El empresario Elon Musk, fundador de SpaceX, reiteró su advertencia sobre el destino final de la Tierra en una entrevista reciente: “eventualmente, toda la vida en la Tierra será destruida por el Sol”.
Según explicó en el programa ‘Jesse Watters Primetime’, el Sol, al llegar al final de su vida útil, se expandirá hasta convertirse en una gigante roja, un fenómeno estelar ampliamente documentado por la comunidad científica.
Musk sostiene que este proceso culminará con la incineración de la Tierra, lo que hace indispensable que la humanidad se convierta en una civilización multiplanetaria.

La predicción y sus fundamentos
La declaración de Musk está respaldada por una hoja informativa de la NASA que describe el ciclo de vida de las estrellas como el Sol. Esta estrella, clasificada como de tipo espectral G, tiene una vida estimada de unos 10.000 millones de años, de los cuales ya han transcurrido aproximadamente 4.600 millones.
Al agotarse el hidrógeno que la alimenta, comenzará su fase de expansión, convirtiéndose en una gigante roja. En ese punto, su radio podría aumentar hasta tal nivel que engulliría a Mercurio, Venus y, posiblemente, también a la Tierra.
Aunque los científicos estiman que este proceso ocurrirá dentro de unos 5.000 millones de años, Musk plantea que es crucial actuar desde ahora. Para él, la colonización de otros planetas no es una opción futurista, sino una estrategia de supervivencia: “Marte es un seguro de vida para la vida colectiva”, afirmó durante la entrevista.

Marte como alternativa
En ese contexto, Marte aparece como el principal candidato para albergar una colonia humana. El planeta rojo, aunque presenta condiciones extremas como una atmósfera tenue, bajas temperaturas y altos niveles de radiación, posee similitudes geológicas con la Tierra que lo convierten en el destino más viable del sistema solar para un asentamiento humano permanente.
El objetivo de Musk no se limita a misiones tripuladas puntuales. Su visión contempla el desarrollo de una ciudad autosuficiente capaz de operar sin depender de suministros terrestres. Esta meta, según ha dicho en diversas ocasiones, implicaría el transporte de miles de toneladas de materiales, la creación de infraestructuras energéticas y de hábitat, y la implantación de sistemas de producción de alimentos.
Fechas y desafíos tecnológicos
La compañía SpaceX trabaja en el desarrollo del sistema de lanzamiento Starship, considerado clave para lograr vuelos interplanetarios de carga y tripulación. Según estimaciones citadas por Musk y otros expertos, la llegada del primer ser humano a Marte podría producirse alrededor de 2029, aunque este plazo está sujeto a múltiples factores técnicos y presupuestarios.

Uno de los principales obstáculos es la duración del viaje, que podría extenderse entre seis y nueve meses, dependiendo de la posición relativa entre la Tierra y Marte.
A ello se suman los riesgos derivados de la exposición a radiación cósmica, la necesidad de mantener condiciones de vida en cápsulas presurizadas y el reto de lograr un aterrizaje seguro en un entorno con un tercio de la gravedad terrestre.
La NASA también ha identificado esos riesgos en sus propios programas de exploración tripulada a Marte, previstos para la década de 2030. Sin embargo, mientras la agencia espacial estadounidense mantiene un enfoque gradual y centrado en misiones lunares como paso intermedio, Musk promueve una aproximación directa y con objetivos de colonización.

El contexto de sus declaraciones
Musk realizó sus declaraciones en el marco de su participación en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa orientada a revisar el gasto público en Estados Unidos.
Durante la entrevista con Jesse Watters, además de abordar temas de despilfarro y burocracia, retomó su propuesta de que el futuro de la humanidad depende de expandirse más allá de la Tierra.
En declaraciones anteriores, Musk también ha manifestado su deseo de cerrar el capítulo de la Estación Espacial Internacional (EEI) para redirigir los esfuerzos de la exploración espacial hacia la colonización de Marte.

El empresario considera que mantener operaciones en la órbita baja terrestre ya no aporta avances sustanciales para los objetivos a largo plazo de supervivencia interplanetaria. Este planteamiento ha sido motivo de controversia entre científicos y organismos internacionales, que valoran el papel de la EEI como plataforma de cooperación científica.
Aunque el escenario planteado por Musk —la destrucción de la Tierra por el Sol— no representa una amenaza inmediata, su visión podría influir en decisiones políticas, científicas y económicas del presente. Al presentar la exploración espacial como una forma de evitar la extinción, impulsa un cambio de paradigma en la forma en que se planifica el futuro tecnológico de la humanidad.
