Ganó en todas las ciudades y pueblos.Segundo sale Juan Monteverde, el extrapartidario que puede quedarse con el peronismo.
En corto plazo, Maximiliano Pullaro se fabricó el largo plazo. Pasaron 16 meses desde que asumió como gobernador. En ese tiempo alcanzó lo que nadie pudo en 63 años en Santa Fe. Armar una coalición política con la que domina las dos cámaras de la Legislatura, sacar desde ahí una ley para reformar la Constitución provincial y ahora ganar las elecciones de constituyentes. Su lista casi dobla en votos positivos al que sale segundo. Gana en los 19 departamentos de la provincia. Cosecha 32 de los 69 convencionales quedando a dos o tres del quorum propio. No pierde en ninguna ciudad ni en ningún pueblo. Su figura política se fortalece en lo interno y a nivel nacional. Los que le podrían disputar liderazgo en la provincia se ven muy lejanos.
Pero nada es de una sola forma. Pullaro tendrá que lograr alianzas con opositores para imponer sus prioridades en la Convención, la más importante la reelección como gobernador, ya que su espacio por muy poco no alcanza la mayoría. Tiene en Santa Fe y Rosario, los dos principales distritos que son por lejos más poblados, el desempeño menos holgado. Es justamente en ellos donde hay más empleados públicos con los que tuvo enfrentamientos en especial el sector docente.
En Rosario especialmente hay dos resultados de opositores que son significativos. El conductor televisivo y debutante Juan Pedro Aleart de La Libertad Avanza gana las elecciones como convencional del distrito. Y Juan Monteverde, dirigente de centroizquierda que aliado al PJ encabezó la lista de constituyentes por distrito único, sale segundo con una buena elección en la que Pullaro, en esa categoría, en la ciudad gana ajustadamente (en toda la provincia la ventaja, aplastante, es de 20 puntos). Hace dos años Monteverde perdió por apenas tres puntos la intendencia a manos de Pablo Javkin. Una vez más queda revalidado como el gran desafiante en la mayor ciudad provincial.
Fue una jornada completamente rara. Por la trascendencia que supone un cambio de Constitución el gobierno anunció a esta como la elección de mayor peso histórico desde el retorno democrático. Pero la participación fue de las más bajas de la historia con una concurrencia del 60 por ciento. Mucha gente declaraba no saber qué se votaba ni conocer a los candidatos. No hubo debate interno ni electoral que tuviera mínima hondura política o intelectual.
Pullaro y Milei comparten una buena porción de electorado. Pero la elección no puso en juego una disputa nacional en el debate. Al menos nunca se explicitó. Los candidatos libertarios a convencionales salieron relegados. Pullaro no competía con Milei abiertamente. Esto no quiere decir que el resultado no tenga un efecto nacional positivo para el santafesino. Primero en su volumen como gobernador que es revalidado con un triunfo lo que reposiciona su perfil competitivo. Pero hay una prueba más que es alcanzar la reelección en la Constituyente. La construcción de su largo plazo viene ahora.
«Tener la mayoría no nos da la razón. En Santa Fe se escucha y se debate», dijo Pullaro, consciente de que su muy buena elección no lo privará de tener que tirar algunos huesos a los ajenos para imponer la Constitución que quiere. Las elecciones de convencionales se definen por sistema D’Hont y la paridad entre los que van del segundo al quinto lugar obliga a esperar los resultados finales, también las posibles impugnaciones si distintos espacios quedan muy cerca.
El resultado de La Libertad Avanza en la provincia es malo. El sector que gobierna la Argentina queda tercero con 13 puntos del total del diputado nacional Nicolás Mayoraz. Otra podría haber sido la chance si Amalia Granata, que estuvo muy cerca y quedó cuarta, no dividía el espacio por la impericia para articular de Karina Milei y Santiago Caputo.

Milei no intervino en la campaña pero su partido quedó muy rezagado. Pullaro eligió no entrar jamás en combate electoral con el presidente y le dio los votos para las cruciales Ley Bases y el rechazo a la comisión por $Libra. Pero con su modelo político sí lo enfrenta por ejemplo al discutirle retenciones y al reinvindicar en los hechos un Estado con intervención de lleno en la economía.
E incluso, cuando lo elige, en lo discursivo. Por ejemplo al recitarle al lado suyo el Preámbulo en el Acto del Día de la Bandera de 2024, como Alfonsín en el mismo sitio 40 años antes al cerrar su campaña. O poco después en la Bolsa de Comercio de Rosario al hablarle del interior productivo que requiere de inversión estatal.
Un punto importante a nivel provincial es cómo en un peronismo partido en tres pedazos esta elección produce una reconfiguración. La supremacía del senador nacional Marcelo Lewandowski, la más clara figura de los últimos seis años, queda mellada al salir quinto con el 8 por ciento de los votos por afuera del partido. Juan Monteverde capitaliza el hecho de haber hecho una alianza con el PJ y competir por adentro. En parte con sectores muy desprestigiados como el senador provincial Armando Traferri que está imputado de corrupción y asociación ilícita. Pero con él como extrapartidario asoma ahora para un peronismo huérfano de figuras una perspectiva de reformulación. En Rosario con un impulso significativo. En este distrito la distancia de veinte puntos que le sacó Pullaro se redujo a tres.
La Constitución que viene en Santa Fe se discute de manera restringida al temario ya aprobado por la ley de necesidad de la reforma. En esa enmienda por venir no habrá sorpresas. Pullaro tiene a partir de ahora un año para convocar a la Convención. Se presume como fecha tentativa entre junio y octubre, entre dos elecciones, o a partir de octubre luego de la elección nacional. El tiempo abierto ahora para el gobernador será el de lograr los tratados para conseguir la mayoría que necesita. Lo que requiere un dirigente que demostró manejo estratégico y sagacidad política para construir su cada vez más posible largo plazo.

