este avance otorga a Ucrania una ventaja significativa, especialmente dada su capacidad para disparar misiles aire-aire y fijar objetivos en aviones, lo que representa un avance respecto a las capacidades previas.

Durante la presentación, Andriy Yusov, portavoz de la agencia de inteligencia militar, proclamó que “estos drones representan el futuro”. Su declaración fue respaldada por integrantes del Grupo 13, la unidad encargada del manejo de estas nuevas herramientas tecnológicas. Aunque el analista militar Pasi Paroinen, del Black Bird Group con sede en Finlandia, señaló que el sistema por sí solo quizá no sea “un cambio de juego”, destacó que, en combinación con otros, puede tener “un impacto considerable en el campo de batalla”.
El Magura V7 refleja la carrera armamentista no tripulada que define el conflicto en Ucrania. La urgencia por mejorar estas armas ha aumentado considerando los ataques rusos y sus avances en el frente. Estos drones marítimos, inicialmente desplegados para atacar barcos de guerra en enjambres, han evolucionado para esquivar tácticas rusas de detección y destrucción con helicópteros.
Las versiones anteriores del Magura, cargadas de explosivos, han hundido o dañado 16 buques de guerra rusos desde que comenzó el conflicto, según Yusov. Aunque tales cifras no se pudieron verificar de forma independiente, concuerdan con estimaciones de analistas militares.
Para alcanzar a los cazas rusos Su-30, la última versión del Magura, equipada con misiles, acompaña a un enjambre mayor de drones marítimos, detalló un oficial de la unidad de drones no identificada más que por su seudónimo, Xena, durante otra presentación. El derribo se logró mientras las condiciones climáticas mejoraban, favoreciendo la operación de drones en el mar.
El planeamiento operativo para cada misión puede durar hasta un mes, con operadores controlando de cerca movimientos de puertos y embarcaciones rusas. Para mantener la discreción, los drones parten desde diferentes ubicaciones en cada incursión.
Expertos como el doctor Sidharth Kaushal, del Royal United Services Institute, y Rob Lee, del Foreign Policy Research Institute, han afirmado que es la primera vez que se despliega tal sistema en el mundo. El comandante del Grupo 13, cuyo rango y nombre permanecen en el anonimato, reconoció la dificultad de afinar tácticas y probar tecnología sin precedentes en el marco de combate actual.
Estas embarcaciones no sólo funcionan como armas autónomas, sino que también actúan como “naves nodriza” de drones, lanzando pequeños cuadricópteros explosivos que pueden ser guiados por operadores para impactar objetivos en el mar o cerca de la costa. Conforme las capacidades de ataque se extienden, Ucrania ha incrementado el uso de drones madre en aire y mar para ampliar el radio de sus ataques, con videos divulgados por Mykhailo Fedorov, ministro de Transformación Digital de Ucrania, mostrando drones portadores dejando caer drones de ataque detrás de las líneas enemigas.
Rob Lee añadió que esta constante adaptación de drones y medidas de contraataque es ya característica de ambos lados del conflicto.
