Las interrupciones en los vuelos y el control aéreo en el Aeropuerto Internacional Liberty de Newark han generado una serie de problemas logísticos que han afectado a miles de pasajeros. En respuesta, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha implementado medidas temporales para reducir la congestión mientras se realizan ajustes estructurales en las operaciones.
Según informó Reuters, “el aeropuerto claramente no puede manejar el nivel actual de operaciones programadas”, lo que ha llevado a la FAA a tomar decisiones significativas en busca de soluciones.
Una de las principales acciones anunciadas por la FAA consiste en limitar los aterrizajes y despegues a una tasa máxima de 28 vuelos por hora hasta el próximo 15 de junio, fecha estimada para la finalización de las obras en una de las pistas principales del aeropuerto.

Posteriormente, se espera un incremento gradual en la capacidad de aterrizajes, que ascenderá a 34 por hora hasta el 25 de octubre, siempre que se logren superar las dificultades actuales.
Reuters detalló que esta decisión fue precedida por múltiples reuniones entre la FAA y aerolíneas como United Airlines, Delta Air Lines, JetBlue Airways y otras, en las que se buscó alcanzar un equilibrio entre la reducción de operaciones y las necesidades de las compañías.
Informe final de la FAA
Los problemas en Newark no se limitan a la congestión aérea. Según indicó la FAA, el aeropuerto ha sufrido una serie de fallos significativos en sus sistemas de telecomunicaciones.
Uno de los incidentes más críticos ocurrió el 28 de abril, cuando los controladores perdieron temporalmente el contacto de radar y telecomunicaciones con varios aviones, un hecho descrito como un grave factor de estrés por los trabajadores del control aéreo. “La experiencia de ver aviones ‘a ciegas’ ha pasado factura psicológica a varios controladores, obligándolos a recurrir a licencias por estrés”, señaló el informe.

La falta de personal también representa un desafío significativo. A nivel nacional, la FAA cuenta con alrededor de 3.500 controladores aéreos, una cifra inferior a lo que se considera necesario para garantizar una operación óptima.
En el área que supervisa Newark, el número objetivo era de 38 controladores certificados, pero actualmente solo se cuenta con 24. Para lidiar con esta escasez y el tráfico aéreo del área de Nueva York, la FAA decidió el año pasado transferir el control del espacio aéreo de Newark a Filadelfia.
Medidas tomadas por las aerolíneas
En medio de estas problemáticas, las aerolíneas han adoptado medidas adicionales. United Airlines, una de las compañías más afectadas, recortó vuelos significativamente desde su centro de operaciones en Newark.
La firma expresó que “reducir el número de vuelos programados en Newark ayudará a garantizar que podamos operar de manera segura y confiable los vuelos que permanezcan en el calendario”.

De acuerdo con Reuters, la FAA mantuvo conversaciones individuales con cada aerolínea para obtener concesiones específicas con el objetivo de ajustar horarios y reducir la presión operativa en momentos críticos.
La FAA ha destacado que estas medidas buscan no solo aliviar la congestión, sino también minimizar retrasos y cancelaciones a niveles aceptables. Además, confían en que la finalización de las obras en las pistas y la incorporación de pasos adicionales puedan ofrecer un inicio de solución más estable.
Las próximas semanas serán determinantes para evaluar si Newark logra recuperarse de las dificultades enfrentadas en esta temporada y mejorar las experiencias de los viajeros que transitan por uno de los aeropuertos más importantes de Nueva Jersey.
Sarampión en el aeropuerto
Paralelamente, la autoridad de salud de Nueva Jersey emitió una alerta sanitaria debido a un posible brote de sarampión en el aeropuerto. Un viajero externo al estado fue identificado como portador de la enfermedad mientras estuvo en las instalaciones de Newark la semana pasada.
Las autoridades han instado a los padres a asegurarse de que sus hijos cuenten con vacunas actualizadas contra enfermedades como el sarampión, las paperas y la rubéola.
