Pareja y el Nene Vera acarrearon gente al acto en Recoleta. Los seguidores de Santiago Caputo silbaron a la karinista Pilar Ramírez. Le robaron el celular a un movilero de LN+ en vivo.
Manuel Adorni cerró la campaña junto a Javier Milei en un acto caótico en el que acarrearon militantes con promesas de dinero que luego no quisieron abonarles.
El acto se realizó en el Parque Mitre de Recoleta y tuvo tintes de un evento que los vecinos del barrio suelen asociar al peronismo.
“Vinimos por 25 lucas y nos quieren dar 10”, reclamaron dos militantes con remeras violetas de La Libertad Avanza frente a las cámaras. Por esa diferencia en la facturación, hubo empujones y volaron algunas trompadas. Tuvo que intervenir la Policía Federal que maneja Patricia Bullrich.
“Están re volados estos”, se quejó uno de los intelectuales de Miller, como se llaman a sí mismos los militantes de Milei. Los militantes rentados habían sido trasladados en micros por Sebastián Pareja y su armador en Merlo, Ramón “El Nene” Vera.
Al movilero de LN+ que fue a cubrir el evento le robaron el celular en medio de la nota que estaba dando en vivo para el programa de la periodista Cristina Pérez. Más allá de los micros y las falsas promesas, los libertarios no lograron llenar el pequeño parque Mitre. “A ojo de buen cubero hay 10 mil personas”, le comentaba un asesor a Santiago Santurio. Otros, menos optimistas, calculaban tres mil.
Pilar Ramírez, la karinista que preside el partido en la Ciudad, fue silbada cuando pidió bajar las banderas de Las Fuerzas del Cielo, la organización de Santiago Caputo y el Gordo Dan.
El parque Mitre está pegado a la plaza Evita y en diagonal a la Biblioteca Nacional, la icónica edificación brutalista de Clorindo Testa. En esos terrenos funcionó la residencia presidencial hasta 1955: el dictador Pedro Eugenio Aramburu ordenó su demolición en 1956, como parte de un intento de eliminar la simbología peronista.
Los primeros en hacerse notar fueron los libertarios de Lugano, que ingresaron al ritmo de “Hay que saltar, hay que saltar/ el que no salta, es radical”, con bengalas violetas y se ubicaron frente al escenario. A los pocos minutos, las Fuerzas del Cielo ingresaron con sus remeras bordó, les coparon la parada y quedaron pegados al vallado delantero.
Sebastián, que lucía una camiseta vinotinto, aseguró que no hay problemas entre las bandas. “Todos tenemos el mismo objetivo. Queremos ganar la batalla cultural y liberar al país del kirchnerismo”. Consultado por qué, entonces, portaban otras banderas, minimizó la cuestión. “Las diferencias hacen que las cosas se potencien. Yo soy mecánico y los engranajes que hacen funcionar al motor son todos distintos”, teorizó mientras degustaba una gomita de frutilla.
La mayoría de las banderas hacían referencia a municipios del Conurbano, como San Fernando, Tres de Febrero o Tigre. Sebastián Pareja, el cuestionado armador de Karina ingresó encabezando una columna con la inscripción “San Martín” tras un par de minutos de fuegos artificiales.
La mayoría de las banderas hacían referencia a municipios del Conurbano, como San Fernando, Tres de Febrero o Tigre. Sebastián Pareja, el cuestionado armador de Karina ingresó encabezando una columna con la inscripción “San Martín” tras un par de minutos de fuegos artificiales.
Bombos y trompetas le dieron ritmo a Matador y por unos segundos se fundió con Thunderstruck que salía por los parlantes del escenario. A pocos metros, un vendedor recibió 3 dólares por tres pines de Milei. No fue a causa de la fallida dolarización, sino porque el comprador era extranjero. “Está tranquilo, no hay mucha gente”, se lamentó.
Una vecina de Recoleta llegó con sus dos perros vivos, unos boston terriers llamados Lola y Coca. “Vivo acá cerca, vine al acto y de paso los saco a pasear. No parece que vaya a haber demasiado quilombo”, vaticinó ante la consulta de LPO.

Diego Recalde, el cineasta que filmó con dinero del INCAA una película donde al protagonista le falta el pene, hizo de maestro de ceremonias. “Si Santoro gana CABA, va a convertirla en Villa La Cava”, dijo ante el desconcierto del público.
Pilar Ramírez, la karinista que preside el partido en la Ciudad, fue silbada cuando pidió bajar las banderas de Las Fuerzas del Cielo, la organización de Santiago Caputo y el Gordo Dan que le reclamó lugares a la hermana presidencial. Aclaró que pedía correrlas por “las cámaras”, pero igual hubo chiflidos.
Karina recibió una ovación y recordó la génesis del partido, anotada en unos papeles que miró a cada rato. Pidió un abrazo para Adorni, se corrigió y luego abrazó al candidato.
Karina recibió una ovación y recordó la génesis del partido, anotada en unos papeles que miró a cada rato. Pidió un abrazo para Adorni, se corrigió y luego abrazó al candidato. El vocero tampoco quiso improvisar y se llevó unas anotaciones que siguieron la línea libertaria habitual: kirchnerismo, casta, curros del Estado, inflación y piquetes.
Adorni fue el encargado de presentar a todo el gabinete y también a Milei. El presidente se hizo presente a pesar de los rumores de que no asistiría por la escasa concurrencia. El líder libertario se mezcló con el público y tardó tanto en subir al escenario que el musicalizador debió reiniciar dos veces Panic show de La Renga.

“Es una alegría volver ante a las almas libres que no se dejaron doblegar ante la mierda del partido del Estado”, dijo Milei, que luego recordó que el liberalismo se basa “en el principio de no agresión” y celebró cuando los militantes corearon que los periodistas son unos hijos de puta. Mencionó a Karina y a Santiago Caputo y cuando pronunció el nombre del estratega, el público coreó “Olé, Olé, Toto, Toto”, confundidos con el ministro de Economía. “Este es Santi”, aclaró.
Quien también estuvo en el acto, pero no se acercó al escenario, fue Nik. Tal vez temeroso por las corridas y los robos, el humorista libertario escuchó el discurso de Milei desde la manzana de enfrente.
Quien también estuvo en el acto, pero no se acercó al escenario, fue Nik. Tal vez temeroso por las corridas y los robos, el humorista libertario escuchó el discurso de Milei desde la manzana de enfrente, sobre la plaza Evita.